2019-Servicio litúrgico del mes de diciembre (Dr. Ramón Clavería – Jaca)
DOMINGO I DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas del Domingo (leccionario I-A). Sin Gloria. Aleluya. Credo. Prefacio III de Adviento. Plegaria Eucarística para las Misas con niños III con embolismos propios de Adviento.
Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada, bendición y encendido de la corona de Adviento: Hoy comenzamos el tiempo de Adviento, el tiempo que despierta nuestra esperanza en el Dios que viene a salvarnos, el tiempo que nos llama a preparar sus caminos.
Los cirios de la corona de Adviento, que ahora vamos a bendecir, nos marcarán, a lo largo de estas semanas, el camino de la espera de la venida del Señor. Serán como la señal de nuestro deseo de recibirlo, de nuestro anhelo de que Él venga a transformar nuestras vidas
Por eso hoy encenderemos el primer cirio, pidiendo al Señor Jesús que nos ilumine con su luz mientras esperamos su venida gloriosa.
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Oremos: La tierra, Señor, se alegra en estos días, y tu Iglesia desborda de gozo ante tu Hijo, el Señor, que se avecina como luz esplendorosa, para iluminar a los que yacemos en las tinieblas de la ignorancia, del dolor y del pecado.
Lleno de esperanza en su venida, tu pueblo ha preparado esta corona con ramos del bosque y la ha adornado con luces.
Ahora, te pedimos, Señor, que mientras se acrecienta cada día el esplendor de esta corona, con nuevas luces, a nosotros nos ilumines con el esplendor de aquel que, por ser la luz del mundo, iluminará todas las oscuridades.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
(Mientras se enciende el cirio) Al encender esta primera vela te pedimos, Señor Jesús, que nos mantengamos despiertos, con las lámparas encendidas, para que cuando llegues en la majestad de tu gloria podamos salir a tu encuentro. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
(Se repite la estrofa del canto de entrada).
Si no se enciende la corona de adviento: Preparémonos ahora en unos momentos de silencio, poniéndonos ante Dios con el corazón dispuesto para recibir su bondad y su misericordia, pidiéndole que venga a renovarnos y nos disponga a celebrar dignamente la Eucaristía
* Hijo de David, luz de las naciones.
* Enviado del Padre, fuente de vida y de esperanza.
* Dios con nosotros, amor sin fin.
Colecta: Concede a tus fieles, Dios todopoderoso, del deseo de salir acompañados de buenas obras al encuentro de Cristo que viene, para que, colocados a su derecha, merezcan poseer el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Credo: Con la esperanza de ver los cielos nuevos y la tierra nueva que Cristo nos promete, confesemos ahora todos juntos, con las palabras que nos transmitieron los apóstoles, nuestra fe en el Cristo que nació un día en la historia, y cuyo retorno esperamos gozosos.
Oración de los fieles: Hermanos, vigilantes ante la llegada del Mesías, elevemos nuestras súplicas confiadas al Señor, nuestro Dios y Padre, y pidámosle confiados que despierte su poder y venga a salvarnos.
1. Para que la Iglesia viva en vela anunciando el mensaje de la salvación a todos los hombres, esperando el día en que vuelva Cristo, el árbitro de las naciones y juez de pueblos numerosos. Roguemos al Señor.
2. Para que los jóvenes de nuestro tiempo acojan a Jesús que viene y los llama, y sean generosos entregando su vida por la instauración del Reino en el ministerio sacerdotal, instruyendo en los caminos de Dios, y anunciando la paz y el amor desinteresado. Roguemos al Señor.
3. Para que llegue el día en el que no alce la espada pueblo contra pueblo, y todos los hombres y mujeres del mundo podamos vivir en paz y con esperanza, confiados ante el futuro. Roguemos al Señor.
4. Para que todos los que sufren por cualquier causa o motivo encuentren en Cristo, que viene a salvarnos, el consuelo y la fuerza que necesitan para no desfallecer. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros, reunidos al empezar este tiempo de Adviento para celebrar el nombre del Señor, dejemos las actividades de las tinieblas y, caminando a la luz de Cristo, convirtamos nuestro corazón para preparar la venida del Mesías. Roguemos al Señor.
Dios de poder y de misericordia, que has enviado a tu Hijo al mundo para instruirnos en tus caminos, andar por tus sendas y reunir a todas las naciones en la montaña santa de tu reino, escucha nuestras súplicas y despierta en nosotros un deseo tan vivo de su venida que, avanzando por el camino de tus mandatos, lleguemos a contemplar en su gloria al Mesías Salvador que ha de venir, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Poscomunión: Fructifique en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creéis y cuyo retorno glorioso esperáis, en la celebración de los misterios del Adviento, os ilumine y os llene de sus bendiciones.
* Dios os mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor.
* Y así, los que ahora os alegráis por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria recibáis el premio de la vida eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Lunes 2 de diciembre:
LUNES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas de feria (Leccionario II).
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: Acabamos de comenzar el tiempo de Adviento, un tiempo que nos transmite un mensaje de esperanza, pues Dios sale al encuentro de su pueblo. Pero este encuentro con Dios no puede realizarse sin la conversión del pueblo, sin nuestra conversión. Por eso, ahora, al comenzar la celebración de la Eucaristía, pedimos perdón humildemente a Dios por todos nuestros pecados.
* Hijo de David, luz de las naciones.
* Enviado del Padre, fuente de vida y de esperanza.
* Dios con nosotros, amor sin fin.
Colecta: Concédenos, Señor Dios nuestro, esperar vigilantes la venida de Cristo, tu Hijo, para que, cuando llegue y llame a la puerta, nos encuentre velando en oración y cantando con alegría sus alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Dirijamos ahora nuestra súplica confiada a Dios Padre, que llama a todos los hombres a adorarle y rendirle culto.
1. Para que a través de la predicación de la Iglesia todos puedan ver la salvación que Cristo trae al mundo. Roguemos al Señor.
2. Para que los jóvenes de nuestras parroquias descubran el apasionante camino del Evangelio y consagren su vida al Señor. Roguemos al Señor.
3. Para que se cumpla el sueño del profeta y las naciones gocen de una paz estable y duradera. Roguemos al Señor.
4. Para que los enfermos y todos los que sufren sean fortalecidos en la esperanza por la venida del Salvador. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros vivamos vigilantes a la espera de Jesucristo, alabando a Dios noche y día. Roguemos al Señor.
Señor y Dios nuestro, que invitas a todos, de oriente a occidente, a la mesa de tu Reino; escucha la oración de tu pueblo, y guarda vivo en nosotros el deseo de vivir conforme a tu voluntad y de llevar a todos la luz de tu verdad y las riquezas de tu vida y amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Fructifique en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Martes 3 de diciembre:
MARTES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO
San Francisco Javier. MEMORIA OBLIGATORIA
Color blanco. Misa propia y lecturas de feria.
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: Jesús, en el Evangelio, encarna el Reino mesiánico anunciado por el profeta Isaías: un reino de verdad y de vida, un reino de santidad y de gracia, un reino de justicia, de amor y de paz. Sin embargo, parece que el mundo vive un reino distinto, en el que se destacan la mentira, la opresión, la injusticia, la desarmonía, el pecado. Por eso, comenzamos la celebración, en la que veneraremos la memoria de San Francisco Javier, patrono universal de las misiones, pidiendo a Dios que venga a renovarnos y nos disponga a celebrar la Eucaristía dignamente.
* Tú que viniste a visitar a tu pueblo con la paz.
* Tú que viniste a salvar lo que estaba perdido.
* Tú que viniste a crear un mundo nuevo.
Colecta: Oh, Dios, adquiriste para ti pueblos numerosos por la predicación de san Francisco Javier, haz que los fieles se apasionen con su mismo celo por la fe, y que la santa Iglesia se alegre de ver crecer en todas partes el número de sus hijos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Mientras esperamos la venida de Cristo, nuestro Salvador, que ya está cerca, invoquemos a Dios nuestro Padre y pidámosle que escuche nuestras oraciones.
1. Para que por el testimonio de los cristianos, todos puedan reconocer en Jesús al Salvador del mundo. Roguemos al Señor.
2. Para que los jóvenes vivan como hijos de la luz, y no tengan miedo de seguir a Cristo radicalmente. Roguemos al Señor.
3. Para que los gobernantes de todas las naciones trabajen por la reconciliación y la paz, signos de la presencia de Dios. Roguemos al Señor.
4. Para que los pobres y desvalidos que no tienen defensor encuentren en Jesucristo al que trae la riqueza y la protección de Dios. Roguemos al Señor.
5. Para que el ejemplo de San Francisco Javier avive el celo de los misioneros y acreciente nuestro interés en el anuncio del Evangelio. Roguemos al Señor.
Señor Dios, acoge favorablemente nuestras súplicas y ayúdanos con tu amor en nuestras tribulaciones, para que, consolados por la presencia de tu Hijo que viene, no caigamos en la antigua servidumbre del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.
Poscomunión: Oh, Dios, que tus sacramentos enciendan en nosotros aquella ardiente caridad que inflamó a san Francisco Javier por la salvación de las almas, concédenos que, viviendo más dignamente nuestra vocación, consigamos con él la recompensa prometida a los buenos servidores. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Miércoles 4 de diciembre:
MIÉRCOLES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa propia y lecturas de feria (Leccionario II).
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: De nuevo nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía en este tiempo de Adviento, y, de nuevo, Jesús se acerca a nosotros, necesitados de su amor, y se ofrece en el altar para saciar nuestra hambre y sed de vida eterna. Por eso, comenzamos ahora la celebración de la Eucaristía pidiendo el perdón de este Dios que ha intervenido en nuestra historia trayendo la salvación, y destruyendo todos los signos de llanto y de duelo.
* Gran profeta que vienes a renovar Jerusalén.
* Resplandor de la luz eterna, que vienes a iluminar a todos los hombres.
* Deseado de las naciones, que vienes a salvar a los que están perdidos.
Colecta: Señor y Dios nuestro, prepara nuestros corazones con tu poder divino, para que cuando llegue Cristo, tu Hijo, nos encuentre dignos del banquete de la vida eterna y merezcamos recibir de su mano el alimento celestial. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Hermanos, alegres por el anuncio de la venida del Señor, oremos a Dios nuestro Padre, en la esperanza de nuestra liberación total.
1. Para que la mano de Dios aleje de la Iglesia todo mal y pecado. Roguemos al Señor.
2. Para que nunca falten sacerdotes que, llenos del amor de Dios, hagan presente a Cristo en medio de nosotros. Roguemos al Señor.
3. Para que nuestro Salvador haga desaparecer el odio, la guerra y las injusticias. Roguemos al Señor.
4. Para que Cristo, con su venida, enjugue con amor las lágrimas de todos los rostros. Roguemos al Señor.
5. Para que el Mesías nos reconforte con el gozo de la salvación a todos los que somos alimentados con el manjar celestial. Roguemos al Señor.
Dios de bondad, que sabes que necesitamos de tu gracia y de tu consuelo, escucha las oraciones que te dirigimos, y ya que esperamos con ansias la llegada de tu Hijo, concédenos aguardarlo con una confianza inquebrantable en tu amor, encarnando tu compasión con nuestros hermanos pobres y necesitados. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Imploramos tu misericordia, Señor, para que este divino alimento que hemos recibido, nos purifique del pecado y nos prepare a las fiestas que se acercan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jueves 5 de diciembre:
JUEVES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas de feria (Leccionario II).
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: Un día más, en este tiempo de adviento, nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía, recordando que Dios viene para los pobres. Sin embargo, es necesario que reconozcamos nuestra pobreza para que el Señor pueda saciarnos con sus bienes. Por eso, al comenzar la Eucaristía, le pedimos perdón.
* Tú que vienes con gran poder.
* Tú que purificas el mundo con el fuego de tu Espíritu.
* Tú que vienes para crear un cielo nuevo y una tierra nueva.
Colecta: Despierta tu poder, Señor, y ven a socorrernos con tu fuerza, para que la gracia de tu bondad apresure la salvación que retrasan nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Confiando plenamente en el Señor, la Roca perpetua que nos salva y da la prosperidad, pidámosle ahora confiadamente que nos conceda la salvación que nos trae Jesucristo.
1. Para que la Iglesia, edificada sobre la roca, que es Cristo, reciba de Él firmeza y cohesión. Roguemos al Señor.
2. Para que el Señor suscite en nuestra diócesis vocaciones sacerdotales y religiosas. Roguemos al Señor.
3. Para que todos los pueblos descubran en quien merece la pena confiar absolutamente. Roguemos al Señor.
4. Para que los pobres y los humildes reciban la ayuda de todos los cristianos. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros cumplamos la voluntad del Padre no sólo con palabras, sino también con obras. Roguemos al Señor.
