2020 – Servicio litúrgico para el mes de abril (Dr. Ramón Clavería -Jaca-)
MIÉRCOLES DE LA V SEMANA DE CUARESMA
Color morado. Misa y lecturas de feria.
Prefacio I de la Pasión del Señor. Plegaria Eucarística II.
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión…
Monición de entrada y acto penitencial: Hermanos, humildes y penitentes, comencemos la celebración de la Eucaristía poniéndonos, avergonzados por nuestra actitud, ante la presencia de Dios y, desde el fondo de nuestro ser, supliquemos su misericordia y su perdón.
– Señor, ten misericordia de nosotros.
o Porque hemos pecado contra Ti.
– Muéstranos, Señor, tu misericordia.
o Y danos tu salvación.
Colecta: Ilumina, Dios misericordioso, el corazón de tus hijos, santificado por la penitencia, y, al infundirles el piadoso deseo de servirte, escucha compasivo a los que te suplican. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos confiadamente, hermanos, a nuestro Padre del cielo, Dios bendito por los siglos.
1. Por los miembros de la Iglesia que son perseguidos por su fe; para que se mantengan firmes, aun en medio de la tortura y del martirio. Roguemos al Señor.
2. Por todos los jóvenes; para que reconozcan la voz de Cristo, el Buen Pastor que los llama a seguirle y den frutos de santidad. Roguemos al Señor.
3. Por los gobernantes de todos los pueblos; para que busquen siempre hacer con honestidad lo que es verdadero, bueno y justo. Roguemos al Señor.
4. Por aquellos que sufren tribulación; para que encuentren junto a ellos a quienes les ayuden y fortalezcan su esperanza en Dios. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros; para que conociendo y viviendo la verdad que nos hace libres, permanezcamos en la palabra de Cristo y seamos fieles discípulos suyos. Roguemos al Señor.
Dios y Padre nuestro, que sentado sobre querubines, sondeas los abismos, escucha las súplicas de tu pueblo y concédele lo que con fe te ha pedido, para que adorándote únicamente a Ti, cante por los siglos tu gloria y alabanza en el templo de tu santa gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Señor, el sacramento que acabamos de recibir sea medicina del cielo, para que elimine las culpas de nuestros corazones y nos asegure tu constante protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Atiende, Dios todopoderoso, las súplicas de tu pueblo, y concede, compasivo, tu inagotable misericordia a quienes esperan confiadamente en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jueves 2 de abril:
JUEVES DE LA V SEMANA DE CUARESMA
Color morado. Misa y lecturas de feria.
Prefacio I de la Pasión del Señor. Plegaria Eucarística II.
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, estén con todos vosotros.
Monición de entrada y acto penitencial: Dispongámonos, hermanos, a celebrar la Eucaristía en la presencia de Cristo, mediador de una alianza nueva, pidiendo perdón a Dios por las veces que no hemos sido fieles a esa alianza que Él ha sellado con nosotros.
– Señor, ten misericordia de nosotros.
o Porque hemos pecado contra Ti.
– Muéstranos, Señor, tu misericordia.
o Y danos tu salvación.
Colecta: Escucha nuestras súplicas, Señor, y protege con amor a los que han puesto su esperanza en tu misericordia, para que limpios de toda mancha de los pecados, perseveren en una vida santa y lleguen de este modo a heredar tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Dirijamos, hermanos a Dios Padre las intenciones que llevamos en el corazón, sabiendo que Él es fiel a su alianza con nosotros.
1. Para que la Iglesia y todos los cristianos guarden fielmente, y por siempre, la alianza que Dios ha sellando con nosotros en la Sangre de Cristo. Roguemos al Señor.
2. Para que no nos falten sacerdotes que por su entrega den frutos de santidad y sean ejemplo para cuantos buscan a Dios. Roguemos al Señor.
3. Para que los que ejercen cualquier forma de poder o autoridad sean conscientes de que es Dios quien, con su providencia, conduce la historia del mundo y de la humanidad. Roguemos al Señor.
4. Para que el pueblo de Israel se acerque a Jesucristo a través de la alianza que Dios selló con Abrahán y su descendencia por siempre. Roguemos al Señor.
5. Para que Cristo sea nuestro único camino, nuestra esperanza verdadera y el estímulo necesario para no desfallecer. Roguemos al Señor.
