DOMINGO dentro de la octava de NAVIDAD
SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ
El Domingo dentro de la octava de Navidad se celebra la fiesta de la Sagrada Familia: Jesús, María y José.
En la antífona de comunión se canta: “Nuestro Dios se apareció en el mundo y vivió en medio de los Hombres“.
Cada Domingo, alrededor de la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, la gran familia de los hijos e hijas de Dios es convocada para recibir la gracia del Señor Resucitado. Y en obediencia al Señor, promueve y cultiva la cultura del amor y de la vida.
Amor y vida que el Señor nos ha manifestado en su nacimiento, ya que la “Vida se nos ha manifestado” (1Jn 1,2).
Jornada de la Sagrada Familia
Lects. bíblicas: Misa: Si 3, 2-6. 12-14; Sal 127, 1-2. 3. 4-5; Col 3, 12-21; Mt 2, 13-15. 19-23
La primera lectura, de la tradición sapiencial de Israel, elogia a quienes cumplen el cuarto mandamiento de la ley de Dios: “honra a tu padre y a tu madre“.
Es el único mandamiento que indica la bendición que le acompaña.
El Salmo 127 forma parte de la liturgia de las bodas de Israel (aún en la sinagoga).
Los Padres han predicado el versículo “tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa“, refiriéndolo a la Iglesia que vive abrazada al árbol de la Cruz y en ella da fruto, recordemos el prefacio del Común de la dedicación de una iglesia: “Como madre gozosa por la multitud de sus hijos“.
San Pablo, en la parénesis de la carta a los Colosenses, exhorta a la vida pascual de la familia de Dios que es la Iglesia, llamada a formar un solo cuerpo en la caridad “que es el vínculo de la unidad perfecta” y con los sentimientos que son propios de los “elegidos de Dios“, los bautizados.
La vida pascual debe reflejarse en la vida familiar donde los esposos y los hijos se aman en el Señor.
En el Evangelio de Mateo lo más importante es la “palabra de cumplimiento”: “De Egipto llamé a mi hijo“, que presenta a Jesús como el nuevo Moisés.
La familia de Nazaret participa de la condición de las familias desplazadas y refugiadas.
Su condición itinerante viene marcada por la obediencia a Dios por parte de José.
Jesús niño disfruta del amor solícito de sus padres, Él es la preocupación principal.
Mateo necesita del relato para situar a Jesús definitivamente en Nazaret, desde donde comenzará la predicación del Evangelio de la gracia.
Tanto Belén como Nazaret son origen de un solo itinerario que termina en Jerusalén: en la pasión y la muerte, también en la Resurrección y Pentecostés, en la Iglesia y en su misión universal.
La fuga y el retorno de la santa Familia de Egipto son las primicias del éxodo pascual.