Señor Dios, que eres una roca sólida, segura y fiable, atiende nuestras súplicas, y concédenos que nuestra fe no se tambalee en medio de las tormentas y tensiones de nuestro tiempo, sino que, ardiendo en deseo por cumplir tu voluntad, permanezcamos fieles al mandamiento del amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Fructifique en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Viernes 6 de diciembre:
VIERNES DE LA I SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas de feria (Leccionario II).
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: La antífona de entrada de la Misa de hoy nos dice que el Señor viene con esplendor a visitar a su pueblo con la paz y comunicarle la vida eterna. Sin embargo, nosotros, con nuestra conducta, muchas veces dejamos de merecer el participar de esta vida que Dios nos promete. Por eso, ahora, al comenzar la Eucaristía, pedimos humildemente perdón por todos nuestros pecados.
* Jesús, luz de todos los pueblos.
* Jesús, paz y alegría en los corazones.
* Jesús, Dios con nosotros.
Colecta: Despierta tu poder y ven, Señor, para que merezcamos ser protegidos por ti y nos veamos libres de los peligros que nos acechan a causa de nuestros pecados. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Imploremos a Dios, luz y salvación de su pueblo, y pidámosle que nos dé la luz de una fe viva, ardiente y luminosa.
1. Para que la Iglesia sea luz de los pueblos y de todos los hombres que buscan la salvación. Roguemos al Señor.
2. Para que el Señor suscite en nuestra diócesis abundantes vocaciones al ministerio sacerdotal. Roguemos al Señor.
3. Para que todas las naciones de la tierra, especialmente las más pobres, avancen hacia el verdadero progreso. Roguemos al Señor.
4. Para que los pobres y los oprimidos gocen del consuelo de Dios y de la fraternidad de los cristianos. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros vivamos firmes ante las dificultades de la vida, con la esperanza puesta en Dios. Roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro, que eres nuestra luz y nuestra salvación, y en quien tenemos puesta toda nuestra confianza; ten compasión de nosotros, atiende nuestras súplicas e ilumina nuestros corazones, para que no deseemos otra cosa que poder habitar en tu casa por todos los días de nuestra vida. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Saciados con el alimento espiritual te pedimos, Señor, que, por la participación en este sacramento, nos enseñes a sopesar con sabiduría los bienes de la tierra y amar intensamente los del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sábado 7 de diciembre:
SÁBADO DE LA I SEMANA DE ADVIENTO
San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia. MEMORIA OBLIGATORIA.
Color blanco. Misa propia y lecturas de feria.
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y penitencial: En este tiempo de Adviento, al igual que el pueblo de Israel, también nosotros esperamos al Salvador; pero al igual que ellos, también nosotros tenemos nuestras luchas y sucumbimos a la idolatría, negándonos a obedecer la ley de Dios. Por eso, al comenzar la Eucaristía, en la que vamos a celebrar la memoria de san Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia, pidamos perdón a Dios por todos nuestros pecados.
* Tú que enseñas el camino a los pecadores.
* Tú que harás justicia en la tierra.
* Tú que vendrás con poder y gloria a liberarnos.
Colecta: Oh, Dios, que hiciste al obispo san Ambrosio doctor de la fe católica y ejemplo de fortaleza apostólica, suscita en tu Iglesia hombres según tu corazón que la gobiernen con fortaleza y sabiduría. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Dirijamos ahora, hermanos, nuestras plegarias a Dios Padre, que es grande y poderoso y cuya sabiduría no tiene medida.
1. Para que la Iglesia, al recordar hoy a San Ambrosio, se fortalezca con el ejemplo de su vida generosa y con la sabiduría de su admirable doctrina. Roguemos al Señor.
2. Para que las familias cristianas sean hogar donde nazcan vocaciones hacia la vida religiosa y el ministerio sacerdotal. Roguemos al Señor.
3. Para que el Salvador sane los corazones destrozados por la guerra y la discordia, y cure sus heridas. Roguemos al Señor.
4. Para que los que sufren por cualquier motivo tengan a su lado a quien les dé fortaleza de ánimo. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros, siguiendo el camino que Dios nos marque, seamos instrumentos de salvación. Roguemos al Señor.
Oh, Dios, que para librar a la humanidad de la antigua esclavitud del pecado enviaste a tu Unigénito a este mundo, concede a los que esperamos con fe el don de tu amor, alcanzar la recompensa de la libertad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo.
Poscomunión: Fortalecidos, Señor, con el vigor de este sacramento, concédenos seguir de tal modo las enseñanzas de san Ambrosio que, caminando con decisión por tus sendas, nos preparemos para el gozo del banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Domingo 8 de diciembre:
II DOMINGO DE ADVIENTO
SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
Color azul o blanco. Misa y lecturas propias (Leccionario IV). Gloria.
Plegaria Eucarística III. Bendición solemne de Santa María en tiempo de Adviento.
Monición de entrada y encendido de la corona de adviento: En medio de este tiempo de Adviento, tiempo de preparación para la venida del Señor, nos reunimos en este domingo, llenos de alegría y de espíritu festivo, convocados por el recuerdo de aquella mujer que trajo al mundo la luz y la vida para todo hombre; aquella mujer en quien Dios fijó su mirada para abrir el camino de la salvación: la Santísima Virgen María, y celebrar el misterio de su Inmaculada Concepción.
Dispongámonos a comenzar la celebración, encendiendo la segunda vela de la corona de Adviento, pidiendo al Señor Jesús que la luz de su venida nos ayude a vivir con la misma actitud que María, la Virgen Inmaculada.
Al encender esta segunda vela te pedimos, Señor Jesús, que suscites en nosotros el deseo de preparar los caminos de tu venida para acogerte, como María, en nuestro corazón. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
(Se enciende el segundo cirio de la corona, entonando un canto propio de Adviento)
Y ahora, confesándonos culpables ante Dios y los demás, invocamos a nuestra Señora, la Inmaculada Virgen María, refugio de pecadores, para que interceda por nosotros.
Yo confieso….
Gloria cantado.
Colecta: Oh Dios, que por la Concepción Inmaculada de la Virgen preparaste a tu Hijo una digna morada, y en previsión de la muerte de tu Hijo la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Credo: Confesemos ahora todos juntos nuestra fe en el Cristo que nació un día en la historia, y cuyo retorno esperamos gozosos.
Oración de los fieles: Al celebrar la solemnidad del misterio de la Inmaculada Concepción de María, elevemos nuestras súplicas al Señor de cielos y tierra, que ha obrado tan grandes maravillas en la Madre de su Hijo.
1. Por la Iglesia; para que a ejemplo de María, se conserve sin mancha ni arruga, avanzando por el camino de la santidad. Roguemos al Señor.
2. Por los jóvenes y los adolescentes; para que sigan como María la virtud de la pureza y vivan siempre alegres en el amor a Dios y al prójimo. Roguemos al Señor.
3. Por nuestra patria, que venera a la Inmaculada como patrona; para que renazcan y se conserven en ella la fe y la devoción mariana, y se viva una catolicidad auténtica. Roguemos al Señor.
4. Por los enfermos y todos los que sufren física y moralmente; para que encuentren en María, consuelo de los afligidos, la protección que necesitan. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, que hemos sido elegidos en la persona de Cristo como hijos de Dios; para que seamos santos e irreprochables ante Él por el amor, y vivamos las exigencias del evangelio. Roguemos al Señor.
Dios todopoderoso, rico en misericordia, no permitas que, cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo, lo impidan los afanes terrenales, para que, aprendiendo la sabiduría celestial, podamos participar plenamente de su vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Poscomunión: Señor Dios nuestro, el sacramento que hemos recibido repare en nosotros las heridas de aquel primer pecado del que preservaste de modo singular la Concepción inmaculada de la santísima Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Venga a vosotros la gracia del Padre, cuya Palabra descendió al seno de la Virgen María para hacerse Salvador del género humano. Amén.
* Permanezca en vosotros la paz de Cristo, cuya venida esperó con gozo la santísima Virgen, Hija de Sión. Amén.
* La luz del Espíritu Santo os ilumine, para que, vigilantes en la oración y alegres en la alabanza, esperéis la segunda venida de Cristo. Amén.
Lunes 9 de diciembre:
LUNES DE LA II SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas de feria (Leccionario II).
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: En el tiempo de Adviento celebramos que Jesús viene a reconciliar al hombre con Dios, a traer la salvación de Dios a la tierra; a limpiarnos del pecado y curarnos de los males que nos aquejan. Por eso, retirándonos ahora a nuestro desierto interior, reconocemos que estamos necesitados de su salvación, y le pedimos humildemente perdón.
* Tú que vienes a despertarnos de nuestra inconsciencia.
* Tú que nos llamas a vivir en la esperanza.
* Tú que eres el Futuro grandioso que nos aguarda.
Colecta: Dirige hacia ti nuestras súplicas, Señor, para que los deseos de servirte con total pureza nos conduzcan hasta el gran misterio de la encarnación de tu Unigénito. Él, que vive y reina contigo.
Oración de los fieles: Oremos ahora, hermanos, a Dios nuestro Padre, que anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos, y que envía a su Hijo Jesucristo para salvarnos.
1. Para que la Iglesia, de palabra y de obra, sea imagen viva del amor misericordioso del Padre. Roguemos al Señor.
2. Para que el Señor ilumine la mente de los jóvenes cristianos a fin de que sean muchos los que se dediquen al ministerio sacerdotal. Roguemos al Señor.
3. Para que los gobernantes trabajen siempre por la justicia y por la paz, fruto de la bondad de Dios. Roguemos al Señor.
4. Para que los enfermos y todos los que sufren sean curados en el cuerpo y en el espíritu por Cristo, médico de las almas. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros, con la esperanza puesta en la venida del Señor, perseveremos en las buenas obras. Roguemos al Señor.
Señor y Dios nuestro, que traes la paz a tu pueblo y la salvación a tus fieles, escucha la oración que te dirigimos y haz que en tu Hijo encontremos todos el perdón de los pecados y la alegría de una vida renovada. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Fructifique en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Martes 10 de diciembre:
MARTES DE LA II SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas de feria.
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: En el Adviento oímos la voz del profeta que sigue clamando: ¡Consolad a mi pueblo! Y es que necesitamos descubrir de nuevo la ternura de Dios, su dulzura, su amor por todos nosotros; dejar que nos tome en sus brazos y reconocernos todos heridos por un mundo desorientado. Por eso, al comenzar la celebración de la Eucaristía, pedimos perdón a Dios por nuestros pecados.
* Conviértenos a Ti.
* Muéstranos tu salvación.
* Reúnenos contigo.
Colecta: Oh, Dios, que has manifestado tu salvación hasta los confines de la tierra, concédenos esperar con alegría la gloria del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo.
Oración de los fieles: Aguardando la manifestación de Jesucristo, presentemos nuestras plegarias a Dios nuestro Padre, que vela siempre por su pueblo como un pastor por su rebaño.
1. Para que la Iglesia haga oír a todos la voz amorosa de Dios, que no quiere que se pierda ni uno solo de los que llama a la conversión. Roguemos al Señor.
2. Para que los jóvenes sientan la fortaleza del Señor y no tengan miedo a seguir a Jesús en la vocación sacerdotal. Roguemos al Señor.
3. Para que los gobernantes de todos los pueblos de la tierra tengan entre ellos sentimientos de paz y concordia. Roguemos al Señor.
4. Para que los pobres y los afligidos experimenten el consuelo de Dios, que trae la salvación a todos los hombres. Roguemos al Señor.
5. Para que la palabra de Dios nos ayude a todos a vencer nuestro egoísmo y nuestra falta de fraternidad. Roguemos al Señor.
Señor, escucha la oración de tu pueblo, alegre por la esperanza de la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz que, cuando Él vuelva en su gloria al final de los tiempos, podamos alegrarnos de escuchar de sus labios la invitación a poseer el reino eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Saciados con el alimento espiritual te pedimos, Señor, que, por la participación en este sacramento, nos enseñes a sopesar con sabiduría los bienes de la tierra y amar intensamente los del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Miércoles 11 de diciembre:
MIÉRCOLES DE LA II SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas de feria.
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: Este tiempo de Adviento en el que nos encontramos, es un tiempo ideal para acercarse a Jesús y contarle nuestras preocupaciones y agobios; y a la par, pedirle perdón por nuestras debilidades, para así allanar el camino al Señor. Por eso, comenzamos la celebración de la Eucaristía pidiendo perdón a Dios por nuestros pecados.
* Tú que no tardas en cumplir tus promesas.
* Tú que no quieres que nadie perezca, sino que todos se conviertan.
* Tú que no has venido a condenarnos, sino a salvarnos.