Dios y Padre nuestro, escucha las plegarias del pueblo de la nueva Alianza y sálvanos por tu poder, para que los que hemos puesto toda nuestra esperanza en la palabra de tu Hijo busquemos su rostro hasta que venga en tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Saciados con los dones de la salvación, invocamos, Señor, tu misericordia, para que este sacramento, con el que nos alimentas en nuestra vida temporal, nos haga partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Sé propicio, Señor, a tu pueblo para que, rechazando día tras día lo que te desagrada, encuentre su alegría en el cumplimiento fiel de tus mandatos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Viernes 3 de abril:
VIERNES DE LA V SEMANA DE CUARESMA
Color morado. Misa y lecturas de feria.
Prefacio I de la Pasión del Señor. Plegaria Eucarística II.
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, estén con todos vosotros.
Monición de entrada y acto penitencial: Hoy es un día especial en la Cuaresma. Tradicionalmente ha sido llamado “viernes de dolores”, puesto que hoy, la piedad popular recuerda de un modo especial a María, la Madre de Jesús; aquella Madre Dolorosa que estaba llorosa junto a la cruz donde pendía su Hijo.
Amparados en su intercesión, acudimos a Dios nuestro Señor al comenzar la Eucaristía, y le pedimos perdón por nuestros pecados, suplicándole que tenga piedad de nosotros, que estamos en peligro y que nos libre de los enemigos que nos persiguen, para que así no nos avergoncemos de haberle invocado.
– Señor, ten misericordia de nosotros.
o Porque hemos pecado contra Ti.
– Muéstranos, Señor, tu misericordia.
o Y danos tu salvación.
Colecta: Perdona las culpas de tu pueblo, Señor, y que tu bondad nos libre de las ataduras del pecado, que hemos cometido a causa de nuestra debilidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien: Oh Dios, que en este tiempo otorgas con bondad a tu Iglesia imitar devotamente a santa María en la contemplación de la pasión de Cristo, concédenos, por la intercesión de la Virgen, adherirnos cada día más firmemente a tu Hijo unigénito y llegar finalmente a la plenitud de su gracia. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Presentemos, hermanos, nuestras plegarias a Dios nuestro Padre, que libra la vida del pobre de la mano de los impíos.
1. Por la Iglesia; para que viva en continua alabanza a Dios, que por la cruz de su Hijo Jesucristo ha salvado a la humanidad. Roguemos al Señor.
2. Por las familias cristianas; para que surjan de ellas vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa. Roguemos al Señor.
3. Por todos los que se sienten abandonados por Dios y por los hombres; para que descubran que Dios les ama y ellos están en sus manos. Roguemos al Señor.
4. Por las personas que hayan pecado seriamente; para que en estos días de Cuaresma, se arrepientan sinceramente y vuelvan de nuevo al Dios misericordioso. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros; para que en medio de los peligros de la vida invoquemos al Señor, que es nuestro escudo y fuerza salvadora. Roguemos al Señor.
Señor y Padre nuestro, que estás con nosotros como fuerte soldado y sondeas lo más íntimo del corazón, escucha nuestras súplicas y fortalece nuestra fe en tu Hijo, para que su obra redentora dé fruto permanente en nuestra vida. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Que nos acompañe, Señor, la continua protección del sacramento recibido y aleje siempre de nosotros todo mal. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Dios todopoderoso, concede a tus siervos, deseosos de la gracia de tu protección, que, libres de todo mal, te sirvan con ánimo sereno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sábado 4 de abril:
SÁBADO DE LA V SEMANA DE CUARESMA
Color morado. Misa y lecturas de feria.
Prefacio I de la Pasión del Señor. Plegaria Eucarística II.
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, estén con todos vosotros.
Monición de entrada y acto penitencial: Hermanos, agradecidos a Dios por el don de su benevolencia, y reconociendo que somos en su presencia, como reza la antífona de entra de la Misa de hoy, unos gusanos, vergüenza de la gente y desprecio del pueblo, le suplicamos que no se quede lejos, y que venga corriendo a ayudarnos. Y lo hacemos pidiéndole perdón por nuestros pecados al comenzar la Eucaristía.
– Señor, ten misericordia de nosotros.
o Porque hemos pecado contra Ti.
– Muéstranos, Señor, tu misericordia.
o Y danos tu salvación.
Colecta: Oh, Dios, que has hecho a todos los renacidos en Cristo pueblo escogido y sacerdocio real, concédenos querer y realizar cuanto nos mandas, para que el pueblo, llamado a la vida eterna, tenga una misma fe en el corazón y una misma santidad en los actos. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos, hermanos, a Dios Padre, que por medio de su Hijo Jesucristo ha salvado a su pueblo y nos guarda como un pastor a su rebaño.
1. Para que la muerte y resurrección de Jesús, el Señor, reúna eficazmente a todos los cristianos en la única Iglesia, santuario de Dios. Roguemos al Señor.
