2019-Epifanía del Senyor
La Epifanía participa con las fiestas de Navidad, Pascua, la Ascensión y Pentecostés del honor de ser calificada de “día santísimo” en el canon de la Misa; se la considera como una de las fiestas cardina- les, es decir, una de las fiestas sobre las que se fundamenta el Año litúrgico.
Si Navidad es un misterio de la intimidad, la Epifanía es un toque de trompetas. Un anuncio.
El Hijo que nos ha sido dado está llamado a ser luz para todos los pueblos. La Epifanía es una de las grandes solemnidades de la Iglesia, resplandeciente de la luz pascual. “¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira, las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti“.
La lectura de Isaías es una exaltación de la gloria del Señor que amanece sobre la ciudad santa de Jerusalén.
El profeta dice a la Iglesia: “Levanta la vista en torno a ti, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti: tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos“.
Es el misterio de la Iglesia que hoy, radiante de gozo, se sabe lugar de encuentro y de unión de toda la humanidad en Cristo.
La Iglesia es y será por todas partes el sacramento del Hijo predilecto del Padre, en sus hijos dispersos por el mundo, que guiados por la estrella de la fe se levantan, se ponen en camino, en una inmensa peregrinación, para contemplar un día la hermosura infinita de su gloria (colecta) y en su camino se manifiestan como heraldos del Señor de la gloria.
Este es su mensaje: “Dios se ha hecho hombre para que el hombre llegue a ser hijo de Dios“.
Por eso la Epifanía es realmente una jornada misionera, un inicio de evangelización, que por naturaleza siempre es nueva.
La liturgia de la Iglesia, tanto en oriente como occidente, ha revestido la fiesta de hoy con todo el resplandor, que manifiesta la realeza de Cristo.
Es una fiesta regia, de luz.
También es una fiesta esponsal. En un tropario bizantino de hoy se canta: “El Hijo que ha creado toda la creación ha sido bautizado y ha emergido de las aguas. Juan llama a la Iglesia y le dice: He aquí el Esposo“.
Las tres lectures de la Misa de la Epifanía representan otros tres géneros diversos de lecturas bíblicas.
La segunda, de la carta de san Pablo a los Efesios, es una precisa afirmación teológica pronunciada en el lenguaje más que técnico de Pablo.
El Evangelio es una dramática narración de los acontecimientos, en los que cada detalle está lleno de significado simbólico.
Todos juntos desvelan la Fiesta y la definen como Epifanía.
Al escuchar su proclamación y, con la ayuda del Espíritu, su más profunda comprensión da lugar a la celebración de la Epifanía.
La Palabra de Dios revela al mundo entero el significado fundamental del Nacimiento de Jesucristo.
La Navidad, iniciada el 25 de diciembre, alcanza ahora su vértice en el día de la Epifanía: Cristo es revelado a todas las gentes (Directorio homilético 125).
(Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2019, Liturgia fovenda, p. 67).