Colecta: Dios todopoderoso, que nos mandas preparar el camino a Cristo, el Señor, concédenos, con bondad, no desfallecer por nuestra debilidad a los que esperamos la consoladora presencia del médico celestial. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Elevemos ahora nuestras oraciones a Dios todopoderoso, que está cerca de los débiles y nos colma siempre de su amistad y su ternura.
1. Para que Dios renueve constantemente a su Iglesia y todos puedan hallar en ella la paz. Roguemos al Señor.
2. Para que Cristo suscite en nuestros días y en nuestra diócesis sacerdotes santos servidores de su Evangelio. Roguemos al Señor.
3. Para que los habitantes de todo el mundo reconozcan a Dios y procuren llevar una vida según su voluntad. Roguemos al Señor.
4. Para que los que se sienten fracasados en la vida pongan en Dios su confianza y se llenen de ilusión. Roguemos al Señor.
5. Para que Cristo sea nuestro único Maestro y todos andemos, tras Él, por los caminos de la salvación. Roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que das fuerza a los cansados y alivio a los agobiados, atiende compasivo la oración que te dirigimos, y libra a tu pueblo del yugo del pecado que le esclaviza y le impide avanzar hacia ti. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Imploramos tu misericordia, Señor, para que este divino alimento que hemos recibido, nos purifique del pecado y nos prepare a las fiestas que se acercan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jueves 12 de diciembre:
JUEVES DE LA II SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas de feria.
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: Hoy es un nuevo profeta, Juan el Bautista, quien prepara el camino al Señor, quien nos anuncia que la acción de Dios estará orientada a liberar al hombre de su esclavitud del pecado. Por ello ahora, al comenzar la celebración, pedimos humildemente perdón a Dios por nuestros pecados.
* Tú que nos llamas a la conversión.
* Tú que nos ofreces el perdón de los pecados.
* Tú que eres nuestra salvación.
Colecta: Señor, aviva nuestros corazones para que preparemos los caminos a tu Unigénito, y, por su venida, merezcamos servirte con un corazón puro. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos ahora confiadamente al Señor, nuestro Dios, que es clemente y misericordioso, y no abandona nunca a los que confían en Él.
1. Para que toda la Iglesia trabaje para hacer presente en nuestro mundo el reino de Dios. Roguemos al Señor.
2. Para que los hogares cristianos de nuestra diócesis fomenten la vocación cristiana, sacerdotal y religiosa de sus hijos. Roguemos al Señor.
3. Para que en todo el mundo se trabaje por la paz, signo de la venida y de la presencia de Cristo entre nosotros. Roguemos al Señor.
4. Para que los pobres y los enfermos no se sientan abandonado, sino que confíen en la providencia de Dios. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros pongamos en Dios nuestra confianza, pues Él mismo nos auxilia. Roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro, que eres cariñoso con todas tus criaturas, escucha la oración del nuevo pueblo de tus promesas, para que estando abiertos a la voz de tu palabra y confiando en Ti, nos esforcemos por establecer en este mundo tu reino de justicia y amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Fructifique en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
En la diócesis de Jaca:
FIESTA DEL ANIVERSARIO DE
LA DEDICACIÓN DE LA S. I. CATEDRAL DE JACA
Color blanco. Misa y lecturas propias (ver separata diocesana). Gloria.
Prefacio del común de la Dedicación de una Iglesia. Plegaria Eucarística III.
Monición de entrada y acto penitencial: Celebramos hoy la fiesta del aniversario de la dedicación de la Santa Iglesia Catedral de nuestra diócesis de Jaca. Ese antiguo y bello edificio románico es la iglesia del obispo de Jaca; por eso hoy, al celebrar esta fiesta, nos debemos sentir reunidos formando comunidad cristiana más allá de nuestra parroquia, sintiéndonos Iglesia diocesana de Jaca, una Iglesia formada por piedras vivas, que somos todos nosotros. Comencemos pues, la Eucaristía, poniéndonos en silencio en la presencia del Señor que nos ha convocado y reunido en esta casa de oración, y pidámosle perdón por nuestros pecados.
* Tú que reúnes a tus hijos para formar una sola familia.
* Tú que eres el fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza.
* Tú que resucitado de entre los muertos eres vida para todos los que te siguen.
Gloria.
Colecta: Oh, Dios, que preparas una morada eterna a tu majestad con piedras vivas y elegidas, multiplica en tu Iglesia el espíritu de gracia que le has dado, de modo que tu pueblo fiel crezca siempre para la edificación de la Jerusalén del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Hermanos, como miembros integrados en la construcción de la Iglesia y convertidos en piedras vivas del templo donde Dios habita con su pueblo, dirijamos nuestra oración al Padre y supliquémosle por todos los hombres.
1. Por la Iglesia de Dios, especialmente por la que peregrina en nuestra diócesis; para que el Señor la purifique, la mantenga edificada sobre la fe de los apóstoles y en comunión con nuestro Obispo, y tenga siempre a Jesucristo como piedra angular. Roguemos al Señor.
2. Por los sacerdotes de nuestra diócesis de Jaca que se consagran al servicio del pueblo de Dios que peregrina en nuestra Iglesia particular; para que Jesucristo lleve a plenitud su vocación y sean muchos los que, siguiendo su ejemplo, se entreguen al servicio de Dios y de la Iglesia. Roguemos al Señor.
3. Por la paz entre los pueblos, en los hogares y en las relaciones interpersonales; para que los hombres aprendamos a amarnos mutuamente y adelantar ya aquí la Jerusalén celestial. Roguemos al Señor.
4. Por los que se han apartado de la comunión de la Iglesia, por los que buscan la verdad fuera de ella, por los que la critican o se sienten abandonados de su solicitud; para que el Espíritu de la verdad los atraiga a su seno y encuentren comprensión, perdón, ayuda y amistad. Roguemos al Señor.
5. Por todos los que hemos sido incorporados a la Iglesia por el baño del Bautismo; para que, trabajando por nuestra santidad, seamos solidarios con nuestros hermanos y amándonos sin egoísmos construyamos juntos la única Iglesia de Cristo. Roguemos al Señor.
Señor y Dios nuestro, que quisiste habitar en el corazón de los hombres y nos permites congregarnos para alabarte en templos consagrados a Ti; escucha nuestras súplicas y danos tu Espíritu para que nunca nos apartemos de Ti, antes bien hagamos de nuestras vidas moradas donde Tú habites y donde constantemente se te alabe y glorifique. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Poscomunión: Oh, Dios, que has querido hacer de tu Iglesia signo temporal de la Jerusalén del cielo, concédenos, por la participación en este sacramento, ser transformados en templo de tu gracia y entrar en la morada de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Viernes 13 de diciembre:
VIERNES DE LA II SEMANA DE ADVIENTO
Santa Lucía, virgen y mártir. MEMORIA OBLIGATORIA
Color rojo. Colecta propia. Resto y lecturas de feria.
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: Al comenzar la celebración de la Eucaristía en el día en el que celebramos la memoria de Santa Lucía, cuyo nombre rememora “la luz” y que en este tiempo del Adviento nos prepara para recibir a Jesús -quien hace realidad las promesas de Dios al pueblo de Israel-, convirtamos nuestros corazones y llevemos una vida honrada y religiosa, mientras esperamos la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro. Pidámosle perdón por nuestros pecados.
* Luz del mundo, que vienes a iluminar a los que viven en las tinieblas del pecado.
* Buen Pastor, que vienes a guiar a tu rebaño por las sendas de la verdad y de la justicia.
* Deseado de las naciones, que vienes a salvar el hombre que tú mismo formaste del fango.
Colecta: Te pedimos, Señor, que la gloriosa intercesión de santa Lucía, virgen y mártir, sea nuestro apoyo para celebrar ahora su nacimiento para el cielo y contemplar también las realidades eternas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Elevemos nuestras plegarias al Señor, que nos pide que nos comprometamos seriamente para poder guiar a nuestro mundo hacia la vida, la justicia y la felicidad.
1. Para que la Iglesia sea en todas partes la luz que guía y marca el camino que lleva a Jesucristo. Roguemos al Señor.
2. Para que siempre haya corazones dispuestos a seguir la llamada de Dios y dedicar su vida al servicio de sus hermanos. Roguemos al Señor.
3. Para que los que gobiernan las naciones se dejen guiar en todo momento por la sabiduría de Dios. Roguemos al Señor.
4. Para que los corazones de los que viven alejados de Dios se abran a la verdad de Cristo. Roguemos al Señor.
5. Para que la intercesión de santa Lucía nos alcance la luz de la fe y abra los ojos de nuestro corazón para descubrir los bienes eternos. Roguemos al Señor.
Dios todopoderoso, concede a tu pueblo esperar vigilante la venida de tu Unigénito, para que nos apresuremos a salir a su encuentro con las lámparas encendidas, como nos enseñó nuestro Salvador. Él, que vive y reina contigo.
Poscomunión: Saciados con el alimento espiritual te pedimos, Señor, que, por la participación en este sacramento, nos enseñes a sopesar con sabiduría los bienes de la tierra y amar intensamente los del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sábado 14 de diciembre:
SÁBADO DE LA II SEMANA DE ADVIENTO
San Juan de la Cruz, presbítero y doctor. MEMORIA OBLIGATORIA
Color blanco. Misa propia y lecturas de feria.
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: En Adviento todos hemos de disponernos para que el fuego del amor cristiano prenda en nosotros y seamos propagadores de él a los demás. Por eso, ahora, al comenzar la Eucaristía, en la que celebraremos la memoria de San Juan de la Cruz, pedimos al Señor que nos ayude a recibirle como Salvador y que nuestra vida sea testimonio de la acogida que le damos a Él. Convirtámonos, hermanos, y llevemos una vida honrada y religiosa, mientras esperamos la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro.
* Enviado del Padre para anunciar la Buena Noticia a los pobres.
* Mensajero de la paz, Luz del mundo, Deseado de las naciones.
* Hijo de David, que volverás un día para dar cumplimiento a las promesas del Padre.
Colecta: Colecta: Oh, Dios, que hiciste a san Juan de la Cruz, presbítero, insigne por su perfecta abnegación y amor a la cruz, concédenos imitarle siempre para llegar a la contemplación eterna de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Acudamos ahora a Dios Padre, que quiere manifestarnos su gloria, y presentémosle nuestra oración, pidiéndole que su salvación alcance pronto a todos los hombres.
1. Para que Dios visite, renueve y fortalezca a la Iglesia con los dones de su gracia. Roguemos al Señor.
2. Para que las familias acepten con valentía y gozo la llamada al sacerdocio de sus miembros. Roguemos al Señor.
3. Para que la paz de Dios apague todos los odios y recelos, y todos vivan reconciliados entre sí. Roguemos al Señor.
4. Para que la luz de Cristo disipe las tinieblas de los que están enfermos y sufren por cualquier motivo. Roguemos al Señor.
5. Para que siguiendo el ejemplo de san Juan de la Cruz busquemos el rostro de Dios y nos entreguemos a la oración y a la contemplación de los misterios de su amor. Roguemos al Señor.
Amanezca en nuestros corazones, Dios todopoderoso, el resplandor de tu gloria, para que, disipadas las tinieblas de la noche, la llegada de tu Unigénito manifieste que somos hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo.
Poscomunión: Oh, Dios, que iluminaste de modo admirable el misterio de la cruz en san Juan de la Cruz, concédenos, por tu bondad, que, fortalecidos por este sacrificio, permanezcamos siempre fieles a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Domingo 15 de diciembre:
DOMINGO III DE ADVIENTO
Color rosa o morado. Misa y lecturas del Domingo (leccionario II).
Sin Gloria. Aleluya. Credo.
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística para las Misas con niños III con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y encendido de la corona de adviento: De nuevo nos reunimos en torno a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía para celebrar el día del Señor, que en este tercer domingo de Adviento nos invita a alegrarnos siempre en el Señor, porque el Señor está cerca. Pero nuestra alegría no debe quedarse en lo puramente exterior, sino que debe brotar de nuestros corazones, necesitados de la salvación que nos trae Jesucristo.
Que el tercer cirio de la corona de Adviento que vamos a encender sea expresión de la luz que el Señor trae a nuestras vidas con su venida.
(Mientras se enciende el cirio):
Al encender esta tercera vela te pedimos, Señor Jesús, que con nuestras obras hagamos realidad en este mundo tu reino mientras esperamos tu regreso. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
(Se repite la estrofa del canto de entrada)
(Si no se ha encendido la corona de adviento): Ahora, al comenzar la celebración de estos sagrados misterios, reconozcamos en unos momentos de silencio nuestros pecados, sabiéndonos necesitados de la salvación que Dios nos da en Jesucristo.
* Tú, que fortaleces las manos débiles.
* Tú, que robusteces las rodillas vacilantes.
* Tú, que eliminas los miedos del corazón cobarde.
No hay Gloria.