2. Para que los llamados por Jesucristo, firmes en Él y en su fidelidad, se abandonen con confianza en sus manos y le sirvan con generosidad. Roguemos al Señor.
3. Para que nuestro mundo llegue a ser uno, buscando la paz para todos y cada uno de los pueblos de la tierra, roguemos al Señor.
4. Para que los que sufren por cualquier motivo vean convertida su tristeza en gozo por la victoria de Jesucristo sobre el pecado. Roguemos al Señor.
5. Para que todos tengamos un corazón nuevo y un espíritu nuevo, a fin de que con nuestras buenas obras podamos corresponder a la gracia de la redención. Roguemos al Señor.
Señor Dios nuestro, que por medio de la Sangre de tu Hijo, derramada en la cruz, nos has dado la vida; escucha las súplicas de tu Iglesia y concede a tu Iglesia la reconciliación y la paz, para que, purificados de sus pecados, todos tus hijos formen un solo pueblo consagrado a la alabanza de tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Señor, pedimos humildemente a tu majestad que, así como nos fortaleces con el alimento del santísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de su naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Ten piedad, Señor, de tu Iglesia suplicante y atiende, compasivo, los corazones que se humillan ante ti; no permitas que los redimidos por la muerte de tu Unigénito se dejen seducir por el pecado, ni sean víctimas de la adversidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Domingo 5 de abril:
DOMINGO DE RAMOS EN LA PASIÓN DEL SEÑOR
Color rojo. Misa y lecturas propias del domingo de Ramos.
Sin Gloria. Sin Aleluya.
Obligatoria la lectura de la pasión,
no pudiéndose sustituir por el evangelio de la entrada de Jesús en Jerusalén.
Credo. Prefacio propio. Plegaria Eucarística sobre la reconciliación I.
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, estén con todos vosotros.
Procesión y entrada solemne: Queridos hermanos: con la celebración del Domingo de Ramos inauguramos la Semana Santa, en la que celebramos y actualizamos el misterio pascual de Cristo, su entrega generosa en la cruz por la salvación de toda la humanidad.
Este recuerdo de la entrada de Jesús en Jerusalén que ahora celebramos, viene a ser anticipo de la entrada victoriosa de la gloria de la resurrección. Salgamos, pues, con gozo al encuentro del Señor y dejemos que Cristo entre también en nuestra vida para realizar su misterio pascual y así darnos vida en abundancia.
Con nuestros ramos y palmas, abramos ahora los ojos del corazón para reconocer en Cristo, que entra en Jerusalén montado en un pollino, a nuestro Rey y Señor crucificado, que nos ha abierto definitivamente las puertas del paraíso con su muerte y resurrección.
Oremos: Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu + bendición estos ramos, y, a cuantos vamos a acompañar a Cristo Rey aclamándolo con cantos, concédenos, por medio de él, entrar en la Jerusalén del cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Aumenta, Señor, la fe de los que esperan en ti y escucha las plegarias de los que te invocan, para que, al levantar hoy los ramos en honor de Cristo vencedor, seamos portadores, apoyados en Él, del fruto de la buenas obras. Por Jesucristo, nuestro Señor.
(Se asperjan ahora los ramos con el agua bendita, y, seguidamente, se proclama, en la forma habitual, el evangelio de la entrada de Jesús en Jerusalén)
EVANGELIO
? Lectura del santo Evangelio según San Mateo 21, 111
Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, en el monte de los Olivos, envió a dos discípulos diciéndoles: «Id a la aldea de enfrente, encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, los desatáis y me los traéis. Si alguien os dice algo, contestadle que el Señor los necesita y los devolverá pronto». Esto ocurrió para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta: «Decid a la hija de Sión: “Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en una borrica, en un pollino, hijo de acémila”». Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos, y Jesús se montó. La multitud alfombró el camino con sus mantos; algunos cortaban ramas de árboles y alfombraban la calzada. Y la gente que iba delante y detrás gritaba: «¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!». Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad se sobresaltó preguntando: «¿Quién es este?». La multitud contestaba: «Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea».
Palabra del Señor.
Seguidamente de la proclamación del evangelio, el sacerdote invita al pueblo a comenzar la procesión, diciendo: Como la muchedumbre que aclamaba a Jesús, acompañemos también nosotros con júbilo al Señor.
En esta procesión, el sacerdote va detrás de la cruz, a la cabeza del pueblo. En la puerta de la iglesia, se espera a que entren los fieles, para entrar él el último y comenzar así la Eucaristía.
