Francesc Castelló en la Plaza de San Pedro de Roma. 3 y 4 de mayo de 2008
Sabíamos que le veríamos. Pero no por saberlo fue menos fuerte la impresión. Este último fin de semana un gran póster de nuestro beato, entre otros santos y beatos, ha estado presidiendo desde la columnata de Bernini, los actos multitudinarios con los que la Acción Católica Italiana ha conmemorado en Roma los 140 años de su fundación.
Los invitados. No estaba allí solamente la Acción Católica Italiana. Estaba también allí la representación de la Acción Católica de unos cuarenta países de cuatro continentes, que habían venido especialmente a felicitar a los italianos por esta celebración. Concretamente, la diócesis de Lleida había sido convidada porque uno de los beatos que tenían que presidir la celebración era el leridano Francesc Castelló, vinculado a la Acción Católica, y como joven de la federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña. Representaron al Sr. Obispo, Mn. Gerard Soler, como Vicepostulador de la Causa de Canonización de Francesc, y Mn. Joan R. Ezquerra, como Vicario General.
Nunca habíamos visto la Plaza de San Pedro del Vaticano tan llena de “vida”. Rebosante hasta casi completar la ampliación abierta en la “Vía de la Conciliación”. Pero sobre todo de “vida juvenil”. Casi la totalidad eran chicos y chicas entre 15 y 30 años. Y quizá lo más sorprendente es que el tema “gancho” que les ha llevado a Roma, y sobre el que han estado trabajando durante todo el año en las parroquias de toda Italia, es el tema de la “santidad”.
Los santos son los testigos más claros, más creíbles, más coherentes, más convincentes de Jesucristo. Los santos han sido los “rostros” que han cautivado -y con razón-, a esta juventud concentrada en Roma en este fin de semana. Entre estos santos, nuestro Francesc Castelló.
Fueron dos momentos de celebración. La vigilia de plegaria, el sábado por la noche, en el exterior de San Juan de Letrán, se reunieron, ante un escenario y pantallas gigantescas, cerca de cien mil jóvenes. Esperaron durante horas. A las nueve de la noche, llegaron en procesión con antorchas, unos dos mil jóvenes, representantes de las diversas diócesis italianas y de otros países invitados, que se habían preparado en la cercana iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén. Ya todos en la plaza de Letrán, se inició la vigilia de plegaria, que se prolongó hasta las diez y media de la noche; los cantos animados por un conjunto de voces y de instrumentos, – que nos parecían próximos gracias a las pantallas instaladas-, y en los que participaban toda la juventud. Todos sabían los cantos y en ellos ponían toda su vitalidad.
Entre los testimonios de santidad que emocionaron a los jóvenes, estuvieron, una niña de seis años, Nemnolina, que con su “profunda ingenuidad” que muestra en sus “Cartas a Jesús” escritas durante su enfermedad, ha cautivado a niños, jóvenes y mayores. Nuestro Lolo (Manuel Lozano), de Jaén, periodista; Giuseppe Toniolo, de Pisa, gran pensador y experto en Derecho Internacional, y la milanesa Armida Barelli, fueron propuestos a todos los jóvenes como modelos de interioridad, de fraternidad, de personalidad y de eclesialidad.
El segundo momento fue el domingo, en la Plaza de San Pedro. Estuvimos toda la mañana. Con un tiempo excepcional de primavera. Entre las ocho y las ocho y media se fue llenando la plaza. 100.000 jóvenes. Jóvenes eran también muy buena parte de los sacerdotes, que, en número de trescientos, concelebraron con el Cardenal Bagnasco, Arzobispo de Génova y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Toda la mañana. Y no se cansaron los jóvenes. La espera hasta las diez y media, en la que empezaría la Misa, al completo de cantos, explicaciones, oraciones a los santos y a los beatos, cuyos rostros “aguantaban” la columnata de Bernini…. La Eucaristía, de hora y media de duración fue también muy participada. Y … eran ya las doce en punto, la hora del Ángelus, cuando apareció el Santo Padre, Benedicto XVI. Indescriptible los gritos y el fervor de la juventud. Nos habló. Rezamos con él, pronunció un breve discurso felicitando los 140 años de la Acción Católica Italiana, nos animó a todos a seguir el testimonio de los santos, dando cada uno a nuestra vida un sentido de coherencia total con el bautismo y la confirmación que hemos recibido, y que nos lancemos a la santidad. Y … como todos esperábamos, dio un largo paseo con el papa-móvil por los “pasillos” de la Plaza…
Las lecciones de este acontecimiento
- La propuesta de la santidad es enardecedora, es actual, también para la juventud. No podría ser de otra manera, pues es el crecimiento natural de la vida del Bautismo.
- Los auténticos testigos de Cristo han sido, y son, los santos. Son referentes imprescindibles para la Iglesia de todos los tiempos.
- La Acción Católica tiene futuro. Sería conveniente reencontrar -por supuesto actualizándolos-, los elementos esenciales que, desde el principio, la configuraron y le dieron fuerza.