Colecta: Oh, Dios, que contemplas como tu pueblo espera con fidelidad la fiesta del nacimiento del Señor, concédenos llegar a la alegría de tan gran acontecimiento de salvación y celebrarlo siempre con solemnidad y júbilo desbordante. Por nuestro Señor Jesucristo.
Credo: Confesemos ahora todos juntos, con las palabras que nos transmitieron los apóstoles, nuestra fe en el Cristo que nació un día en la historia, y cuyo retorno esperamos gozosos.
Oración de los fieles: Alegres y gozosos por el anuncio de la venida del Señor a nuestra tierra, oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre, mientras esperamos confiadamente nuestra total liberación.
1. Por Iglesia, mensajera de Cristo en el mundo; para que, manteniéndose firme ante la venida del Señor, sepa decir a todos con signos y palabras quién es la Buena Noticia de la Salvación. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones al ministerio ordenado en nuestra diócesis; para que haya numerosos sacerdotes que nos anuncien la Buena Noticia del Señor que viene a salvarnos y que mantiene su fidelidad perpetuamente. Roguemos al Señor.
3. Por todos los gobernantes; para que trabajen por hacer justicia a los oprimidos, dar pan a los hambrientos, y por el bienestar de los más necesitados y todos los que sufren de cualquier modo. Roguemos al Señor.
4. Por los que buscan sin fe, preguntándose si es Cristo el que ha de venir o si hay que esperar a otro; para que el mismo Cristo los ilumine con su mensaje, y no se sientan defraudados, y vean en Él al que trae el desquite y nos resarcirá y salvará. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, que aguardamos la venida del Señor; para que nos mantengamos firmes en nuestra fidelidad a Cristo, y así seamos testigos creíbles de su amor y su verdad en medio del mundo. Roguemos al Señor.
Señor y Dios nuestro, que enderezas a los que ya se doblan y reinas eternamente; escucha las oraciones de tu pueblo y, con la fuerza de tu amor, guárdanos en nuestro peregrinar hacia el que ha de venir, para que, perseverando con paciencia, hagamos madurar las semillas que Tú mismo siembras en nuestros corazones y las hagamos fructificar con acción de gracias. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Imploramos tu misericordia, Señor, para que este divino alimento que hemos recibido nos purifique del pecado y nos prepare a las fiestas que se acercan. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creéis y cuyo retorno glorioso esperáis, en la celebración de los misterios del Adviento, os ilumine y os llene de sus bendiciones.
* Dios os mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor.
* Y así, los que ahora os alegráis por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria recibáis el premio de la vida eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Lunes 16 de diciembre:
LUNES DE LA III SEMANA DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas de feria (Leccionario II).
Prefacio I de Adviento. Plegaria Eucarística II.
Monición de entrada y acto penitencial: La antífona de entrada de la Misa de hoy dice. “Escuchad, pueblos, la palabra del Señor; anunciadla en los confines de la tierra: Mirad a nuestro Salvador que viene; no temáis.” Este Salvador que viene El nos limpiará del pecado, por eso al comenzar la Eucaristía, le pedimos humildemente perdón.
* Tú que descendiste del cielo para traernos el perdón del Padre.
* Tú que vienes a visitarnos, para que en tu presencia encontremos la paz.
* Tú que volverás con gloria al fin de los tiempos para pedirnos cuenta del trabajo que nos encomendaste.
Colecta: Escucha con piedad nuestras súplicas, Señor, e ilumina las tinieblas de nuestro corazón con la gracia de tu Hijo, que viene a visitarnos. Él, que vive y reina contigo.
Oración de los fieles: Mientras aguardamos, en este tiempo santo de Adviento, la venida de Jesucristo, nuestro Redentor, elevemos nuestra oración a Dios Padre, fuente y principio de todo bien.
1. Para que la Iglesia, con el ejemplo de su santidad, pueda enseñar con valentía los caminos de Cristo. Roguemos al Señor.
2. Para que Jesús invite a muchos jóvenes a seguirlo en el ministerio sacerdotal al servicio de nuestra diócesis. Roguemos al Señor.
3. Para que la suprema autoridad de Cristo oriente el gobierno de las naciones, y avancen en la paz y la concordia. Roguemos al Señor.
4. Para que los pobres y los que sufren vean encendida la lámpara de la esperanza en la venida gloriosa de Cristo. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros, que esperamos la venida de Cristo, seamos en nuestro alrededor testigos de la misericordia de Dios. Roguemos al Señor.
Dios de poder y misericordia, escucha la oración tu pueblo que aguarda la venida de tu Hijo y transforma nuestros corazones para que podamos reconocer en Jesús la luz y la voz de aquel que nos viene a traer tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Fructifique en nosotros, Señor, la celebración de estos sacramentos, con los que tú nos enseñas, ya en este mundo que pasa, a descubrir el valor de los bienes del cielo y a poner en ellos nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Martes 17 de diciembre:
FERIA MAYOR
Color morado. Misa y lecturas de feria. Prefacio II de Adviento.
Plegaria Eucarística III para las Misas con niños con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y acto penitencial: Estamos en la recta final del Adviento, es decir, que debemos estar a la expectativa, o, mejor dicho, en vigilante espera. La voz de los profetas, que mantuvo en vilo las esperanzas del pueblo de Israel castigado tantas veces en su historia, suena para nosotros, castigados o fustigados por un mundo que nos sofoca. La voz de los profetas es la voz de Dios que nos alerta. Algo grande está a punto de ocurrir. Por ello, nosotros pedimos ahora, al comenzar la celebración, que el Señor se compadezca de nosotros, y perdone nuestros pecados.
* Oh Sabiduría, que brotaste de los labios del Altísimo.
* Tú que abarcas del uno al otro confín y ordenas todo con firmeza y suavidad.
* Ven, y muéstranos el camino de la salvación.
Colecta: Oh, Dios, creador y redentor de la naturaleza humana, que has querido que tu Verbo se encarnase en el seno de María, siempre virgen, escucha complacido nuestras súplicas, para que tu Unigénito, hecho hombre, nos haga partícipes de su divinidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Levantemos, hermanos, nuestra alma a Dios y supliquémosle que disponga el corazón de los hombres para recibir al Salvador, que ya está cerca.
1. Para que Dios se digne mirar y visitar a la Iglesia, viña que su derecha plantó. Roguemos al Señor.
2. Para que como María, los jóvenes extiendan con la entrega radical de sus vidas el Reino que nos trae el Emmanuel. Roguemos al Señor.
3. Para que conceda a todos los gobernantes trabajar por la paz y la justicia. Roguemos al Señor.
4. Para que se acuerde de las promesas hechas a nuestros padres de Israel. Roguemos al Señor.
5. Para que restaure en todos nosotros la imagen de su Hijo, y así contemplemos su salvación. Roguemos al Señor.
Oh Dios, origen de la sabiduría y principio de nuestra salvación, que por un designio de tu bondad, bendijiste a aquellas antiguas generaciones que fueron el camino por el que tu Hijo vino al mundo, escucha nuestras oraciones y bendice con tus dones a quienes nos preparamos para celebrar el misterio de la Navidad. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Dios todopoderoso, que nos has alimentado con el don divino, te pedimos que, inflamados por el fuego de tu Espíritu, resplandezcamos delante de Cristo que se acerca, como luminarias de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creéis y cuyo retorno glorioso esperáis, en la celebración de los misterios del Adviento, os ilumine y os llene de sus bendiciones.
* Dios os mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor.
* Y así, los que ahora os alegráis por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria recibáis el premio de la vida eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Miércoles 18 de diciembre:
FERIA MAYOR
Color morado. Misa y lecturas de feria. Prefacio IV de Adviento.
Plegaria Eucarística III para las Misas con niños con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y acto penitencial: El Mesías, que Juan nos anunció como Cordero, vendrá como Rey. El Señor vino y está con nosotros; pero su presencia oculta ha de manifestarse un día para que nuestro gozo sea cumplido y aparezca también la gloria de los hijos de Dios. Recordando su primera venida y esperando su gloriosa manifestación a fin de los tiempos, vigilando en oración como Él nos advirtió, nos reunimos hoy para celebrar la Acción de Gracias al Padre. Y al comenzar la celebración de los sagrados misterios, pidamos perdón a Dios por nuestros pecados.
* Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel.
* Tú que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley.
* Ven a librarnos con el poder de tu brazo.
Colecta: Dios todopoderoso, concede a los que vivimos oprimidos por la antigua esclavitud del pecado ser liberados por el nuevo y esperado nacimiento de tu Unigénito. Él, que vive y reina contigo.
Oración de los fieles : Oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre, que es nuestro bien y que, por Jesús, quiere salvar a todos los hombres.
1. Para que la Iglesia muestre a todos a Jesucristo, la vía segura para llegar al Padre. Roguemos al Señor.
2. Para que, como María, los jóvenes acojan a Jesús que viene y los llama a seguirle. Roguemos al Señor.
3. Para que los gobernantes contribuyan a que en sus pueblos florezca la justicia y la paz abunde en toda la tierra. Roguemos al Señor.
4. Para que Jesucristo, con la fuerza de su Espíritu, libre de sus angustias a todos los que sufren en el mundo. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros seamos liberados de la esclavitud del pecado y vivamos con la esperanza puesta en Dios. Roguemos al Señor.
Oh Dios, Padre y Pastor del pueblo que camina al encuentro del Mesías, que por medio de Jesucristo quieres restaurar la justicia y la fidelidad; escucha nuestras oraciones y haz que el ejemplo de amor y servicialidad de san José nos disponga para acoger entre nosotros a tu Hijo, que viene a salvarnos del pecado. Por Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la comunión: Señor, que recibamos tu misericordia en medio de tu templo y preparemos dignamente las fiestas cercanas de nuestra redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creéis y cuyo retorno glorioso esperáis, en la celebración de los misterios del Adviento, os ilumine y os llene de sus bendiciones.
* Dios os mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor.
* Y así, los que ahora os alegráis por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria recibáis el premio de la vida eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Jueves 19 de diciembre:
FERIA MAYOR
Color morado. Misa y lecturas de feria. Prefacio II de Adviento.
Plegaria Eucarística III para las Misas con niños con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y acto penitencial: El que viene llegará sin retraso y ya no habrá temor en nuestra tierra, porque él es nuestro Salvador. Este anuncio es el que estamos anunciando en el Adviento. Celebrar el Adviento es tomar conciencia de nuestras responsabilidades y escuchar la llamada de Dios que nos interpela en los acontecimientos del mundo. Allí donde haya una injusticia, un conflicto, una opresión, fruto del pecado, nosotros debemos abrir camino para la justicia, la paz y la libertad, anticipo del Reino de Dios. Comencemos pues, la celebración de la Eucaristía, pidiendo humildemente perdón a Dios por nuestros pecados.
* Oh Renuevo del tronco de Jesé, que te alzas como un signo para los pueblos.
* Tú, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones.
* Ven a librarnos, no tardes más.
Colecta: Oh, Dios, que has querido revelar al mundo
el resplandor de tu gloria por el parto de la Virgen santa, concédenos proclamar con fe íntegra y celebrar con piedad sincera el gran misterio de la Encarnación. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Acudamos ahora, hermanos, llenos de confianza al Señor, Dios del universo, fuente de la vida y de la salvación.
1. Por la Iglesia, para que alegre por la venida del Mesías, guíe y ayude a sus hijos a disponerse para acoger al Salvador con una vida santa e inmaculada. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales; para que Dios suscite pastores al servicio de nuestra diócesis. Roguemos al Señor.
3. Por todas las naciones; para que del corazón de todos los pueblos broten súplicas a quien viene a librarlos de todo mal. Roguemos al Señor.
4. Por los que sufren a causa de las desavenencias humanas; para Dios tenga compasión de todos ellos. Roguemos al Señor
5. Por todos nosotros, que nos preparamos para recibir a Cristo; para que Dios nos proteja y guarde todos los días de nuestra vida. Roguemos al Señor.
Señor y Dios nuestro, que con admirable providencia te preparaste un pueblo para acoger a tu Hijo como salvador y velaste por la santidad de vida de Juan Bautista, su precursor; escucha las oraciones de tu Iglesia y haz de ella un pueblo bien dispuesto para acoger la venida de Cristo en las fiestas de Navidad que se acercan. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Dios todopoderoso, sé propicio con nosotros y, al darte gracias por los dones recibidos, haz que de tal modo deseemos los que están por llegar, que recibamos con el corazón purificado el nacimiento admirable de nuestro Salvador. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Bendición solemne:
* Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creéis y cuyo retorno glorioso esperáis, en la celebración de los misterios del Adviento, os ilumine y os llene de sus bendiciones.
* Dios os mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor.
* Y así, los que ahora os alegráis por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria recibáis el premio de la vida eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Viernes 20 de diciembre:
FERIA MAYOR
Color morado. Misa y lecturas de feria. Prefacio IV de Adviento.