Monición de entrada y acto penitencia (si no se hace procesión ni entrada solemne): Seis días antes de la solemnidad de la Pascua, cuando el Señor subía a la ciudad de Jerusalén, los niños, con ramos de palmas, salieron a su encuentro, y con júbilo proclamaban: ¡Hosanna en el cielo!¡Bendito Tú que vienes y nos traes la misericordia de Dios! ¡Portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la gloria.
Hermanos, al comenzar esta celebración de la Eucaristía, con la que damos comienzo a la Semana Santa, acudamos con humildad y confianza a Cristo, nuestro Rey y Señor, y reconociendo nuestros pecados, pidámosle que tenga piedad de nosotros.
* Tú, que padeciste en la cruz por la salvación de todos.
* Tú, que derramaste tu sangre para el perdón de los pecados
* Tú, que te despojaste de tu rango y te sometiste incluso a la muerte en cruz.
Colecta: Dios todopoderoso y eterno, que hiciste que nuestro salvador se encarnase y soportara la cruz para que imitemos su ejemplo de humildad, concédenos, propicio, aprender las enseñanzas de su pasión y participar de la resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo.
Monición al credo: Proclamemos ahora nuestra fe en el único Dios, el Dios que nos libera del pecado y nos salva.
Oración de los fieles: Con la mirada puesta en Jesús, nuestro Rey y Mesías, el Sumo sacerdote de la fe que profesamos, que en la cruz presentó con lágrimas en los ojos, oraciones y súplicas al Padre; presentemos nuestras plegarias por nosotros y por todos los hombres.
1. Por la Iglesia, que sufre en sus miembros y quiere hacer suyo el sufrimiento de toda la humanidad; para que sepa decir al abatido una palabra de aliento. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones al ministerio sacerdotal; para que siempre haya en nuestras parroquias sacerdotes que hagan presente el memorial de Cristo muerto y resucitado. Roguemos al Señor.
3. Por los que no conocen a Jesucristo; para que puedan llegar a sentir la alegría y la vida que Él nos da, fruto de su muerte y resurrección. Roguemos al Señor.
4. Por todos los que sufren por el hambre y guerra, la enfermedad o la soledad, la injusticia o la discriminación; para que experimenten la fuerza de Cristo, que sufre en la cruz, y la ayuda de los hermanos. Roguemos al Señor.
5. Por todos los que estamos aquí y nos disponemos a celebrar la Pascua del Señor. Para que esta Semana Santa aumente nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad. Roguemos al Señor.
Dios todopoderoso y eterno, que enviaste a tu Hijo al mundo para que, con su pasión, destruyese el pecado y la muerte y, con su resurrección, nos devolviese la vida y la felicidad; escucha las oraciones de tu pueblo y haz que podamos gozar de los frutos de la cruz gloriosa de Jesucristo. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Poscomunión: Saciados con los dones santos, te pedimos, Señor, que, así como nos has hecho esperar lo que creemos por la muerte de tu Hijo, podamos alcanzar, por su resurrección, la plena posesión de lo que anhelamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Monición final: Con esta celebración hemos inaugurado la semana más importante de todo el año cristiano: la Semana Santa, que culminará con la celebración de la Pascua. Estas palmas y estos ramos que llevamos serán para nosotros la señal del combate victorioso de Cristo, nuestro Señor. Pongámoslos en nuestras ventanas y balcones como testimonio de nuestra fe en Cristo, vencedor del mal; ante quien los enemigos se postran humillados.
Oración sobre el pueblo: Dirige tu mirada, Señor, sobre esta familia tuya por la que nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a los verdugos y padecer el tormento de la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Lunes 6 de abril:
LUNES SANTO. FERIA MAYOR
Color morado. Misa y lecturas propias del lunes santo.
Prefacio II de la Pasión del Señor. Plegaria Eucarística III.
La gracia y el amor de Jesucristo, que nos llama a la conversión, estén con todos vosotros.
Monición de entrada y acto penitencial: Entramos ya, queridos hermanos, en la recta final de la Cuaresma, metidos de lleno en los días de la Semana Santa, en los que recordamos y revivimos la Pasión del Señor. Y ahora, al comenzar la celebración de la Eucaristía, reunidos ante Jesús, que camina hacia la cruz y la resurrección, reconocemos la debilidad de nuestro seguimiento, y pedimos perdón humildemente por todos nuestros pecados.
* Tú que tomaste nuestros pecados en tu cuerpo para destruirlos en la cruz.
* Tú que padeciste por nosotros, para que sigamos tus huellas.
* Tú que, cargado con nuestros pecados, subiste al leño, para que nosotros, muertos al pecado, vivamos para la justicia.
Colecta: Concédenos, Dios todopoderoso, que, quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad, encontremos aliento en la pasión de tu Hijo unigénito. Él, que vive y reina contigo.
