EPIFANÍA DEL SEÑOR
Si Navidad es un misterio de la intimidad, la Epifanía es un toque de trompetas. Un anuncio. El Hijo que nos ha sido dado está llamado a ser luz para todos los pueblos.
La Epifanía es una de las grandes solemnidades de la Iglesia, resplandeciente de la luz pascual. “¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti”.
La lectura de Isaías es una exaltación de la gloria del Señor que amanece sobre la ciudad santa de Jerusalén. El profeta dice a la Iglesia: “Levanta la vista en torno a ti, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos”. Es el misterio de la Iglesia que hoy, radiante de gozo se sabe lugar de encuentro y de unión de toda la humanidad en Cristo.
La Iglesia es y será por todas partes el sacramento del Hijo predilecto del Padre, en sus hijos dispersos por el mundo, que guiados por la estrella de la fe se levantan, se ponen en camino, en una inmensa peregrinaje, para contemplar un día la hermosura infinita de su gloria (colecta) y durante este inmensa peregrinación se manifiestan como heraldos del Señor de la Gloria.
Este es su mensaje: Dios se ha hecho hombre para que el hombre llegue a ser hijo de Dios. Por eso que la Epifanía es realmente una jornada misionera, un inicio una nueva evangelización, que por naturaleza siempre es nueva.
Texto sugerido para meditar el día de la Epifanía
Muéstrate, Señor, date a conocer, Señor, tal como te mostraste manifestado corporalmente, nacido de una Virgen, encontrado por unos pastores, conocido por tu fuerza, declarado por una estrella, adorado con unos dones, manifestado en el río, creído por la fe, cubierto por la nube, prometido como juez; que la Iglesia reciba la gracia de esta solemnidad y los gozos que anuncian estos misterios»
(In Apparitione Domini, Annus secundus, post pridie).
(Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2018, Liturgia fovenda, p.60-61).