Plegaria Eucarística III para las Misas con niños con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y acto penitencial: Brotará un renuevo del tronco de Jesé y la gloria del Señor llenará toda la tierra. Todos verán la salvación de Dios. Junto a la voz del Bautista, que descubre la presencia del Mesías en medio de su pueblo, la Liturgia de Adviento nos recuerda el silencio de María que lo lleva en sus entrañas. De igual modo, todos los cristianos formamos ese pueblo de Dios en el que está escondida la presencia del Salvador, el Deseado de todos los pueblos. Pero nosotros también somos la Iglesia que peregrina, igual que María, la Virgen Madre de Dios, llevando en sus entrañas el Futuro del mundo, el Señor que ha de manifestarse al final de los tiempos.
Comencemos la celebración de la Eucaristía pidiendo perdón al Señor por las veces que nos hemos encerrado a Cristo para nosotros mismos y no lo hemos querido dar a conocer a los demás.
* Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel.
* Tú que abre y nadie puede cerrar, cierras y nadie puede abrir.
* Ven y libra a los cautivos que viven en tinieblas y en sombra de muerte.
Colecta: Oh, Dios de eterna grandeza, ya que la Virgen Inmaculada, por el anuncio del ángel, acogió tu Verbo inefable y, transformada en templo de tu divinidad, se llenó con la luz del Espíritu Santo, concédenos que, a ejemplo suyo, aceptemos humildemente tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Pidamos ahora, hermanos, la ayuda de Dios que ama a su pueblo con amor eterno, y supliquémosle que se acuerde de nosotros y de todos los hombres.
1. Para que la Iglesia, a ejemplo de la Virgen María, esté siempre en actitud de acogida obediente a la voluntad de Dios. Roguemos al Señor.
2. Para que el Señor escuche la oración de la Iglesia, la bendiga con nuevas y santas vocaciones a la vida consagrada y sacerdotal y dé fecundidad a su tarea misionera. Roguemos al Señor.
3. Para que los que ejercen autoridad y poder en el mundo sepan fiarse de la providencia de Dios, que conduce la historia. Roguemos al Señor.
4. Para que los enfermos y todos los que sufren descubran la presencia misteriosa de Jesucristo en su mismo dolor. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros nos preparemos a recordar la Natividad del Señor Jesús con un corazón bien dispuesto. Roguemos al Señor.
Dios y Padre nuestro, Señor de los señores, que elegiste a la Virgen María para ser la Madre de tu Hijo y aceptaste la ofrenda de su vida; escucha nuestras plegarias y, por su intercesión, haz que acojamos tu palabra en nuestros corazones y estemos siempre dispuestos a servirte dócilmente en el cumplimiento de tu voluntad. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Protege, Señor, con tu poder divino a los que alimentas con los dones del cielo, para que, al participar en tus misterios, les concedas gozar de la paz verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creéis y cuyo retorno glorioso esperáis, en la celebración de los misterios del Adviento, os ilumine y os llene de sus bendiciones.
* Dios os mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor.
* Y así, los que ahora os alegráis por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria recibáis el premio de la vida eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Sábado 21 de diciembre:
FERIA MAYOR.
Color morado. Misa y lecturas de feria. Prefacio IV de Adviento.
Plegaria Eucarística III para las Misas con niños con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y acto penitencial: Muy pronto vendrá el Señor, que domina los pueblos, y se llamará Enmanuel, porque tendremos a Dios-con-nosotros. Una vez más nos reunimos para escuchar la Palabra de Dios, cansados ya de escuchar tantas palabras humanas que no nos pueden salvar. Venimos a alimentar nuestra esperanza, que es la esperanza del mundo, de la que todos nosotros somos responsables. Venimos a celebrar esta esperanza que nos une con el Señor que ha de venir, y que ahora, una vez más, vendrá a nosotros en su Palabra y en el Pan y en el Vino de la Eucaristía. Con estas disposiciones, pongámonos en su presencia, y comencemos la celebración de los sagrados misterios pidiéndole perdón por nuestros pecados.
– Oh Sol que naces de lo alto.
– Resplandor de la luz eterna y Sol de justicia.
– Ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte
Colecta: Escucha con bondad, Señor, las oraciones de tu pueblo, para que, alegres por la venida de tu Unigénito en nuestra carne, consigamos la recompensa de la vida eterna cuando vuelva en la majestad de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre, que es nuestro auxilio y escudo, y pidámosle que se manifieste a todos los hombres con el nacimiento de su Hijo, el Redentor.
1. Para que la Iglesia ayude a todos los fieles a salir al encuentro de Cristo que viene a salvarnos. Roguemos al Señor.
2. Para que no falten quienes por su entrega den frutos de santidad y sean ejemplo para cuantos buscan a Dios. Roguemos al Señor.
3. Para que los gobernantes de todo el mundo busquen soluciones de paz y justicia para los graves problemas de la sociedad. Roguemos al Señor.
4. Para que la esperanza de los pobres y de todos los marginados se vea renovada por la fraternidad de los cristianos. Roguemos al Señor.
5. Para que el ejemplo de la Virgen María nos haga esperar la venida de Cristo con el corazón esperanzado por la fe en la salvación. Roguemos al Señor.
Oh Dios, que con la visita de la Virgen María, arca de la nueva alianza, llevaste la salvación y la alegría a la casa de Isabel; escucha las peticiones que te hemos dirigido y haz que cada encuentro con nuestros hermanos se convierta en bendición, gracia, alegría y entrega generosa a ti y a toda la humanidad. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Señor, que la participación en los divinos misterios sirva de continua protección a tu pueblo, para que, con plena entrega a tu servicio, obtenga con abundancia la salvación de alma y cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Domingo 22 de diciembre:
DOMINGO IV DE ADVIENTO
Color morado. Misa y lecturas del Domingo (leccionario II).
Sin Gloria. Aleluya. Credo.
Prefacio IV de Adviento. Plegaria Eucarística para las Misas con niños III con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y encendido de la corona de Adviento: En este cuarto y último domingo de Adviento, cuando ya estamos cerca de la celebración de la Navidad, nos encontramos con una figura muy especial en el tiempo de Adviento, que es la Virgen María, quien junto con su esposo, San José, se convierte para nosotros en modelo de preparación para la venida del Señor.
Como José, como María, nosotros queremos recibir a Jesús y queremos que su venida sea una luz brillante para el mundo entero. Por eso ahora, en este último domingo de Adviento, encendemos ya el último cirio de la corona esperanzados en que la luz de Jesús iluminará toda oscuridad, y hará de nosotros constructores de esperanza, de justicia, de fraternidad, de fe.
(Mientras se enciende el cirio):
Al encender esta cuarta vela te pedimos, Señor Jesús, que acojamos tu venida como la Virgen María te acogió en sus entrañas purísimas, para que tu vida divina transforme nuestra existencia. Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!
(Se repite la estrofa del canto de entrada).
Dispongámonos, pues, para celebrar dignamente estos sagrados misterios pidiendo perdón a Dios por nuestros pecados, y suplicándole que llene nuestras almas con su gracia y su luz.
* Tú que vienes a visitar a tu pueblo con la paz
* Tú que te has encarnado en el seno de la Virgen María
* Tú que vienes a crear un mundo nuevo
No hay gloria.
Colecta: Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que, quienes hemos conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de Cristo, tu Hijo, lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Credo: Confesemos ahora todos juntos, con las palabras que nos transmitieron los apóstoles, nuestra fe en el Cristo que nació un día en la historia, y cuyo retorno esperamos gozosos.
Oración de los fieles: Pidamos ahora confiadamente, hermanos, el auxilio del Señor, y sabiendo que no quedaremos defraudados acudiendo a Él, oremos confiadamente a nuestro Padre del cielo, suplicándole que bendiga a toda la familia humana.
1. Para que el Espíritu Santo haga germinar en la Iglesia la esperanza de que todos los gentiles respondan a la fe para gloria de Dios y la aliente a proclamar por todas partes que Jesucristo es el Dios con nosotros. Roguemos al Señor.
2. Para que siempre haya cristianos dispuestos a entregar totalmente su vida al servicio de la Iglesia, sobre todo en el ministerio sacerdotal y en la vida consagrada. Roguemos al Señor.
3. Para que pongan a la base de su compromiso civil el valor primario de la persona humana, especialmente de las más pobres e inocentes, según la enseñanza y el ejemplo de Cristo Maestro. Roguemos al Señor.
4. Para que aquellos que no creen en Cristo hallen en nuestra acogida fraterna un estímulo que los empuje hacia el Salvador, que viene a salvar al pueblo de sus pecados, con un corazón abierto y confiado. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, reunidos en la inminente preparación a la Navidad; para que el Espíritu Santo nos dé la valentía necesaria para realizar las opciones que Cristo, Juez y Salvador, espera de cada uno de nosotros y de toda la humanidad. Roguemos al Señor.
Señor Dios, que has mostrado la gratuidad y la fuerza de tu amor eligiendo las entrañas purísimas de María para revestir de cuerpo mortal a tu Hijo, nacido de la estirpe de David según la carne; escucha nuestras plegarias y haz que también nosotros sepamos acoger y engendrar espiritualmente a Cristo, que fue prometido ya por tus profetas en las Escrituras Santas, escuchando tu palabra y obedeciendo a la fe. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Dios todopoderoso, después de recibir la prenda de la salvación eterna, te pedimos que crezca en nosotros tanto el fervor para celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo, cuanto más se acerca la gran fiesta de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creéis y cuyo retorno glorioso esperáis, en la celebración de los misterios del Adviento, os ilumine y os llene de sus bendiciones.
* Dios os mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor.
* Y así, los que ahora os alegráis por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria recibáis el premio de la vida eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Lunes 23 de diciembre:
FERIA MAYOR
Color morado. Misa y lecturas de feria. Prefacio II de Adviento.
Plegaria Eucarística III para las Misas con niños con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y acto penitencial: Un niño nos va a nacer y es su nombre: Dios guerrero; Él será la bendición de todos los pueblos. Dispongamos ahora nuestro espíritu a recibir a este niño, que no es otro que el mismo Cristo Jesús, nuestro Redentor, que ya está a punto de llegar a nuestro mundo y a nuestras vidas. Y para que encuentre la cuna de nuestro corazón bien preparada, comencemos la celebración de la Eucaristía pidiendo perdón humildemente por nuestros pecados.
* Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro.
* Tú, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos.
* Ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
Colecta: Dios todopoderoso y eterno, al ver que se acerca el nacimiento de tu Hijo según la carne, te pedimos que nosotros, indignos siervos tuyos, recibamos la misericordia del Verbo, Jesucristo, Señor nuestro, que se ha dignado encarnarse en la Virgen María y habitar entre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Con la esperanza puesta en el amor de Dios, que es bueno y enseña el camino a los pecadores, dirijamos nuestras súplicas al Padre del cielo.
1. Para que el Espíritu Santo disponga los corazones de todos los cristianos para recibir a Jesucristo. Roguemos al Señor.
2. Para que imitando la santidad de María, los jóvenes y hagan de sus vidas una entrega a Dios y a sus hermanos. Roguemos al Señor.
3. Para que la venida del Salvador instaure en el mundo entero los cielos nuevos y la tierra nueva. Roguemos al Señor.
4. Para que todos los que sufren levanten sus ojos hacia Cristo con la esperanza de ser liberados de todo mal. Roguemos al Señor.
5. Para que la llegada de Cristo despierte nuestra fe adormecida, reavive nuestra esperanza y fortalezca nuestra caridad. Roguemos al Señor.
Dios y Padre nuestro, al presentarte nuestras plegarias te suplicamos con confianza que, así como preparaste la venida de tu Hijo al mundo, enviando delante de él a Juan Bautista, el Precursor, prepares ahora, con el rocío de tu gracia, su venida a nuestros corazones en las próximas fiestas de Navidad. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Alimentados con el don del cielo danos benigno tu paz, Señor, para que merezcamos salir, con las lámparas encendidas, al encuentro de tu Hijo muy amado que llega. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Martes 24 de diciembre:
FERIA MAYOR
Misa matutina
Color morado. Misa y lecturas de feria. Prefacio IV de Adviento.
Plegaria Eucarística III para las Misas con niños con embolismos propios de Adviento. Bendición solemne de Adviento.
Monición de entrada y acto penitencial: Ya se cumple el tiempo en el que Dios envió a su Hijo a la tierra. Ya estamos a punto de celebrar la fiesta de Navidad. Hoy mismo, todo el orbe cristiano se llenará de alegría y gozo. El ambiente familiar típico de la Navidad empieza a respirarse en nuestras casas y en nuestras calles. Cristo va a nacer. Comencemos pues, ahora nosotros esta celebración eucarística, con la que concluimos el tiempo de Adviento, el tiempo de gracia que Dios nos ha concedido para revisar nuestra vida y prepararnos al misterio del nacimiento de Cristo Jesús. Pidamos perdón por nuestros pecados.
