2021 – Efemèrides setmana del 20 al 27/09/2021
20 LUNES SANTOS ANDRÉS KIM TAEGON, presbítero, PABLO CHONG HASANG, y compañeros, mártires Memoria de los santos Andrés Kim Taegon, presbítero, Pablo Chong Hasang y compañeros, mártires en Corea. Se veneran este día, en común memoria, todos los ciento tres mártires que en aquel país testificaron intrépidamente la fe cristiana, introducida fervientemente a inicios del siglo XVII por algunos laicos y después alimentada y reafirmada por la predicación y celebración de los sacramentos por medio de los misioneros. La Iglesia de Corea es una Iglesia fundada por laicos. Todos estos atletas de Cristo, tres obispos, ocho presbíte-ros, y los restantes laicos, casados o no, ancianos, jóvenes y niños, unidos en el suplicio, consagraron con su sangre preciosa las primicias de la Iglesia en Corea († 1839-1867). Andrés Kim era un joven sacerdote que, habiéndose ordenado en Sangai fue martirizado justo un año y medio después, el 1846, a la edad de 25 años: es el primer sacerdote coreano. Pablo Chong Hasang era seminarista. Que la celebración de esta memoria sea signo de comunión y de oración por las Iglesias de Asia. 21 MARTES SAN MATEO, apóstol y evangelista Una tradición antiquísima atribuye a Leví, hijo de Alfeo, también de apodo Mateo, la autoría del primer Evangelio. Mateo es un nombre “teofórico” que significa precisamente “don de Dios“. Vivía en Cafarnaúm, donde ejercía de recaudador de impuestos y allí fue llamado por el Señor y agregado a los Apóstoles. Su nombre aparece en la lista de los Apóstoles en la Sinopsis. Se nombra a sí mismo como “Mateo, el publicano” (Mt 10,3). Presente en la primera Iglesia de Jerusalén y antes de la dispersión, es- cribe una primera versión del Evangelio en lengua hebrea, siendo el primero de los cuatro, tal como lo atestigua Papías, obispo de Hierápolis, citado en la “Historia Eclesiástica” por Eusebio: “Mateo or- denó (compuso) las palabras (logia) del Señor en lengua hebrea, y cada uno las interpretó (tradujo) luego como pudo“. Su Evangelio fue escrito en arameo y dirigido sobre todo a los judíos. De hecho, los críticos más entendidos piensan que la Iglesia primera de Jerusalén tenía escritos en lengua hebrea, hacia el año 35 dC y siguientes, con palabras y hechos del Señor. Más tarde se confeccionó el Evangelio según San Mateo que conoce- mos ahora, en uso ya antes del 65 dC. El Evangelio es obra de alguien versado en las Escrituras y destinado, sin ninguna duda, a cristianos procedentes de la fe de Israel. San Ireneo de Lyon da este dato: “Mateo, después de haber predicado a los hebreos, publicó también en su lengua un escrito evangélico, mientras que Pedro y Pablo predicaban en Roma y fundaban la Iglesia“ (Adversus haereses III,1,1). Las tradiciones sobre las posteriores obras evangelizadoras de Mateo son inciertas. Lo más seguro es que desarrolló su actividad misionera en Israel, predi- cando a los judíos para convertirlos a Jesucristo. Las palabras de “miserando atque eligendo“, presentes en la homilía de san Beda el Venerable, que se lee en el Oficio, tienen una importancia especial en la biografía del Papa Francisco, que las escogió como divisa episcopal. En el Evangelio aparecen los verbos de la divina vocación: Jesús “pasó, vio y llamó“. En este caso, las dos últimas acciones recaen sobre la persona del publicano Leví, Mateo. Jesús lo llamó a formar parte del grupo de los Doce. Lo decisivo no es un pecador perdonado, sino un pecador llamado a ser Apóstol: éste es realmente un gesto divino, grandioso en misericordia y confianza. El perdón de Dios está al inicio de todas las posibilidades de la vida, mucho más aún en la vida de la Iglesia. Leví obedece de manera incondicional a la llamada del Señor y le sigue. Para celebrarlo, organiza un banquete donde congrega a un gran número de pecadores y publicanos, como él, y Jesús ocupa el lugar central. Los fariseos se dirigen a los discípulos del Señor recriminando que Jesús se sentara a la mesa con este tipo de gente. El Señor les dice que el Médico, divino, ha venido para sanar y curar a los que tienen necesidad de curación y de salvación, no como ellos, y cita solemnemente al profeta: “Misericordia quiero y no sacrificio” (Os 6,6). Eso es lo que deben aprender: que Dios no exige nada fuera de uno mismo, sino el propio corazón. La misericòrdia, “éleos“, “hemed“, es la participación en el amor subsistente de Dios. La llamada de Jesús a Leví fue para él un don de misericordia. En la primera lectura, Pablo nos dice que los ministerios que participan de la apostolicidad, “apóstoles, maestros, evangelistas, pastores y doctores” son don del Espíritu Santo en función de la edificación del cuerpo de Cristo, la Iglesia, y en vistas a la plenitud de la obra de Cristo Salvador. El Salmo 18, “El cielo proclama la gloria de Dios“, con la respuesta “a toda la tierra alcanza su pregon“, la Liturgia la aplica a los Apóstoles: así fue predicado por san Agustín. En el aleluya se canta el verso del “Te Deum“: “A ti te ensalza el coro glorioso de los Apóstoles“.
