2021/12/27 al 31 – Octava de Navidad – Octava de Nadal
27 LUNES DÍA III SAN JUAN, apóstol y evangelista La Liturgia no duda en identificar a Juan Evangelista con el Discípulo Amado; así lo canta gozosa en la antífona de entrada: “Este es Juan, que, du rante la cena, reclinó la cabeza sobre el pecho del Señor”. Hermano de Santiago el Menor, fue de los primeros llamados junto al lago de Galilea. Los dos hermanos son llamados “Hijos de la Voz (del Trueno)”. Fue testigo de la gloria del Señor en su Transfiguración, así como de sus sufrimientos en Getsemaní, y de su agonía junto con María, al pie de la Cruz. Allí el Señor le encomendó a su Madre. Pablo, en la carta a los Gálatas, habla de Pedro, Santiago y Juan como “las columnas” de la Iglesia. El hijo de Zebedeo es llamado “el Teólogo” y la tradición unánime de las Iglesias le atribuye la autoría del IV Evangelio y de las tres cartas joánicas. También del libro del Apocalipsis. El ámbito de su ministerio apostólico debe situarse en Éfeso, donde murió, según se cree, a edad avanzada, durante el imperio de Trajano, hacia el año 98 dC. En la tradición espiritual Juan representa la virginidad consagrada en el amor: Jesús como amor único de la existencia. Los textos eucológicos de la Misa y del Oficio expresan que la Iglesia del amor, “Ecclesia amoris” precede siempre a la Iglesia del ministerio “Ecclesia ministerio”. A partir de hoy, a modo de contemplación, se proclama la primera Carta de san Juan como primera lectura en las Misas de los días de la octava y de las ferias de Navidad. Que el Señor nos ayude a entrar en la escuela joánica para aprender la gran lección del amor: sentirnos amados por Cristo “hasta el extremo” (Jn 13,1) para así ofrendar nuestra vida por Él. Todos en la Iglesia somos discípulos amados del Señor. Misa: 1 Jn 1, 1-4; Sal 96, 1-2. 5-6. 11-12; Jn 20, 1a. 2-8 Casi en honor del Discípulo Amado se proclama el prólogo de la primera Carta de san Juan. El pensamiento central es: la Vida se hizo visible, refiriéndose al Verbo de la vida. Éste es anunciado ya que ha sido visto, oído y palpado por ellos, los apóstoles. Son los testimonios que anuncian la Vida eterna “que estaba junto al Padre y se ha manifestado”. Lo anuncian para que todos crean y entren en la comunión eclesial que es también comunión con el Hijo y el Padre en el Espíritu Santo. Juan es el gran teólogo de la Navidad: el Verbo de Dios es contemplado y adorado en el Niño que nos ha nacido. El Evangelio es el relato pascual de la ida de los dos discípulos, Juan y Pe- dro, al sepulcro. El primero llega antes porque la Iglesia del amor precede siempre a la Iglesia ministerial. Juan “vio y creyó”, como anticipando a los que sin haber visto creerán (Jn 20,29): es la intuición del amor iluminada por el Espíritu Santo. En el Salmo se canta: “Amanece la luz para el justo”. Es la luz radiante del alba de Pascua. No en vano, popularmente, felicitamos “las Pascuas”. 28 MARTES DÍA IV SANTOS INOCENTES, mártires La Iglesia celebra hoy los Santos Inocentes. Ellos murieron en lugar de Cristo y no tenían otra cosa que ofrecer sino su tierna y frágil vida. Junto al pesebre del Señor, la Iglesia no los puede olvidar y celebra atónita su gloria. En la lectura patrística del Oficio de lectura escuchamos estas palabras: “Los niños, sin saberlo, mueren por Cristo; los padres hacen duelo por los mártires que mueren. Cristo ha hecho dignos testigos suyos a los que todavía no podían hablar. He aquí de qué manera reina el que ha venido para reinar. He aquí que el liberador concede la libertad, y el salvador la salvación” (San Quodvultdeus, obispo; Sermón 2 sobre el Símbolo: PL 40,655). La liturgia de hoy, como no puede ser otra manera, pertenece a los mártires. Misa: 1 Jn 1, 5–2, 2; Sal 123, 2-3. 4-5. 