* Tú que eres la salvación que nos libra de nuestros enemigos
* Tú que realizas la misericordia que Dios tuvo con nuestros padres
* Tú que guiarás nuestros pasos en el camino de la paz
Colecta: Apresúrate, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que lo esperan todo de tu amor. Tú, que vives y reinas con el Padre.
Oración de los fieles: Oremos a Dios, nuestro Padre, que ha sellado una alianza con David, su siervo elegido, pidiéndole que llene al mundo entero con sus bendiciones.
1. Para que la Iglesia acoja la visita de su Salvador con cánticos gozosos, frutos de la fe y de la alabanza. Roguemos al Señor.
2. Para que al Pueblo de Dios no le falten pastores que con generosidad y comprensión repartan el pan de la Palabra y el Cuerpo del Señor. Roguemos al Señor.
3. Para que Jesucristo destruya los muros del odio y allane los caminos de la concordia, y así el mundo viva en paz. Roguemos al Señor.
4. Para que los que están abatidos por el sufrimiento se abran a la esperanza que nace de la fe en el amor fiel de Dios. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros nos preparemos para recibir a Jesucristo con un corazón puro y generoso, sin egoísmos ni desánimos. Roguemos al Señor.
Señor, Dios de amor y de poder, que cumpliste tu promesa de salvarnos
cuando Jesús, tu Hijo, se hizo uno de nosotros; escucha las plegarias de tu pueblo y concédenos el perdón de nuestros pecados y la gracia de poderte servir con santidad y justicia en tu presencia, todos nuestros días. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Recreados por tu admirable don, Señor, concédenos prepararnos para adorar a tu Hijo en su nacimiento, de manera que recibamos con gozo sus bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios todopoderoso y rico en misericordia, por su Hijo Jesucristo, cuya venida en carne creéis y cuyo retorno glorioso esperáis, en la celebración de los misterios del Adviento, os ilumine y os llene de sus bendiciones.
* Dios os mantenga durante esta vida firmes en la fe, alegres por la esperanza y diligentes en el amor.
* Y así, los que ahora os alegráis por el próximo nacimiento de nuestro Redentor, cuando venga de nuevo en la majestad de su gloria recibáis el premio de la vida eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
En la tarde del 24 de diciembre:
SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR
Misa vespertina de la vigilia
Color blanco. Misa y lecturas propias de la Misa vespertina de la vigilia.
Gloria. Credo (de rodillas al “incarnatus”).
Prefacio I de Navidad. Canon romano con embolismos propios.
Bendición solemne de Navidad.
La paz y el amor de Dios, nuestro Padre, que se han manifestado en Cristo, nacido para nuestra salvación, estén con vosotros.
Monición de entrada y acto penitencial: Unidos a todos los creyentes del mundo que, junto a nosotros, comienzan a celebrar la Natividad del Señor, nos hemos reunido para celebrar que esta noche se nos revelará la bondad de Dios y su amor a la humanidad. Como nos dice la antífona de entrada de esta Misa: «Hoy sabréis que el Señor vendrá y nos salvará, y mañana veréis la gloria del Señor».
Comencemos pues, queridos hermanos, la Eucaristía de la gran fiesta cristiana de la Navidad; y puestos en la presencia del Señor nuestro Dios, hecho Niño en Belén, reconozcamos con humildad nuestros pecados, e imploremos confiadamente la misericordia del Señor.
* Tú que eres el Verbo de Dios hecho hombre.
* Tú que eres la imagen de Dios invisible.
* Tú que eres el Santo de Dios.
Monición al Gloria: Nos asociamos ahora al coro de los ángeles y los santos, aclamando al Señor con las palabras que resonaron en la oscura noche de Belén.
Colecta: Oh, Dios, que cada año nos alegras con la esperanza de nuestra redención, concede a quienes acogemos gozosos a tu Unigénito, Jesucristo Señor nuestro, como Redentor poder contemplarle sin temor cuando venga también como Juez. Él, que vive y reina contigo.
Monición al Credo: Al proclamar hoy nuestra fe en el misterio de la encarnación y el nacimiento del Hijo de Dios, expresamos nuestra adoración al Señor de cielos y tierra arrodillándonos al confesar que bajó del cielo y se hizo hombre por nosotros.
Oración de los fieles: Oremos ahora confiadamente al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, para que por medio del misterio del nacimiento de su Hijo, bendiga al mundo que celebra la llegada de Cristo a esta nuestra tierra.
1. Para que todos los cristianos del mundo, que formamos la única Iglesia de Jesucristo, y celebramos hoy con alegría el misterio de la Navidad, renazcamos a una vida nueva de justicia, amor y paz. Roguemos al Señor.
2. Para que nunca le falten a la Iglesia pastores santos que trabajen incansablemente por llevar a todos los hombres la luz de Dios, que hoy brilla en Belén y no callen en ningún momento la Buena Noticia ni descansen en el anuncio de Jesucristo. Roguemos al Señor.
3. Para que Jesús, el Príncipe de la Paz, se manifieste a los poderosos de nuestro mundo, para que ejerzan su gobierno a favor de los más pobres, y así no pueda decirse que ninguna tierra esté abandonada ni devastada. Roguemos al Señor.
4. Para que el Señor conforte a los oprimidos, dé alimento a los pueblos que padecen hambre, y sostenga con su providencia a los que están solos, tristes, o deprimidos. Roguemos al Señor.
5. Para que en todos y en cada uno de nosotros, y en nuestras familias, reunidas en estas fiestas, crezca la fe en Jesús, Hijo de Dios y Salvador nuestro. Roguemos al Señor.
Te pedimos, Padre, que escuches nuestras oraciones, y ya que esta noche los pueblos verán tu justicia y los reyes, tu gloria, concédenos que tu Hijo renazca en nuestras vidas, y que nos enseñes a amar como Tú nos amas en Jesús hecho niño. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Al conmemorar el nacimiento de tu Hijo Unigénito concédenos, Señor, ser fortalecidos por el sacramento celestial que hemos comido y bebido. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó este día santo aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Se revelará esta noche la gloria del Señor, y todos veremos la salvación de nuestro Dios. Podéis ir en paz.
Miércoles 25 de diciembre:
Misa de medianoche (”Misa del gallo”)
Color blanco. Misa y lecturas propias de la Misa de medianoche. Gloria.
Credo (arrodillándose al “incarnatus”). Prefacio I de Navidad.
Canon romano con embolismos propios. Bendición solemne de Navidad.
La paz y el amor de Dios, nuestro Padre, que se han manifestado en Cristo, nacido para nuestra salvación, estén con vosotros.
Calenda de navidad y acto penitencial: Pasados innumerables siglos desde la creación del mundo, cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra y formó al hombre a su imagen; después también de muchos siglos, desde que el Altísimo pusiera su arco en las nubes tras el diluvio como signo de alianza y de paz; veintiún siglos después de la emigración de Abrahán, nuestro padre en la fe, de Ur de Caldea; trece siglos después de la salida del pueblo de Israel de Egipto bajo la guía de Moisés; cerca de mil años después de que David fuera ungido como rey; en la semana sesenta y cinco según la profecía de Daniel; en la Olimpiada ciento noventa y cuatro, el año setecientos cincuenta y dos de la fundación de la Urbe, el año cuarenta y dos del imperio de César Octavio Augusto; estando todo el orbe en paz, hace 2.019 años, en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, ocupado entonces por los romanos, en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada, de María virgen, esposa de José, de la casa y familia de David, nació Jesús, Dios eterno, Hijo del eterno Padre y hombre verdadero, llamado Mesías y Cristo, que es el Salvador que la humanidad esperaba.
Hermanos, puestos en la presencia del Señor nuestro Dios, hecho Niño en Belén, reconozcamos con humildad nuestros pecados, e imploremos confiadamente la misericordia del Señor.
* Hijo de Dios, que nacido de María, te hiciste nuestro hermano.
* Hijo del Hombre, que conoces y comprendes nuestra debilidad.
* Hijo primogénito del Padre, que haces de nosotros una sola familia.
Gloria cantado
Colecta: Oh, Dios, que has hecho resplandecer esta noche santísima con el resplandor de la luz verdadera, concédenos gozar también en el cielo a quienes hemos experimentado este misterio de luz en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo.
Monición al Credo: Al proclamar hoy nuestra fe en el misterio de la encarnación y el nacimiento del Hijo de Dios, expresamos nuestra adoración al Señor de cielos y tierra arrodillándonos al confesar que bajó del cielo y se hizo hombre por nosotros.
Oración de los fieles: Oremos a Dios Padre todopoderoso, que ha proclamado por sus ángeles la gloria en el cielo, la paz en la tierra y la renovación en todo el universo, para que la salvación inaugurada con el nacimiento del Mesías llegue a todos los confines de la tierra.
1. Para que la Iglesia proclame día tras día la victoria del Señor, cuente a los pueblos su gloria, y sus maravillas a todas las naciones, ya que hoy nos ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Roguemos al Señor.
2. Para que los jóvenes escuchen la voz del que quiso hacerse hombre y nacer en la pobreza y le sigan con firmeza en el ministerio sacerdotal y en la vida religiosa, anunciando su Buena Noticia y trabajando por la salvación de todos los hombres. Roguemos al Señor.
3. Para que todos los pueblos que caminan en tinieblas y habitan tierras de sombra vean brillar la luz de Cristo, y se sientan así amados de Dios, gozosos en su presencia, y sus corazones se llenen de alegría y esperanza. Roguemos al Señor.
4. Para que todos los viven hundidos en el pecado descubran que ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, y lleven una vida sobria, honrada y religiosa. Roguemos al Señor.
5. Para que todos los que celebramos esta noche que un Niño nos ha nacido, que es el príncipe de la paz, nos veamos envueltos por la claridad de la gloria del Señor, demos Gloria a Dios sin cesar y deseemos la paz del espíritu a todos los hombres que Dios ama. Roguemos al Señor.
Señor, que has querido que tu Hijo se encarnara en nuestra carne para recapitular en Él todas las cosas y salvarnos; atiende cuanto te hemos suplicado en esta noche santa, y no dejes de acompañarnos mientras caminamos hacia la plenitud de nuestra historia, aguardando la dicha que esperamos, que es la aparición gloriosa de tu Hijo Jesucristo, nuestro Salvador. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Poscomunión: A cuantos celebramos alegres el nacimiento de nuestro Redentor, concédenos, Señor Dios nuestro, llegar así a la perfecta comunión con él mediante una vida santa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó este día santo aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Finalizamos la celebración de la Misa del Gallo adorando con devoción la imagen del Niño Jesús. Que después de haber celebrado esta Noche santa, Noche buena, llevemos a todos la Buena Noticia: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Podéis ir en paz.
Misa de la aurora
Color blanco. Misa y lecturas propias de la Misa de la aurora.
Gloria. Credo (arrodillándose al “incarnatus”).
Prefacio I de Navidad. Canon romano con embolismos propios.
Bendición solemne de Navidad.
La paz y el amor de Dios, nuestro Padre, que se han manifestado en Cristo, nacido para nuestra salvación, estén con vosotros.
Monición de entrada y acto penitencial: Comencemos pues, queridos hermanos, la Eucaristía de la gran fiesta cristiana de la Navidad cuando despunta el día; y sabiendo que hoy brillará una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor; y es su nombre Admirable, Dios, Príncipe de la paz, Padre perpetuo, y su reino no tendrá fin; puestos en la presencia del Señor nuestro Dios, hecho Niño en Belén, reconozcamos con humildad nuestros pecados, e imploremos confiadamente la misericordia del Señor.
* Tú que eres el Verbo de Dios hecho hombre.
* Tú que eres la imagen de Dios invisible.
* Tú que eres el Santo de Dios.
Gloria.
Colecta: Concede, Dios todopoderoso, a los que vivimos inmersos en la nueva luz de tu Verbo hecho carne, que lo que brilla por la fe en nuestro espíritu resplandezca en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
Monición al Credo: Al proclamar hoy nuestra fe en el misterio de la encarnación y el nacimiento del Hijo de Dios, expresamos nuestra adoración al Señor de cielos y tierra arrodillándonos al confesar que bajó del cielo y se hizo hombre por nosotros.
Oración de los fieles: En el amanecer de este día en el que ha aparecido la gracia salvadora de Dios, y que su bondad se ha hecho carne de nuestra carne en el portal de Belén; oremos para que Jesús, que acaba de nacer, encuentre un lugar acogedor en nuestros corazones.
1. Para que el nacimiento de Jesús, que hace que la tierra goce y que se alegren las islas innumerables, nos recuerde la cercanía de Dios y su alianza de amor con su pueblo, que es la Iglesia. Roguemos al Señor.