SAN PÍO DE PIETRELCINA, presbítero Pío de Pietrelcina, de la Orden Menor de los Frailes Capuchinos, fue agraciado con grandes carismas místicos interiores que se reflejaban exteriormente en su cuerpo; entre ellos, destacan los estigmas de la Pasión de Cristo y el don taumatúrgico. Su vida fue un reflejo vivo del carisma de san Francisco de Asís. Su espacio vital se estableció durante toda su vida entre el altar y el confesionario. Se distinguió por el conocimiento de espíritus, el discernimiento espiritual y una exigencia que llevaba siempre al gozo de la conversión. La devoción a San Pío promueve el amor a los pobres y una vida de oración muy intensa. Murió en San Giovanni Rotondo (Apulia) el año 1968. ¿De dónde le viene la santidad a este fraile? ¿De sus estigmas? No, de su unión e identificación con Cristo en la pobreza, la penitencia y el amor a los que sufren. A su canonización, en 2002, asistió una multitud ingente de fieles, como no se había visto nunca. Los pequeños del Reino saben reconocer a sus pastores: aquellos que se muestran dispuestos a escuchar con entrañas de madre. (Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2021, Liturgia fovenda, p.408ss) |
SANTS ANDREU KIM TAEGON, prevere, PAU CHONG HASANG, i companys, Memòria dels sants Andreu Kim Taegon, prevere, Pau Chong Hasang i companys, màrtirs a Corea. Es veneren aquest dia, en conjunta memòria, tots els cent tres màrtirs que en aquell país van testificar intrèpidament la fe cristiana, introduïda ferventment a inicis del segle XVII per alguns laics i després alimentada i reafirmada per la predicació i celebració dels sagraments per mitjà dels missioners. L’Església de Corea és una Església fundada per laics. Tots aquests atletes de Crist, tres bisbes, vuit preveres, i els restants laics, casats o no, ancians, joves i infants, units al suplici, van consagrar amb la seva sang preciosa les primícies de l’Església a Corea († 1839-1867). Andreu Kim era un jove sacerdot que, havent-se ordenat a Shanghai va ser martiritzat just un any i mig després, el 1846, a l’edat de 25 anys: és el primer sacerdot coreà. Pau Chong Hasang era seminarista. Que la celebració d’aquesta memòria sigui signe de comunió i de pregària per les Esglésies d’Àsia.
