2019 – ADVIENTO
Espiritualidad del Año litúrgico
La Iglesia tiene su propia ESPIRITUALIDAD, que es la que brota de la celebración de “la obra salvífica de su divino Esposo“, y esto lo hace “en dias determinados a través del año” (SC 102). El Año litúrgico es la ESPIRITUALIDAD de la Iglesia.
Todas las otras “espiritualidades” que nacen dentro de la Iglesia por obra (carisma) del Espíritu Santo, la viven, según sus propias peculiaridades, dentro de la única ESPIRITUALIDAD de la Iglesia que es el Año litúrgico.
La Liturgia es la CELEBRACION DE JESUCRISTO RESUCITADO, aqui – ahora – para nosotros. No podemos celebrar nada más.
La Resurrección centro
La Resurrección de Jesús es la Pascua (el paso) definitiva. El paso de Jesús al Padre, y el paso del Padre que por medio de su Espíritu Santo resucita a su Hijo.
En la vida de los Apóstoles: la experiencia de la Resurrección de Jesús les cambia (Emaús, Tomás, Pedro, los Doce). Todo lo ven distinto, y lo entienden a partir de la Resurrección. Palabra pascual.
Nosotros bautizados y confirmados: “con-sepultados, con-resucitados y vivos para Dios, en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rom 6,3-11). Participamos de la Resurrección de Jesús y hemos recibido (Confirmación) el Espíritu Santo que le resucitó y que Jesús regaló (Don) a su Iglesia.
Historia
Nació en el siglo IV en España (rito hispánico). Y nació como preparación a la Navidad, como la “Cuaresma para la Pascua”.
Teología: “Aquel que ha venido y vendrá, viene cada dia”
“Quien al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación; para que cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar” (Prefacio 1º de Adviento).
“A quien todos los profetas anunciaron, la Virgen esperó con inefable amor de Madre, Juan lo proclamó ya próximo y señaló después entre los hombres. El mismo Señor nos concede ahora prepararnos con alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos así, cuando llegue, velando en oración y cantando su alabanza” (Prefacio 2º de Adviento).
El Adviento nos ayuda a vivir:
– La vigilancia: “Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre” (Evangelio Domingo 1º). “Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de espabilarse” (2ª Lectura Domingo 1º).
– Vivir y trabajar por la paz: “De las espadas forjarán arados; de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra” (1ª Lectura Domingo 1º). “Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea” (1ª Lectura Domingo 2º).
– La conversión: “La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo” (2ª Lectura Domingo 1º). “Dad el fruto que pide la conversión. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego” (Evangelio Domingo 2º).
– La alegría y el gozo: “Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor” (Salmo responsorial Domingo 1º). “El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, se alegrará con gozo y alegría. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, decid a los cobardes de corazón: sed fuertes, no temáis. Vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán” (1ª Lectura Domingo 3º).
– La presencia gozosa del Espíritu Santo: “En aquel día: brotará un renuevo del tronco de Jesé, un vástago florecerá de su raiz. Sobre él se posará el Espíritu del Señor: Espíritu de ciencia y discernimiento, Espíritu de consejo y valor, Espíritu de piedad y temor del Señor” (1ª Lectura Domingo 2º). “El que viene detrás de mí puede más que yo. El os bautizará con el Espíritu Santo y fuego” (Evangelio Domingo 2º).
– La justicia: “No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oidas; defenderá con justicia al desamparado, con equidad dará sentencia al pobre. Será la justicia ceñidor de sus lomos, la fidelidad, ceñidor de su cintura” (1ª Lectura Domingo 2º). “Porque él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres” (Salmo responsorial Domingo 2º).
– Escuchar y meditar la Palabra de Dios: “Hermanos: todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza” (2ª Lectura Domingo 2º).
– La paciencia: “Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra mientras recibe la lluvia temprana y tardía” (2ª Lectura Domingo 3º).
– El anuncio de Jesús de palabra y obra: “Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los inválidos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia. ¡Y dichoso el que no se sienta defraudado por mí!” (Evangelio Domingo 3º).
Guias del Adviento
– Isaías; Juan Bautista: “Cordero de Dios“; “Ya está en medio de vosotros“; conversión, preparar el camino.
– María la Madre de Dios y Madre nuestra. Tiempo mariano por excelencia: escucha la Palabra de Dios y la medita. Espera la salvación y la comunica con gozo: Isabel y Juan Bautista: “… la criatura saltó de alegría…“