2. Para que no nos falten sacerdotes que con la gracia de Cristo transformen nuestras dudas en certezas, nuestros resentimientos en bondad, nuestra indiferencia en amor, y nos ayuden a celebrar el santo nombre del Señor. Roguemos al Señor.
3. Para que Dios hecho niño nos enseñe el poder de la paz, la dicha de la justicia, y el gozo de la misericordia recibida y dispensada; y así nos sintamos herederos de la vida eterna. Roguemos al Señor.
4. Para que Jesús conforte y consuele a quienes en estas fiestas entrañables sienten el peso de la soledad, de la división y de la angustia; ya que su nacimiento trae la luz para los justos y la alegría para los rectos de corazón.. Roguemos al Señor.
5. Para que, al acoger a Jesús hecho niño, como hicieron los pastores en el portal de Belén, nos hagamos más sensibles a las necesidades de nuestros hermanos. Roguemos al Señor.
Señor, que has querido que tu Hijo tomara nuestra condición humana para recapitular en Él todas las cosas y salvarnos; atiende por su intercesión cuanto te hemos suplicado y no dejes de acompañarnos mientras peregrinamos hacia la plenitud de tu vida. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Concede, Señor, a quienes hemos celebrado el nacimiento de tu Hijo con devoción gozosa, conocer con plenitud de fe la profundidad de este misterio y amarlo con la más ardiente caridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó este día santo aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Misa del día
Color blanco. Misa y lecturas propias de la Misa del día. Gloria. Credo.
Prefacio I de Navidad. Canon romano con embolismos propios.
Bendición solemne de Navidad.
La paz y el amor de Dios, nuestro Padre, que se han manifestado en Cristo, nacido para nuestra salvación, estén con vosotros.
Calenda de navidad y acto penitencial: Pasados innumerables siglos desde la creación del mundo, cuando en el principio Dios creó el cielo y la tierra y formó al hombre a su imagen; después también de muchos siglos, desde que el Altísimo pusiera su arco en las nubes tras el diluvio como signo de alianza y de paz; veintiún siglos después de la emigración de Abrahán, nuestro padre en la fe, de Ur de Caldea; trece siglos después de la salida del pueblo de Israel de Egipto bajo la guía de Moisés; cerca de mil años después de que David fuera ungido como rey; en la semana sesenta y cinco según la profecía de Daniel; en la Olimpiada ciento noventa y cuatro, el año setecientos cincuenta y dos de la fundación de la Urbe, el año cuarenta y dos del imperio de César Octavio Augusto; estando todo el orbe en paz, hace 2.019 años, en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, ocupado entonces por los romanos, en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada, de María virgen, esposa de José, de la casa y familia de David, nació Jesús, Dios eterno, Hijo del eterno Padre y hombre verdadero, llamado Mesías y Cristo, que es el Salvador que la humanidad esperaba.
Hermanos, sabiendo que un niño nos ha nacido, que un hijo se nos ha dado, y que lleva a hombros el principado y es su nombre: Ángel del gran consejo; nos ponemos en la presencia del Señor nuestro Dios, hecho Niño en Belén, y reconociendo con humildad nuestros pecados, imploremos confiadamente la misericordia del Señor.
* Verbo eterno del Padre, por el que todo a ha venido a la existencia.
* Luz verdadera, que has venido al mundo y a quien el mundo no recibió.
* Hijo de Dios, que, hecho carne, has acampado entre nosotros.
Gloria cantado
Colecta: Oh, Dios, que estableciste admirablemente la dignidad del hombre y la restauraste de modo aún más admirable, concédenos compartir la divinidad de aquel que se dignó participar de la condición humana. Por nuestro Señor Jesucristo.
Monición al Credo: Al proclamar hoy nuestra fe en el misterio de la encarnación y el nacimiento del Hijo de Dios, expresamos nuestra adoración al Señor de cielos y tierra arrodillándonos al confesar que bajó del cielo y se hizo hombre por nosotros.
Oración de los fieles: En esta día santo y luminoso en el que celebramos el glorioso nacimiento de Cristo, el Señor, unámonos, hermanos, a los cristianos de todo el mundo, y presentemos, en la unidad del Espíritu Santo, nuestras esperanzas y anhelos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos lo ha enviado para nuestra salvación.
1. Para que toda la Iglesia rompa a cantar a coro, porque el Señor ha descubierto su santo brazo a los ojos de todas las naciones, y sepa llevar a todas las gentes la Buena Noticia de la salvación. Roguemos al Señor.
2. Para que Dios nos conceda abundantes y santas vocaciones sacerdotales al servicio de nuestra diócesis que, como María, engendren en la fe a Jesús y lo den en la vida a los hermanos. Roguemos al Señor.
3. Para que todos los pueblos, razas y naciones del mundo encuentren la paz, y así los confines de la tierra contemplen la victoria de nuestro Dios. Roguemos al Señor.
4. Para que los agonizantes y cuantos han dejado este mundo, puedan contemplar cara a cara a Jesús, el Dios hecho hombre, el Dios con nosotros, que está sentado a la derecha de Su Majestad en las alturas. Roguemos al Señor.
5. Para que todos los que estamos aquí presentes, nuestros familiares y todos aquellos que nos rodean, nos acojamos con amor y vivamos la gran alegría de la Navidad: que el Verbo se ha hecho carne, y ha habitado entre nosotros . Roguemos al Señor.
Muestra, Padre santo, tu bondad a tu pueblo que vuelve los ojos a Belén, y dale la paz que te suplica al adorar a tu Hijo; y ya que por tu Verbo, luz verdadera, se hizo todo, y sin Él no se hizo nada de lo que se ha hecho, concédenos todo lo que con fe te hemos pedido, y haz que en todos los corazones hoy se manifieste tu salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Dios misericordioso, hoy que nos ha nacido el Salvador del mundo para comunicarnos la vida divina, te pedimos que nos hagas igualmente partícipes del don de su inmortalidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó este día santo aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Finalizamos la celebración de la Misa adorando con devoción la imagen del Niño Jesús. Que después de haber celebrado esta Noche santa, Noche buena, llevemos a todos la Buena Noticia: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Podéis ir en paz.
Jueves 26 de diciembre
II día de la Infraoctava de Navidad
San Esteban protomártir. FIESTA.
Color rojo. Misa y lecturas propias (Leccionario IV). Gloria.
Prefacio II de Navidad. Canon romano.
Monición de entrada y acto penitencial: Tras celebrar ayer la solemnidad del nacimiento de Jesucristo, hoy, nos reunimos en la fiesta de san Esteban, uno de los siete diáconos escogidos por los apóstoles para atender a la comunidad de lengua griega de Jerusalén sirviendo a los pobres y anunciando el Evangelio con fidelidad hasta el fin, siendo el primer cristiano que derramó su sangre por Jesucristo.
Dispongámonos, pues, a celebrar el Sacrificio Eucarístico; Sacrificio al que san Esteban unió el de su propia vida y muerte. Y para hacerlo dignamente, comencemos por reconocernos pecadores ante Dios y los hermanos, e imploremos al Señor el perdón de nuestros pecados.
* Tú, el Hijo de María, e Hijo de Dios.
* Tú, la fuerza de los mártires.
* Tú, resurrección y vida para todos los que te siguen.
Gloria.
Colecta: Concédenos, Señor, imitar lo que celebramos para que aprendamos a amar a los enemigos, al celebrar el nacimiento para el cielo de quien supo orar también por los perseguidores. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos a Dios Padre en la fiesta de san Esteban, que al contemplar su gloria reconoció a Jesucristo a su derecha y dio su vida perdonando a los que se la quitaban.
1. Para que san Esteban, que dio testimonio de Cristo, anunciando el Evangelio con la fuerza del Espíritu, obtenga a la Iglesia que sea testigo de Cristo y de su Buena Noticia con la palabra y con la vida. Roguemos al Señor.
2. Para que san Esteban, que dio ejemplo con su muerte de seguimiento radical a Cristo, interceda por nuestra diócesis, para que no le falten vocaciones sacerdotales que con sus obras, anuncien la fe que predican con su palabra. Roguemos al Señor.
3. Para que san Esteban, que sirvió a Cristo en los pobres y en los necesitados, interceda a fin de que los gobernantes vivan su trabajo con espíritu de servicio y entrega fiel a los ciudadanos. Roguemos al Señor.
4. Para que san Esteban, que supo anunciar con valentía el mensaje de Cristo, obtenga a cuantos luchan a favor de la justicia y de la verdad el valor que en todo momento necesitan. Roguemos al Señor.
5. Para que san Esteban, que derramó sus sangre por Cristo, perdonando a los que lo lapidaron, nos alcance a todos la fortaleza en la fe y la capacidad para perdonarnos mutuamente. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que quisiste que san Esteban, lleno de gracia y de poder, hiciese prodigios entre la gente y le concediste la fuerza del Espíritu, para que hablase con sabiduría delante de los que lo perseguían; escucha nuestras oraciones y concédenos imitar el ejemplo del testimonio de quien fue el primero en derramar su sangre por el nombre de Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Poscomunión: Señor, te damos gracias por la abundancia de tus misericordias para con nosotros, al salvarnos por el nacimiento de tu Hijo y llenarnos de alegría en la fiesta de tu mártir san Esteban. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó este día santo aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Llevemos a todos la Buena Noticia: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Podéis ir en paz.
Viernes 27 de diciembre:
III día de la infraoctava de Navidad
San Juan, apóstol y evangelista. FIESTA.
Color blanco. Misa y lecturas propias (Leccionario IV). Gloria.
Prefacio I de Navidad. Plegaria Eucarística I.
Monición de entrada y acto penitencial: Hermanos, en el gozo de la fiesta de Navidad, celebramos hoy la fiesta del apóstol y evangelista san Juan, el discípulo amado del Señor, y que recibió a María como Madre al pie de la cruz. Reafirmemos, pues, nuestra fe en Jesús, la fe que nos ha llegado por el testimonio de los apóstoles, la fe que también nosotros estamos llamados a vivir y anunciar. Y para mejor hacerlo, comencemos la celebración de la Eucaristía reconociendo que nuestra fe y nuestras obras no siempre van unidas, que a menudo cometemos fallos en la vida y que nuestro apostolado cristiano deja mucho que desear. Por eso, con humildad y sencillez, pedimos perdón a Dios por nuestros pecados.
* Verbo eterno del Padre, por quien todo ha venido a la existencia.
* Luz verdadera, que has venido al mundo y a quien el mundo no recibió.
* Hijo de Dios, que hecho carne, has acampado entre nosotros.
Gloria.
Colecta: Oh, Dios, que por medio del apóstol san Juan nos has revelado las misteriosas profundidades de tu Verbo, concédenos comprender con inteligencia y amor lo que él ha hecho resonar en nuestros oídos admirablemente. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Elevemos nuestras oraciones a Dios, que existe por toda la eternidad, pero que ha querido hacerse hombre para manifestarnos su amor con un corazón humanado.
1. Por la Iglesia, Pueblo de Dios, que se goza con el nacimiento de Jesús en nuestra carne; para que viva cada vez más su Evangelio, sea dócil al Espíritu Santo y se deje renovar por Él. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales al servicio de nuestra diócesis; para que el ejemplo de san Juan, que dejó las redes y a su padre para seguir a Cristo, anime a muchos jóvenes a entregar su vida por entero al anuncio de la Buena Noticia. Roguemos al Señor.
3. Por nuestros gobernantes; para que sirvan al bien común, trabajen por la justicia y hagan posible la convivencia pacífica entre todos los ciudadanos. Roguemos al Señor.
4. Por todos los hombres que todavía no han oído hablar de Dios; para que el Verbo de Dios, que quiso poner su morada entre nosotros, se manifieste en sus corazones y lo acojan con fe. Roguemos al Señor.
5. Por todos los que estamos celebrando la fiesta de san Juan en el marco de las fiestas de Navidad; para que recibamos la abundancia de la gracia que nos trae Jesucristo y la transmitamos a nuestros hermanos. Roguemos al Señor.
Oh Dios, que por el nacimiento de tu Hijo en nuestra carne has querido manifestarnos tu amor y tu cercanía; escucha nuestras oraciones y haz que, siguiendo las huellas de san Juan que supo vivir en tu amor, lleguemos un día a la plenitud de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Poscomunión: Dios todopoderoso, te pedimos, por el misterio que hemos celebrado, que el Verbo hecho carne, a quien anunció el apóstol san Juan, habite siempre entre nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó este día santo aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Llevemos a todos la Buena Noticia: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Podéis ir en paz.
Sábado 28 de diciembre:
IV día de la infraoctava de Navidad
Los santos inocentes, mártires. FIESTA.