Oración de los fieles: Oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre, suplicando su clemencia y pidámosle vivir la celebración de la Pascua con pureza de corazón.
1. Por la Iglesia, que quiere hacer suyos los sentimientos de toda la humanidad; para que asuma las actitudes de mansedumbre y de bondad de Jesucristo. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales; para que Jesús llame a muchos a que configuren su vida con la del Señor que se entregó por nosotros. Roguemos al Señor.
3. Por nuestro mundo de hoy; para que el Espíritu Santo impulse la transformación de nuestra sociedad, y la justicia, el derecho y la libertad sean una realidad estable y duradera. Roguemos al Señor.
4. Por los enfermos, los agonizantes, y por todos los que llevan en su cuerpo las marcas de la pasión de Cristo; para que el Señor sea su luz y salvación. Roguemos al Señor.
5. Para que los que estamos celebrando esta Eucaristía, unidos a Jesús, que va a Jerusalén a dar su vida por nosotros; para que nos dispongamos con fe viva a celebrar la Pascua. Roguemos al Señor.
Escucha, Padre de bondad nuestros ruegos, y haz que tu Iglesia, nuestra casa, que se dispone a celebrar la Pascua, se llene con la fragancia del perfume que exhala la vida de tu Hijo por su resurrección del sepulcro. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Visita, Señor, a tu pueblo, y guarda los corazones de quienes se consagran a tus misterios con amor solícito, para que conserven, bajo tu protección, los medios de la salvación eterna que han recibido de tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Defiende, Señor, a los sencillos y protege continuamente a los que confían en tu misericordia, para que, al disponerse a celebrar las fiestas de Pascua, tengan en cuenta no solo la penitencia corporal, sino, lo que es más importante, la pureza interior. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Martes 7 de abril:
MARTES SANTO. FERIA MAYOR
Color morado. Misa y lecturas propias del martes santo.
Prefacio II de la Pasión del Señor. Plegaria Eucarística III.
Monición de entrada y acto penitencial: Seguimos avanzando en esta recta final del camino a la Pascua, y nuevamente nos reunimos para escuchar la Palabra de Dios y comulgar el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Ahora, al comenzar la Eucaristía, nos reunimos ante Jesús que camina hacia la cruz y la resurrección, reconocemos la debilidad de nuestro seguimiento, y pedimos perdón por todos nuestros pecados y errores.
* Tú alimentaste con maná a tu pueblo en el desierto; y nosotros te abofeteamos y te azotamos.
* Tú diste a beber a nuestros padres el agua salvadora que brotó de la peña; nosotros te dimos a beber vinagre y hiel.
* Tú has levantado con gran poder a tu pueblo; nosotros te colgamos del patíbulo de la cruz.
Colecta: Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar de tal modo en las celebraciones de la pasión del Señor, que merezcamos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Antes de compartir el memorial de la muerte y resurrección de Jesús, reconozcamos nuestras limitaciones y necesidades, y pidamos a Dios que nos escuche y bendiga al pueblo que redimió con la Sangre de Jesús.
1. Para que la Iglesia siempre se acoja a Jesús, en Él se vea libre de sus enemigos y encuentre en su cruz y resurrección su refugio y salvación. Roguemos al Señor.
2. Para que Jesús, llame a muchos a ser sus testigos en la vida sacerdotal y consagrada, y les dé su gracia para dar frutos de santidad y buenas obras. Roguemos al Señor.
3. Para que los que trabajan social o apostólicamente a favor de los más pobres, no cesen en su empeño por transformar la sociedad. Roguemos al Señor.
4. Para los que han traicionado su fe y sus principios, arrastrados por la seducción del pecado y la indiferencia, contemplando a Cristo que dio su vida por ellos, vuelvan a Él y le invoquen como Dios y salvador. Roguemos al Señor.
5. Para que como Jesús demos nuestra vida por nuestros hermanos y, cargando con las cruces de cada día con paciencia y humildad, busquemos el Reino de Dios y su justicia. Roguemos al Señor.
Dios y Padre nuestro, que has glorificado a tu Hijo Jesucristo, que por nosotros padeció los tormentos de la cruz; escucha nuestras plegarias y concede a tu Iglesia, que se dispone a celebrar el memorial de la Pascua, participar en los frutos de su pasión gloriosa. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Saciados con el don de la salvación, invocamos, Señor, tu misericordia, para que este Sacramento, con el que quisiste que fuésemos alimentados en nuestra vida temporal, nos haga participar de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Que tu misericordia, oh, Dios, limpie al pueblo fiel del engaño del viejo pecado y le haga capaz de la novedad de una vida santa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Miércoles 8 de abril:
MIÉRCOLES SANTO. FERIA MAYOR
Color morado. Misa y lecturas propias del miércoles santo.
