Cuaresma, camino hacia la Pascua, tiempo de renovación personal y sacramental
La Vigilia pascual “madre de todas las vigilias”: es la meta del camino cuaresmal: escucharemos la palabra fundamental: “No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. HA RESUCITADO ” (Mc 16,1-7). De esta palabra reciben luz y certificación todo lo que Jesús dijo, todo lo que se dijo antes y después. Y nosotros hemos participado de su muerte y resurrección (Bautismo), y hemos recibido como regalo su Espíritu Santo (Confirmación), y hemos escuchado su voz que nos llama a seguirle como Esposo (Matrimonio, Consagración religiosa). Todo esto, de manera especial, lo celebraremos y renovaremos en la Vigilia pascual. Cuaresma, camino hacia la Pascua: Cuaresma quiere decir “cuarenta días”, expresión que indica preparar algún hecho importante de la historia de la salvación. Las aguas del diluvio, después de las cuales Dios promete la paz y el amor a toda la humanidad, duraron “cuarenta días”. Moisés está “cuarenta días” en el monte , y después viene la Alianza y la Ley. Elías camina “cuarenta días” por el desierto, cansado, desanimado. “Cuarenta días” es tentado Jesús en el desierto, y vence al tentador. Tiempo intenso de preparación de los catecúmenos que se bautizaban en la Vigilia pascual. Tiempo dedicado a la conversión de los pecadores públicos (homicidio-adulterio-abjuración de la fe).Camino de conversión a la luz de la Palabra de Dios: todo lo que sabemos de Dios, lo sabemos por su Palabra. La Palabra proclamada, escuchada, celebrada en y por la Iglesia, nos dice que hemos de pensar y actuar como Jesús. Esa es la verdadera conversión.
Liturgia viva, 40.