2019 – BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, montaña en la que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviera a dar culto al Dios vivo y en la que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando origen en el transcurso del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa y apostólica, que tiene como patrona y protectora a “la Reina y Señora del lugar”.
La Escritura celebra la belleza de la montaña del Carmelo, una belleza que la Iglesia contempla en María, la cual es llamada también “Stella maris”.
San Bernardo predicó: “Si soplan los vientos de la tentación, si te tiran contra las rocas de la tribulación, mira la estrella, invoca a María; si te golpean las olas del orgullo, de la ambición, de la envidia, de la rivalidad,mira la estrella, invoca a María. En caso de que la ira, o la avaricia, o el deseo carnal asalten con violencia la frágil embarcación de tu alma, mira la estrella, invoca a María“.
En muchas parroquias costeras la invocan y la celebran.
La Orden del Carmen canta hoy gozosa la Secuencia, atribuida a san Simón Stock: “Flos Carmeli, vitis florigera, splendor caeli, virgo puerpera singularis” (Flor del Carmelo, viña florida, resplandor del cielo, y virgen singular).
Es conveniente que las comunidades canten el Himno: “Ave, maris Stella“.
Debido a la popularidad de la celebración de la Virgen del Carmen, hoy puede ser recomendable usar, tanto en la Misa como en la Liturgia de las Horas, algunos elementos del Común de Santa María Virgen, en lugar de los de feria.
(Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2019, Liturgia fovenda, p. 248)