SANT MATEU, Apòstol i Evangelista Una tradició antiquíssima atribueix a Leví, fill d’Alfeu, també de sobrenom Mateu, l’autoria del primer Evangeli. Mateu és un nom “teofòric” que vol dir precisament “do de Déu“. Vivia a Cafarnaüm, on exercia de recaptador d’impostos i allí va ser cridat pel Senyor i agregat als Apòstols. El seu nom apareix a la llista dels Apòstols en la Sinopsi. S’anomena a si mateix com “Mateu, el publicà” (Mt 10,3). Present en la primera Església de Jerusalem i abans de la dispersió, escriu una primera versió de l’Evangeli en llengua hebrea, essent el primer dels quatre, tal com ho testifica Pàpies, bisbe de Hieràpolis, citat en la “Història Eclesiàstica“ per Eusebi: “Mateu va ordenar (va compondre) les paraules (logia) del Senyor en llengua hebrea, i cada un les va interpretar (traduir) després com va poder“. El seu Evangeli va ser escrit en arameu i dirigit sobretot als jueus. De fet, els crítics més entesos pensen que l’Església primera de Jerusalem tenia escrits en llengua hebrea, vers l’any 35 dC i següents, amb paraules i fets del Senyor. Més tard es va confeccionar l’Evangeli segons Sant Mateu que coneixem ara, en ús ja abans del 65 dC. L’Evangeli és obra d’algú versat en les Escriptures i destinat, sense cap dubte, a cristians procedents de la fe d’Israel. Sant Ireneu de Lió dóna aquesta dada: “Mateu, després d’haver predicat als hebreus, va publicar també en la seva llengua un escrit evangèlic, mentre que Pere i Pau predicaven a Roma i fundaven l’Església” (Adversus haereses III,1,1). Les tradicions sobre les posteriors obres evangelitzadores de Mateu són incertes. El més segur és que va desenvolupar la seva activitat missionera a Israel, predicant als jueus per convertir-los a Jesucrist. Les paraules de “miserando atque eligendo“, presents en l’homilia de Beda el Venerable que es llegeix en l’Ofici, tenen una importància especial en la biografia del Papa Francesc, que les escollí com a divisa episcopal. En l’Evangeli apareixen els verbs de la divina vocació: Jesús “va passar, va veure i va cridar“. En aquest cas, les dues últimes accions recauen sobre la persona del publicà Leví, Mateu. Jesús el va cridar a formar part del grup dels Dotze. Allò decisiu no és un pecador perdonat, sinó un pecador cridat a ser Apòstol: aquest és realment un gest diví, grandiós en misericòrdia i confiança. El perdó de Déu és a l’inici de totes les possibilitats de la vida, molt més encara en la vida de l’Església. Leví obeeix de manera incondicional la crida del Senyor i el segueix. Per celebrar-ho, organitza un banquet on congrega un gran nombre de pecadors i publicans com ell i Jesús ocupa el lloc central. Els fariseus es dirigeixen als deixebles del Senyor recriminant que Jesús s’assegui a taula amb aquest tipus de gent. El Senyor els diu que el metge, diví, ha vingut per a curar els que tenen necessitat de guarició i de salvació, no com ells, i cita solemnement al profeta: “El que jo vull és amor, i no ofrena de víctimes” (Os 6,6). Això és el que han d’aprendre: que Déu no exigeix res fora d’un mateix, sinó el propi cor. La Misericòrdia, “eleos, hemed“, és la participació en l’amor subsistent de Déu. La crida de Jesús a Leví fou per a ell un do de Misericòrdia. En la primera lectura, Pau ens diu que els ministeris que participen de l’apostolicitat, “apòstols, mestres, evangelistes, pastors i doctors” són Do de l’Esperit Sant en funció de l’edificació del cos de Crist, l’Església, i en vistes a la plenitud de l’obra de Crist Salvador. El Salm 18, “El cel parla de la glòria de Déu“, amb la resposta “La seva crida s’escampa a tota la terra“, la Litúrgia l’aplica als apòstols: així fou predicat per sant Agustí. En el versicle de l’al·leluia es canta el vers del “Te Deum“: “Oh Déu, us lloem, Senyor, us glorifiquem. El cor gloriós dels apòstols us dóna lloança“.
SANT PIUS DE PIETRELCINA, prevere Pius de Pietrelcina, de l’Orde Menor dels Frares Caputxins, fou agraciat amb grans carismes místics interiors, que es reflectien exteriorment en el seu cos; entre ells, destaquen els estigmes de la Passió de Crist i el do taumatúrgic. La seva vida fou un reflex viu del carisma de sant Francesc d’Assís. El seu espai vital va establir-se durant tota la seva vida entre l’altar i el confessionari. Es distingí pel coneixement dels esperits, el discerniment espiritual i una exigència que portava sempre al goig de la conversió. La devoció a Sant Pius promou l’amor als pobres i una vida de pregària molt intensa. Va morir a San Giovanni Rotondo (Apúlia), l’any 1968. D’on li ve la santedat a aquest frare? Dels seus estigmes? No, de la seva unió i identificació amb el Crist en la pobresa, la penitència i l’amor als qui sofreixen. A la seva canonització, l’any 2002, hi va assistir una munió ingent de fidels, com no s’havia vist mai. Els petits del Regne saben reconèixer els seus pastors: aquells que són amatents a escoltar amb entranyes de mare. (Calendari-Directori de l´Any Litúrgic 2021, Liturgia fovenda, p.390ss)
|