2019 – San Bernardo
Selección de Enseñanzas
(Anunciación): “Mira que el ángel aguarda tu respuesta… de tu palabra depende el consuelo de los miserables y la redención de los cautivos… la salvación finalmente de todos los hijos de Adán, de todo tu linaje. Da pronto tu respuesta… responde una palabra y recibe al que es la Palabra … emite una palabra fugaz y acoge en tu seno a la Palabra eterna. ¿Por qué tardas? ¿Qué recelas? Cree, di que sí y recibe. Que tu humildad se revista de audacia… Abre, Virgen dichosa, el corazón a la fe, los labios al consentimiento, las castas entrañas al Creador. Mira que el deseado de todas las naciones está llamando a tu puerta… Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por la devoción, abre por el consentimiento. «Aquí está – dice la Virgen – la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra»” (In laudibus Virginis Matris, Homilía IV, 8-9).
(La Iglesia y los pobres): “Os amé cuando erais pobre; igualmente os he de amar hecho padre de los pobres y de los ricos. Porque bien lo conozco, no por haber sido hecho padre de los pobres dejáis de ser pobre de espíritu” (sobre la consideración, al Papa Eugenio III, que había sido su hijo espiritual).
(Injusticias, Iglesia y pobres): “El fraude, el engaño, la violencia, han extendido su poder sobre la tierra. Los calumniadores son muchos, los defensores de la inocencia, raros; en todas partes los poderosos oprimen a los pobres” (ibídem).
(Humildad): “No tengáis negligencia en investigar lo que os falta, ni vergüenza en confesarlo… Esta es la ciencia de los santos; dista mucho de aquella que infla” (ibídem).
(Encarnación, misterio de Cristo y misterio del hombre): “¿Por ventura la naturaleza no asoció, en la persona del hombre, a un barro vil el aliento de la vida? ¿Por ventura no unió el Autor de la naturaleza al Verbo y al barro en la persona de sí mismo? De esta suerte, tomad el modelo así de la composición de nuestro origen como del misterio de la redención, para que, sentado tan alto, no os lleven el gusto las cosas altas, sino que sintáis humildemente de vos y sepáis concordar con los humildes” (ibídem).
(Evangelizar): “Evangelizar es apacentar. Haced la obra propia de un evangelista y habréis cumplido con el cargo de apóstol” (ibídem).
(Amar al Amor): “¿Qué hay tan amable como el amor mismo, que hace que améis y por el que sois amado? … dilatad vuestro amor hasta los enemigos, y habréis llegado hasta la latitud… ¿Quién arde en fervor sino quien medita la caridad de Dios?” (ibídem).
(Ser amados y amar): “A mí, ciertamente, tanto más me intima la fe que le ame cuanto por ella entiendo que le debo estimar más que a mí mismo, puesto que no sólo me ha dado lo que soy, sino que también me da dado a sí mismo” (Tratado del amor de Dios).
(Buscar y encontrar a Dios): “Bueno eres, Señor, para el alma que te busca; ¿qué será para la que te halla? Pero la maravilla en esto es e no te puede buscar sino el que antes te haya encontrado. Quieres, pues, ser hallado para que te busquen, ser buscado para que te hallen” (ibídem).
(Conversión, experiencia de misericordia y amor): “Señor Jesús… Tú me diste sentir, desde los comienzos de mi conversión, tu misericordia, cuando sumida aún mi alma en el polvo, en besando las venerables huellas de tus plantas, me perdonaste los deslices de mi pasada vida; después, al ir progresando en virtud, alegraste el alma de tu siervo concediéndole la inmerecida gracia de poder besar tu mano a fin de vivir más santamente. ¿Qué falta, ¡oh Señor bueno!, sino que te dignes admitirme al dulce beso de tu divina boca, en la plenitud de tu luz y en el fervor del espíritu, colmándome de alegría con tu rostro?” (Sermones sobre los Cantares).