Color rojo. Misa y lecturas propias (Leccionario IV). Gloria.
Prefacio III de Navidad. Plegaria Eucarística I.
Monición de entrada y acto penitencial: Celebramos hoy la fiesta de los santos Inocentes, el nacimiento a la vida eterna de aquellos niños de Belén muertos por causa de Cristo como consecuencia del odio y el miedo ciego de Herodes. Ellos nos muestran las consecuencias terribles del afán de poder y de la falta de amor; pero nos muestran más todavía la fuerza de Dios que da vida y gloria por siempre, más allá de todo el mal que los hombres podamos poner en este mundo, más allá de toda tristeza y dolor.
Pongámonos, pues, en silencio delante de Dios, y pidiendo su perdón dispongámonos a celebrar la Eucaristía.
* Tú, Luz que ilumina a todo hombre.
* Tú, Príncipe de la Paz.
* Tú, Verbo de Dios encarnado.
Gloria.
Colecta: Oh, Dios, los mártires inocentes pregonan hoy tu gloria no de palabra, sino con su muerte; concédenos dar testimonio con nuestra vida de la fe que confesamos con los labios. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos hermanos, al Señor, que a unos niños que aún no hablaban ni eran capaces de combatir por el nombre de Cristo, los ha hecho testigos de su Reino y les ha concedido la palma del martirio.
1. Por el Papa, los obispos y los sacerdotes; para que iluminen al mundo con la claridad de Cristo y para que, permaneciendo unidos a Él, manifiesten su misericordia y su perdón. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones al ministerio sacerdotal; para que nunca falten en nuestra diócesis sacerdotes que anuncien de palabra y obra, con todas sus consecuencias, las exigencias del Reino de Dios. Roguemos al Señor.
3. Por nuestros gobernantes y legisladores; para que promuevan el derecho a la vida y garanticen los derechos de los niños no nacidos y de todos los ciudadanos. Roguemos al Señor.
4. Por los que quitan la vida a sus hermanos por la violencia, el aborto o la explotación; para que se les anuncie la buena noticia que nos trajo Jesús y convirtiéndose a Él cambien de vida. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, que hemos acogido a Dios hecho niño; para que su ternura nos haga más sensibles a las necesidades de nuestros hermanos y para que lo sirvamos en los más pobres y necesitados. Roguemos al Señor.
Oh Dios, que salvas la vida de los fieles y nos anuncias tu amor y tu perdón; escucha las oraciones que te presentamos en la fiesta de los Santos Inocentes, y haz que nos entreguemos a ti totalmente hasta dar nuestra vida por amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Poscomunión: Concede, Señor, las riquezas de la salvación a los fieles que han recibido tu alimento santo en la fiesta de quienes, incapaces todavía de confesar de palabra a tu Hijo, han sido coronados con la gracia celestial en virtud del nacimiento de Cristo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó este día santo aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Llevemos a todos la Buena Noticia: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Podéis ir en paz.
Domingo 29 de diciembre:
DOMINGO DE LA INFRAOCTAVA DE NAVIDAD
LA SAGRADA FAMILIA: JESÚS, MARÍA Y JOSÉ. FIESTA
Color blanco. Misa y lecturas propias del domingo de la fiesta (leccionario II). Gloria.
Prefacio III de Navidad.
Canon romano con embolismos propios de Navidad.
Bendición solemne de Navidad.
La paz y el amor de Dios, nuestro Padre, que se han manifestado en Cristo, nacido para nuestra salvación, estén con vosotros.
Monición de entrada y acto penitencial: En medio de las fiestas navideñas, en las que nos sentimos más cercanos a nuestros familiares y seres queridos, dedicamos esta fiesta de hoy a la Sagrada Familia, en la que contemplamos al Hijo de Dios formando parte de una familia humana como las nuestras, con María y José que lo cuidan y le quieren, y donde Él va abriéndose camino en este mundo.
Es, asimismo, un día oportuno para que recemos también por nuestras familias y por todas las familias del mundo, cada una con sus alegrías, con sus dolores, con sus temores y sus esperanzas.
Y comenzamos la Eucaristía recordando que todos nosotros formamos esa gran familia de la Iglesia, la familia de los hijos de Dios, pero que también somos unos pobres pecadores. Por ello, antes de empezar esta celebración, pedimos perdón a Dios por nuestros pecados.
* Tú, que has venido a cumplir la voluntad del Padre.
* Tú, que, despojado de tu rango, pasaste por uno de tantos.
* Tú, que te sometiste obediente a María y a José.
Gloria.
Colecta: Oh, Dios, que nos has propuesto a la Sagrada Familia como maravilloso ejemplo, concédenos, con bondad, que, imitando sus virtudes domésticas y su unión en el amor, lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Monición al Credo: Vamos a confesar ahora nuestra fe, recordando las grandes intervenciones de Dios en la historia de la salvación, especialmente, la de la Encarnación de Jesucristo, el Hijo único y verdadero.
Oración de los fieles: Al celebrar hoy la fiesta de la Sagrada Familia, y sabiendo que somos hijos de Dios, y que Jesucristo, el Señor, quiso compartir la vida de un hogar humano para santificar la institución familiar, oremos a Dios, Padre nuestro, y Padre de la gran familia humana; y pidámosle que por medio de la intercesión de Jesús, de María y José escuche las oraciones que le presentamos con fe.
1. Para que Dios proteja a su Iglesia, familia de los que creemos en Jesús; y nuestras familias sean Iglesias domésticas en las que se susciten nuevas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Roguemos al Señor.
2. Para que los gobernantes legislen siempre a favor de la familia, mirando su bienestar y protección; especialmente de aquellas que menos tienen y más lo necesitan. Roguemos al Señor.
3. Para que el ejemplo de unidad de la Sagrada Familia de Nazaret fortalezca los vínculos de las familias cristianas, los restablezca donde se han roto y bendiga con amor a los matrimonios que celebran sus bodas de plata o de oro. Roguemos al Señor.
4. Para que los difuntos de nuestras familias, especialmente los que nos han dejado durante este último año, puedan celebrar gozosos las fiestas de Navidad en el cielo junto a Jesús, José y María. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros, sintiéndonos miembros de la gran familia de Dios, promovamos el amor y la solidaridad dentro de nuestras familias y en nuestra comunidad hacia los más necesitados. Roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro, que has querido que tu Hijo, engendrado antes de todos los siglos, fuera miembro de una familia humana, escucha nuestras súplicas y haz que los padres y madres de familia participen de la fecundidad de tu amor, y que sus hijos crezcan en sabiduría, entendimiento y gracia ante Ti y ante los hombres. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Padre misericordioso, concede a cuantos has renovado con estos divinos sacramentos imitar fielmente los ejemplos de la Sagrada Familia para que, después de las tristezas de esta vida, podamos gozar de su eterna compañía en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó esta noche santa aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ? y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Despedida: Llevemos a todos la Buena Noticia: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Podéis ir en paz.
Lunes 30 de diciembre:
VI DÍA DE LA INFRAOCTAVA DE NAVIDAD:
Color blanco. Misa y lecturas propias de la feria. Gloria.
Prefacio III de Navidad. Canon romano con embolismos propios de Navidad.
Bendición solemne de Navidad.
Monición de entrada y acto penitencial: Hermanos, preparémonos para celebrar la Eucaristía postrándonos ante el Señor Jesús, que se ha hecho Niño en Belén para salvarnos, y aclamando la gloria y el poder de su nombre, pidámosle humildemente perdón por todos nuestros pecados.
* Tú que eres Dios de Dios, y Luz de Luz
* Tú que por nosotros y por nuestra salvación bajaste del cielo
* Tú que por obra del Espíritu Santo te encarnaste de María
Colecta: Dios todopoderoso, por este nuevo nacimiento de tu Hijo en nuestra carne líbranos del yugo con que nos domina la antigua servidumbre del pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos, hermanos, a Dios Padre, para que su Hijo Jesucristo, nacido de la Virgen María, y que ha participado de nuestra condición humana, nos haga participar de su divinidad en el reino de los cielos.
1. Para que dando gracias a Dios por el don de la redención, la Iglesia anuncie a todo el mundo el nacimiento del Mesías. Roguemos al Señor.
2. Para que nunca falten en nuestra diócesis vocaciones sacerdotales que nos anuncien la verdad de la Encarnación del Hijo de Dios. Roguemos al Señor.
3. Para que todos los pueblos de la tierra progresen en paz y en justicia, y se sientan movidos a glorificar la grandeza de Dios. Roguemos al Señor.
4. Para que aquellos que sufren soledad o abandono encuentren en los cristianos amor y comprensión. Roguemos al Señor.
5. Para que la palabra de Dios habite en nuestros corazones y aprendamos de ella a cumplir la voluntad del Padre. Roguemos al Señor.
Oh Dios, Padre todopoderoso, que inspiraste a Ana a reconocer a tu Hijo y a alabarlo como el Salvador que ha traído la libertad y la vida a su pueblo; escucha nuestras oraciones y haz que nosotros también reconozcamos y acojamos a Jesús en nuestra vida y, con Él y como Él, crezcamos cada día en sabiduría y en gracia. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Señor, tú que llegas hasta nosotros en la participación de la Eucaristía, concédenos obtener el fruto de este sacramento, y que al recibirlo nos hagamos cada día más dignos de este don que nos haces. Por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó esta noche santa aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ? y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Despedida: Llevemos a todos la Buena Noticia: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Podéis ir en paz.
Martes 31 de diciembre:
VII DÍA DE LA INFRAOCTAVA DE NAVIDAD
Color blanco. Misa y lecturas propias de la feria. Gloria.
Prefacio I de Navidad. Canon romano con embolismos propios de Navidad.
Bendición solemne de Navidad.
La paz y el amor de Dios, nuestro Padre, que se han manifestado en Cristo, nacido para nuestra salvación, estén con vosotros.
Monición de entrada y acto penitencial: Hermanos, preparemos nuestros corazones para encontrarnos en la celebración de la Eucaristía con Cristo, el Verbo de Dios encarnado, a quien vamos a recibir en su Palabra y en el altar, disponiéndonos interiormente y dejando que su luz brille en nuestros corazones, pidiéndole perdón por nuestros pecados.
* Hijo de Dios, que, nacido de María, te hiciste nuestro hermano.
* Hijo del hombre, que conoces y comprendes nuestra debilidad.
* Hijo primogénito del Padre, que haces de nosotros una sola familia.
Gloria.
Colecta: Dios todopoderoso y eterno, que has establecido el principio y la plenitud de toda religión en el nacimiento de tu Hijo Jesucristo, te suplicamos nos concedas la gracia de ser contados entre los miembros vivos de su Cuerpo, porque sólo en él radica la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Hermanos, cuando estamos a punto de terminar un año, dirijamos nuestras súplicas confiadas a Dios Padre, que por medio de su Palabra nos ha dado la luz y la vida.
1. Por la Iglesia; para que, día tras día, anuncie fielmente que Jesucristo es el único salvador del hombre. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales; para que Jesús, que nunca abandona a su Iglesia, conceda abundantes y santas vocaciones sacerdotales al servicio de nuestra diócesis. Roguemos al Señor.
3. Por todos los pueblos de la tierra; para que alcancen la paz y la concordia, y entre todos trabajen por el bien común. Roguemos al Señor.
4. Por los que viven angustiados y preocupados por salir adelante; para que encuentren en Cristo la luz que les guíe en su camino. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros; para contemplando a Cristo, que ha puesto su morada entre nosotros, elevemos siempre nuestros corazones hacia Dios. Roguemos al Señor.
Padre todopoderoso, que nos has dado a tu Hijo Jesucristo, Palabra hecha carne, por medio de quien nos has otorgado gracia tras gracia, acepta nuestras plegarias y haznos caminar con Él con esperanza y alegría, para que así lleguemos a participar de la plenitud de su vida en la eternidad. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Que tu pueblo, Señor, dirigido por tu ayuda continua, reciba los auxilios, presentes y futuros, que le envías, y sostenido, pues lo necesita, por el consuelo de las cosas temporales, ayúdale a aspirar con más confianza a los bienes eternos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, bondad infinita, que disipó las tinieblas del mundo con la encarnación de su Hijo y con su nacimiento glorioso iluminó esta noche santa aleje de vosotros las tinieblas del pecado y alumbre vuestros corazones con la luz de la gracia.
* Quien encomendó al ángel anunciar a los pastores la gran alegría del nacimiento del Salvador os llene de gozo y os haga también a vosotros mensajeros del Evangelio.
* Quien por la encarnación de su Hijo reconcilió lo humano y lo divino os conceda la paz a vosotros, amados de Dios, y un día os admita entre los miembros de la Iglesia del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ? y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Despedida: Llevemos a todos la Buena Noticia: “Hoy os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”. Podéis ir en paz.