7c-8; Mt 2, 13-18 Continúa la lectura de la primera Carta de san Juan iniciada ayer. En el Evangelio, el relato de la muerte de los santos Inocentes. Es evidente el “midrash” del éxodo y de la salvación de Moisés que contiene la narración. Como es típico del Evangelio de Mateo, se concluye con una “palabra de cumplimiento” citando a Jeremías: “Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes, es Raquel que llora por sus hijos y rehúsa el consuelo, porque ya no viven”. Del llanto de Raquel participan en primer lugar la Madre de Dios, que verá la muerte de su Hijo único, y también el llanto de todas las madres de la historia que lloran por sus hijos muertos. Así se constata dolorosamente en la geografía del hambre, de las guerras y de los emigrantes, ¿quién no tiene presente a los niños muertos en las pateras del Mediterráneo? También cuando se practica la violencia en el lugar más lleno de paz: el seno de una madre. La inocencia crucificada se identifica con Jesucristo: Dios recoge en su odre todas las lágrimas de la humanidad. En su obra “El misterio de los Santos Inocentes Charles Péguy comenta así la sentencia patrística “Innocentes pro Christo infantes occisi sunt”: “Esos inocentes han pagado por mi hijo. Mientras ellos yacían en el suelo… En el polvo y en el barro… Abandonados sobre los cuerpos de sus madres. Durante ese tiempo mi hijo huía… Les cogieron a ellos por él. Les degollaron por él. En su lugar. En su puesto. No sólo por su causa, sino por Él, valiendo por Él… Cuando Herodes quería matarle”. 29 MIÉRCOLES DÍA V Misa: 1 Jn 2, 3-11; Sal 95, 1-2a. 2b-3. 5b-6; Lc 2, 22-35 Hoy se vuelve a proclamar en el Evangelio la Presentación del Señor en el templo. La repetición en la Liturgia jamás es tediosa, ya que la proclamación litúrgica de la Palabra no es la lectura de un relato, sino el “locus” donde se actualiza del Evangelio de Señor, que en sí mismo tiene una infinidad de significados. Un texto evangélico proclamado siempre está a disposición del Espíritu Santo, que actúa en el corazón de los creyentes para dar significados nuevos en su oración y a su vida. Contemplando el pesebre de Nuestro Señor es como debemos escuchar y recibir la perícopa del apóstol San Juan. El amor “siempre nuevo” de Jesús hace “siempre nuevo” el mandamiento del amor: no caduca ni envejece. Por el misterio de la Natividad del Señor “las tinieblas pasan y la luz verdadera brilla ya”. Es la luz que la bienaventurada Virgen María llevaba en sus brazos, acompañada del justo José y con la ofrenda de los pobres en la mano. Por don y gracia del Espíritu Santo que moraba en él reconoció al Niño como “lumen ad revelationem Gentium”. Hoy y los días que restan de la Octava se canta el Salmo 95, que forma parte de la colección de “Salmos reales” que cantan la realeza de Yahvé, 95, 96, 97 y 98, también llamados “Salmos del Cántico nuevo”; siempre con la misma antífona responsorial: “Alégrese el cielo y goce la tierra”. 30 JUEVES DÍA VI Misa: 1 Jn 2, 12-17; Sal 95, 7-8a. 8b-9. 10; Lc 2, 36-40 Se canta la bellísima antífona “Cuando un silencio apacible”. En la primera lectura, san Juan escribe que el que se ha manifestado como luz es también el m que trae el perdón y el amor del Padre, y dado que hemos conocido su amor ya no podemos estimar el mundo “ni lo que hay en el mundo”. En el Evangelio se lee el final de la perícopa de la Presentación y se menciona a Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. La anciana que, llena de alegría, daba gracias a Dios y “hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén”. Todas las figuras femeninas de la Biblia se refieren a la significación eclesial o esponsal. Ana, la profetisa, en Navidad reencuentra la alegría y la juventud. También la Iglesia, cada Navidad, las reencuentra: en Cristo todo se convierte en gozo y novedad. 31 VIERNES DÍA VII Misa: 1 Jn 2, 18-21; Sal 95, 1-2. 11-12. 13; Jn 1, 1-18 Hoy se vuelve a proclamar el Prólogo de san Juan. La Iglesia proclama repetidas veces este texto por la riqueza que contiene para la contemplación del Verbo encarnado: inconmensurable y de significados siempre nuevos e infinitos. Del Niño, que es la Palabra de Dios “en el principio”, y que también en el principio “estaba junto a Dios, todos hemos recibido gracia tras gracia”. Esto llena de gozo y de estupor la comunidad que celebra la Navidad. San Juan nos dice que hemos recibido el Espíritu Santo para tener el “conocimiento” de la verdad revelada. (Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2022, p.72ss) |