Prefacio II de la Pasión del Señor. Plegaria Eucarística III.
Monición de entrada y acto penitencial: Hoy, a las puertas ya de los días santos en los que celebraremos la muerte y resurrección del Señor, pedimos también nosotros que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, porque el Señor se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de cruz; por eso Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Reunidos ante este Jesús que camina hacia la cruz y la resurrección, reconocemos la debilidad de nuestro seguimiento, y, con humildad, le pedimos perdón por todos nuestros pecados.
* Tú que por nosotros te hiciste obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz.
* Tú que fuiste perfeccionado mediante el sufrimiento para guiarnos a la salvación.
* Tú que gustaste la muerte para levar a muchos hijos a la gloria.
Colecta: Oh, Dios que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo soportase por nosotros el suplicio de la cruz, concédenos a tus siervos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Hermanos, oremos confiadamente a Dios Padre todopoderoso, que envió a su Hijo Jesucristo al mundo para que con su pasión destruyera el pecado y la muerte, y con su resurrección nos devolviera la vida y la felicidad.
1. Por la Iglesia; para que ayude a todos sus hijos a prepararse, con un corazón bien dispuesto, para celebrar durante estos días el misterio de la Pascua de Cristo. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales y religiosas: para que los jóvenes descubran que Jesús dio su vida por ellos y le confiesen como Dios y Salvador, entregándole toda su vida. Roguemos al Señor.
3. Por todos los pueblos del mundo, por los que Cristo se entregó a la muerte; para que se sientan movidos a buscar a Dios sinceramente y a cumplir su voluntad. Roguemos al Señor.
4. Por los pecadores y los que han abandonado a Dios; para que el Señor, que no desprecia a los cautivos, tenga compasión de ellos y les muestre el buen camino. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros, que estamos participando del banquete del sacrificio pascual de Jesucristo; para que estemos siempre dispuestos a decir al abatido una palabra de aliento. Roguemos al Señor.
Oh Dios, cuyo Hijo denunció veladamente al que le iba a entregar en el momento en el que instituía el memorial de su entrega por amor a nosotros; escucha nuestras plegarias y concédenos celebrar la Pascua de tal modo que, siendo fieles discípulos suyos, tengamos sus mismos sentimientos y actitudes. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Dios todopoderoso, concédenos sentir vivamente que, por la muerte de tu Hijo en el tiempo manifestada en estos santos misterios, confiemos en que tú nos has dado la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Concede, Señor, a tus fieles recibir pronto los sacramentos pascuales y esperar, con vivo deseo, los dones futuros, para que, perseverando en los santos misterios que los hicieron renacer, se sientan impulsados por ellos hacia una nueva vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jueves 9 de abril:
JUEVES SANTO DE LA CENA DEL SEÑOR
Color blanco. Misa vespertina de la Cena del Señor. Gloria. Sin Aleluya.
Recomendable el lavatorio de pies. Sin Credo. Prefacio I de la Eucaristía.
Canon romano con embolismos propios.
Monición de entrada y acto penitencial: En este atardecer del Jueves Santo, nos reunimos, como lo hicieron los Apóstoles, en torno a Jesús, para celebrar aquella memorable cena en la que nos dejó el mandamiento del amor fraterno, instituyó el sacramento de la Eucaristía, y dio comienzo a la participación sacramental en su único sacerdocio; poniéndonos así en camino con Cristo hacia la cruz en el gozo que nos da el saber que así podremos participar de su resurrección.
Comencemos, pues, la celebración de esta Eucaristía, con la que damos comienzo al Triduo Pascual, reconociéndonos pecadores y necesitados de la misericordia de Dios, y poniéndonos en silencio ante el Señor Jesús, que derramó su Sangre para el perdón de los pecados, le pedimos humildemente que tenga piedad de nosotros.
* Tú que nos has amado hasta el extremo.
* Tú que has aceptado la muerte para reunirnos en la unidad.
* Tú que has dado tu vida por nosotros, tus amigos.
Gloria cantado. Mientras se canta, se tocan las campanas, para anunciar que ha comenzado el triduo pascual. Luego, se silencian hasta la Vigilia Pascual. Sería recomendable y significativo, que se siguiera con la costumbre de muchos lugares de, a partir de ahora, no tocar ningún instrumento, ni siquiera para sostener el canto.
