2020 – DOMINGO XVI DEL TIEMPO ORDINARIO
Domingo de la parábola “del trigo y de la cizaña“.
Las tres parábolas de hoy son un canto a la fuerza de la Palabra de Dios en sí misma.
Todo crece por la fuerza de la Palabra.
En la primera parábola, la buena semilla crece en el campo del mundo.
Es así como el trigo crece junto a la cizaña, que Dios no ha sembrado.
Hay que tener paciencia porque pueden pasar dos cosas: que el trigo se convierta en cizaña, pero también que la cizaña se convierta en trigo.
Hay que esperar el juicio.
No nos pertenece a nosotros juzgar, esto pertenece a los ángeles de Dios.
Después están las dos parábolas gemelas: la del grano de mostaza y la levadura.
El Reino de Dios, bajo la ley de la invisibilidad y de lo que es pequeño y poco ostentoso, crece silenciosamente en el mundo.
La gracia “no destruye, sino que presupone, sana, eleva y perfecciona la naturaleza” (Santo Tomás de Aquino), es decir, aquello que Dios ha sembrado en nosotros.
La persona no debe forzar ni ejercer tensión sobre lo que pertenece a Dios, al contrario: debe permanecer como un centinela y un contemplativo esperando y mirando cómo la gracia actúa en el corazón de muchos y en el corazón del mundo.
Entonces sabrá descubrir que “los justos” (los santos) “en el Reino de su Padre, dice el Señor, brillarán como el sol“.
Jesús, en la intimidad del hogar, como un maestro atento, explica el significado de las parábolas a los discípulos.
En la intimidad de la celebración eucarística también el Señor nos cuenta a nosotros los misterios del Reino: lo hace por la predicación, si ésta es inspirada por el Espíritu Santo, y por las mociones del Espíritu Santo que iluminan y revelan a cada uno los significados de la Escritura.
San Pablo enseña que el creyente no reza solo, ora en el Espíritu Santo (segunda lectura).
Él infunde dentro de los corazones los “gemidos inefables“, como si fuera la respiración de Dios mismo dentro de nosotros.
Sólo el Espíritu Santo hace que nuestra intercesión sea como Dios quiere.
Como la intercesión pura de la Virgen.
(Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2020, Liturgia fovenda, p.295)