27 DILLUNS DIA III SANT JOAN, apòstol i evangelista La Litúrgia no dubta en identificar Joan Evangelista amb el Deixeble estimat; així ho canta joiosa en l’antífona d’introducció: “Aquest és Joan, que en la Cena reposà el cap sobre el pit del Senyor”. Germà de Jaume el Menor, fou dels primers cridats vora el llac de Galilea. Els dos germans són anomenats “Fills de la Veu (del Tro)”. Va ser testimoni de la glòria del Senyor en la seva Transfiguració, així com dels seus patiments a Getsemaní, i de la seva agonía, juntament amb Maria, al peu de la Creu. Allí, el Senyor li encomanà la seva Mare. Pau, en la carta als Gàlates, parla de Pere, Jaume i Joan com “les columnas” de l’Església. El fill de Zebedeu és anomenat “el Teòleg” i la tradició unànime de les Esglésies li atribueix l’autoria del IV Evangeli i de les tres cartes joàniques. També del llibre de l’Apocalipsi. L’àmbit del seu ministeri apostòlic ha de situar-se a Efes, on va morir, segons es creu, a edat avançada, durant l’imperi de Trajà, vers l’any 98 dC. En la tradició espiritual, Joan representa la virginitat consagrada en l’amor: Jesús com a amor únic de l’existència. Els textos eucològics de la Missa i de l’Ofici, expressen que l’Església de l’amor, “Ecclesia amoris, precedeix sempre l’Es- glésia del ministerio, “Ecclesia ministerio”. A partir d’avui, a manera de contemplació, es proclama la primera Carta de sant Joan com a primera lectura en les Misses dels dies de l’octava i de les fèries de Nadal. Que el Senyor ens ajudi a entrar en l’escola joànica per aprendre la gran lliçó de l’amor: sentir-nos estimats fins a l’extrem (cf. Jo 13,1) per Crist, a fi d’ofrenar la nostra vida per Ell. Tots dins l’Església som deixebles estimats del Senyor. Missa: 1Jo 1, 1-4; Sal 96, 1-2. 5-6. 11-12; Jo 20, 2-8 Quasi en honor del Deixeble estimat es proclama el pròleg de la primera Carta de sant Joan. El pensament central és: la Vida es va fer visible (referint-se al Verb de la vida). Aquest és anunciat ja que ha estat vist, escoltat i palpat per ells, els apòstols. Són els testimonis que anuncien la Vida eterna “que estava amb el Pare i ara se’ns ha aparegut”. Ho anuncien perquè tots creguin i entrin en la comunió eclesial que és també comunió amb el Fill i el Pare en l’Esperit Sant. Joan és el gran teòleg del Nadal: el Verb de Déu és contemplat i adorat en l’Infant que ens ha nascut. L’Evangeli és el relat pasqual de l’anada dels dos deixebles, Joan i Pere, al sepulcre. El primer arriba abans perquè l’Església de l’amor precedeix sempre l’Església ministerial. Joan “ho veié i cregué”, com anticipant aquells que sense haver vist creuran (Jo 20,29): és la intuïció de l’amor il·luminada per l’Esperit Sant. En el Salm es canta: “Apunta per als justos la llum”. És la llum radiant de l’albada de Pasqua. No en va, popularment, felicitem “les Pasqües”. 28 DIMARTS DIA IV SANTS INNOCENTS, màrtirs Església celebra avui els Sants Innocents. Ells van morir en lloc de Crist i no tenien altra cosa que oferir sinó la seva tendra i fràgil vida. Vora el pessebre del Senyor, l’Església no els pot oblidar i celebra atònita la seva glòria. En la lectura patrística de l’Ofici de lectura escoltem aquestes paraules: “Sense saber-ho, aquells pàrvuls moren ja per Crist; llurs pares els ploren la mort martirial; Crist converteix en testimonis escaients d’ell els infants que encara no parlen. Heus aquí com regna el qui ha vingut per a regnar així. Sí: el deslliurador ja deslliura, i el salvador ja salva” (Sant Quodvultdeus, bisbe; Sermó 2 sobre el Símbol: PL 40,655). La litúrgia d’avui, com no pot ser d’altra manera, pertany als màrtirs. Missa: 1Jo 1, 5—2, 2; Sal 123, 2-3. 4-5. 