Colecta: Oh, Dios, al celebrar la Cena santísima en la que tu Unigénito, cuando iba a entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el banquete de su amor, te pedimos alcanzar, de tan gran misterio, la plenitud de caridad y de vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lavatorio de los pies: En el evangelio hemos escuchado cómo Jesús lavó los pies de los discípulos, significando así su amor y su entrega. Ahora, al repetir este gesto, recordamos que eso es lo que tenemos que hacer cada también nosotros si de verdad queremos seguir el camino de Jesús: amarnos unos a otros, como Él nos ha amado.
Oración de los fieles: Dirijamos ahora nuestras súplicas confiadas a Dios nuestro Padre, que en Cristo, sacerdote eterno, entregado por nosotros, nos ha dado la prueba más clara de su amor.
1. Por la Iglesia, cuerpo místico de Cristo; para que guarde la unidad en la caridad que quiso para ella el Maestro. Roguemos al Señor.
2. Por los sacerdotes; para que se sientan confirmados en su fe y en su compromiso sacerdotal de entrega incondicional al pueblo de Dios. Roguemos al Señor.
3. Por los gobernantes de todo el mundo; para que desechando toda tentación de dominio, promuevan la paz y la justicia en beneficio de todos. Roguemos al Señor.
4. Por los enfermos, los pobres, y todos los que sufren; para que sean acogidos y amados como Cristo nos amó y encuentren en nosotros el consuelo, la comprensión y la ayuda que esperan. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, reunidos esta tarde para celebrar la Cena del Señor; para que vivamos la urgencia del mandamiento nuevo del amor, y así seamos testigos de Cristo en el mundo. Roguemos al Señor.
Dios, Padre nuestro, que has amado tanto al mundo que has entregado a tu Hijo a la muerte por nosotros; escucha nuestras súplicas y haznos dignos herederos y comensales de su gloria en el banquete eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Dios todopoderoso, alimentados en el tiempo por la Cena de tu Hijo concédenos, de la misma manera, merecer ser saciados en el banquete eterno. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antes de trasladar el Santísimo al “Monumento”: Siguiendo la costumbre tradicional del Jueves Santo, terminamos la celebración de la Misa de la Cena del Señor trasladando el Santísimo Sacramento al “Monumento”, el lugar preparado para su reserva para la comunión de mañana. Esta reserva nos dará, en las horas que quedan del día, la oportunidad de permanecer en oración silenciosa y contemplativa ante Él, recordando aquella larga sobremesa del Señor con los suyos después de la Última Cena, y de agradecerle su amor por nosotros.
A las (hora) de esta noche, nos reuniremos para orar ante su presencia misteriosa, en espera de celebrar mañana, a las (hora) la Pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, en espera de la gran celebración de la Vigilia Pascual, a la que ninguno debemos faltar.
Viernes 10 de abril:
VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Color rojo, con casulla. Celebración del oficio de la Pasión del Señor.
Se sigue el ritmo marcado por el Misal Romano en todo momento.
Monición inicial (optativa. Se hace antes de que salga el sacerdote de la sacristía, por un laico): Nos hemos reunido en este día santo para celebrar la Pasión del Señor. Hoy la Iglesia no celebra la Eucaristía, sino que medita el momento supremo del amor de Dios por la humanidad, el momento de la muerte de Jesús en la cruz. Por ello, el centro es la cruz de Cristo, lugar de mayor suplicio y, al mismo tiempo, altar en el que Cristo entregó su vida por toda la humanidad.
Dispongámonos adecuadamente para esta celebración en la que escucharemos la palabra de Dios, adoraremos la Santa Cruz, y recibiremos la Sagrada Comunión, poniéndonos de rodillas y guardando silencio mientras recibimos al sacerdote, quien como expresión fuerte de oración intensa y de humillación de la humanidad por la muerte del Señor, se postrará en tierra.
Salen los ministros, y el que preside, si no está físicamente impedido, se postra rostro en tierra.
Oración (no se dice “oremos”): Recuerda, Señor, tus misericordias, y santifica a tus siervos con tu eterna protección, pues Jesucristo, tu Hijo, por medio de su sangre, instituyó en su favor el Misterio pascual. Él, que vive y reina contigo.
O bien: Oh, Dios, que por la pasión de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has destruido la muerte, herencia del antiguo pecado que alcanza a toda la humanidad, concédenos que, semejantes a Él, llevemos la imagen del hombre celestial por la acción santificadora de tu gracia, así como hemos llevado grabada la imagen del hombre terreno por exigencia de la naturaleza. Por nuestro Señor Jesucristo.
Tras la lectura de la Pasión, conviene guardar un momento largo de silencio, aproximadamente de un minuto, aunque pueda hacerse pesado).