7b-8; Mt 2, 13-18 Continua la lectura de la primera Carta de sant Joan iniciada ahir. En l’Evangeli, el relat de la mort dels sants Innocents. És evident el “midrash” de l’èxode i de la salvació de Moisès que conté la narració. Com és típic de l’Evangeli de Mateu, es conclou amb una “paraula d’acompliment” citant Jeremies: “Quins crits se senten a Ramà! Quin sanglot, quin plor tan amarg! És Raquel, que plora els seus fills i no vol que la consolin, perquè ja no hi són [lit.: ja no viuen]”. Del plor de Raquel participen en primer lloc la Mare de Déu, que veurà la mort del seu Fill únic, i també el plor de totes les mares de la història que ploren pels seus fills morts. Així es constata dolorosament en la geografia de la fam, de les guerres i dels emigrants, qui no té present els nens morts a les pasteres del Mediterrani? També quan es practica la violència en el lloc més ple de pau: el ventre d’una mare. La innocència crucificada s’identifica amb Jesucrist: Déu recull en el seu odre totes les llàgrimes de la humanitat (cf. Is 56,9). En la seva obra “El misteri dels Sants Innocents” Charles Péguy comenta així la sentència patrística “Innocentes pro Christo infantes occisi sunt”: “Aquests innocents han pagat pel meu fill. Mentre ells jeien a terra… En la pols i en el fang… Abandonats sobre els cossos de llurs mares. Durant aquest temps el meu fill fugia… Els van agafar a ells per Ell. Els degollaren per Ell. En el seu lloc. En lloc seu. No només per la seva causa, sinó per Ell, valent per Ell… Quan Herodes volia matar-lo”. 29 DIMECRES DIA V Missa: 1Jo 2, 3-11; Sal 95, 1-2a. 2b-3. 5b-6; Lc 2, 22-35 Avui es torna a proclamar en l’Evangeli la Presentació del Senyor al temple. La repetició mai és tediosa en la Litúrgia, ja que la proclamació litúrgica de la Paraula no és la lectura d’un relat, sinó el “locus” on s’actualitza l’Evangeli del Senyor, que en si mateix té una infinitat de significats. Un text evangèlic proclamat sempre està a disposició de l’Esperit Sant, que actua en el cor dels creients per donar significats nous en la seva oració i la seva vida. Contemplant el pessebre de Nostre Senyor és com hem d’escoltar i rebre la perícopa de l’apòstol sant Joan. L’amor “sempre nou” de Jesús fa “sempre nou” el manament de l’amor: no caduca ni envelleix. Pel misteri del Nadal del Senyor “la fosca ja es retira i apunta la llum veritable”. És la llum que la benaurada Verge Maria portava en els seus braços, acompanyada del just Josep i amb l’ofrena dels pobres a la mà. Pel do i gràcia de l’Esperit Sant que tenia en ell, Simeó va reconèixer l’Infant com “lumen ad revelationem Gentium”. Avui i els dies que resten de l’Octava es canta el Salm 95, que forma part de la col·lecció dels “Salms reials” que canten la reialesa de Jahvè, 95, 96, 97 i 98, també anomenats “Salms del Càntic nou”; sempre amb la mateixa antífona responsorial: “El cel se n’alegra, la terra hi fa festa”. 30 DIJOUS DIA VI Missa: 1Jo 2, 12-17; Sal 95, 7-8a. 8b-9. 10; Lc 2, 36-40 Es canta la bellíssima antífona d’introducció: “Mentre un silenci tranquil”. A la primera lectura, sant Joan escriu que el qui s’ha manifestat com a llum és també el qui porta el perdó i l’amor del Pare i, donat que hem conegut el seu amor, ja no podem estimar el món “ni res del que és mundà”. En l’Evangeli es llegeix el final de la perícopa de la Presentació i es fa esment d’Anna, filla de Fanuel, de la tribu d’Aser. L’anciana que, plena de joia, donava gràcies a Déu i “parlava del nen a tots els qui esperaven el temps en què Jerusalem seria redimida”. Totes les figures femenines de la Bíblia es refereixen a la significació eclesial o esponsal. Anna, la profetessa, per Nadal retroba la joia i la joventut. També l’Església, a cada Nadal, les retroba: en Crist tot esdevé joia i novetat. 31 DIVENDRES DIA VII Missa: 1Jo 2, 18-21; Sal 95, 1-2. 11-12. 13-14; Jo 1, 1-18 Avui, es torna a proclamar el Pròleg de sant Joan. L’Església proclama repetides vegades aquest text perquè la riquesa que conté per la contemplació del Verb encarnat és incommensurable i de significats sempre nous i infinits. De l’Infant, que és la Paraula de Déu “des del principi”, i que també des del principi “era amb Déu, tots nosaltres hem rebut gràcia sobre gràcia”. Això curulla de goig i d’estupor la comunitat que celebra el Nadal. Sant Joan ens diu que hem rebut l’Esperit Sant per a tenir el “coneixement” de la veritat revelada. (Calendari-Directori de l´Any Litúrgic 2022, p.70ss)
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