Antes de la oración universal: Vamos a concluir esta primera parte de la celebración litúrgica de hoy dirigiendo nuestras súplicas a Dios Padre por Jesucristo, nuestro Mediador, que oró en la cruz por todos nosotros y muestra en su cuerpo glorioso las llagas de su pasión salvadora.
Él vive para siempre, intercediendo por nosotros; y hace suya nuestra plegaria, que es la oración de toda la Iglesia. Por eso que hoy, nuestra oración toma un tono más solemne, y sobre todo quiere ser una oración que alcance a todos; para que a todos llegue la salvación que nace de la vida entregada por Jesucristo en la cruz.
1. Oremos, hermanos, por la Iglesia santa de Dios, para que el Señor le dé la paz, la mantenga en la unidad, la proteja en toda la tierra, y a todos nos conceda una vida confiada y serena, para gloria de Dios, Padre todopoderoso. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo manifiestas tu gloria a todas las naciones, vela solícito por la obra de tu amor, para que la Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
2. Oremos también por nuestro santo Padre, el Papa N., para que Dios, que lo llamó al orden episcopal, lo asista y proteja para bien de la Iglesia como guía del pueblo santo de Dios. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna todas las cosas, atiende bondadoso nuestras súplicas y guarda en tu amor a quien has elegido como Papa, para que el pueblo cristiano, gobernado por ti, progrese siempre en la fe bajo el cayado del mismo Pontífice. Por Jesucristo, nuestro Señor.
3. Oremos también por nuestro obispo N., por todos los obispos, presbíteros y diáconos, y por todos los miembros del pueblo santo de Dios. (breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, cuyo Espíritu santifica y gobierna todo el cuerpo de la Iglesia, escucha las súplicas que te dirigimos por todos tus ministros, para que, con la ayuda de tu gracia, todos te sirvan con fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
4. Oremos también por las vocaciones sacerdotales al servicio de toda la Iglesia, y muy especialmente al de nuestra diócesis de N.; para que la voz inconfundible del Maestro resuene apremiante en el corazón de los jóvenes, y con generosidad lo sigan y contribuyan a que no se pierda ni uno solo de los redimidos por Él. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, que quisiste dar pastores a tu pueblo, derrama sobre tu Iglesia el Espíritu de piedad y de fortaleza, que suscite dignos ministros de tu altar y los haga testigos valientes y humildes de tu Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
5. Oremos también por los que se preparan para ser bautizados, para que Dios nuestro Señor les abra los oídos del espíritu y la puerta de la misericordia, de modo que, recibida la remisión de todos los pecados por el baño de la regeneración, sean incorporados a Jesucristo, nuestro Señor. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, que haces fecunda a tu Iglesia dándole constantemente nuevos hijos, acrecienta la fe y la sabiduría de los catecúmenos, para que, al renacer en la fuente bautismal, sean contados entre tus hijos de adopción. Por Jesucristo nuestro Señor.
6. Oremos también por todos aquellos hermanos que creen en Cristo, para que Dios nuestro Señor asista y congregue en una sola Iglesia a cuantos viven de acuerdo con la verdad. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, que vas reuniendo a tus hijos dispersos y velas por la unidad ya lograda, mira con amor a la grey de tu Hijo, para que la integridad de la fe y el vínculo de la caridad congregue a los que consagró un solo bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
7. Oremos también por el pueblo judío, el primero a quien habló el Señor Dios nuestro, para que acreciente en ellos el amor de su nombre y la fidelidad a la alianza. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abrahán y su descendencia, escucha con piedad las súplicas de tu Iglesia, para que el pueblo de la primera alianza llegue a conseguir en plenitud la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor.
8. Oremos también por los que no creen en Cristo: los musulmanes, los budistas, los hinduistas, los hombres y mujeres de todas las religiones, para que, iluminados por el Espíritu Santo, encuentren el camino de la salvación. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo encontrar la verdad al caminar en tu presencia con sincero corazón, y a nosotros, deseosos de ahondar en el misterio de tu vida, ser ante el mundo testigos más convincentes de tu amor y crecer en la caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
9. Oremos también por lo que no creen en Dios, por los que no lo conocen y, por los que, conociéndolo, no se sienten atraídos a la fe o la rechazan, para que merezcan llegar a Él por la rectitud y sinceridad de su vida. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, que creaste a todos los hombres para que, deseándote siempre, te busquen y, cuando te encuentren, descansen en ti, concédeles, en medio de sus dificultades, que los signos de tu amor y el testimonio de las buenas obras de los creyentes los lleven al gozo de reconocerte como el único Dios verdadero y Padre de todos los hombres. Por Jesucristo, nuestro Señor.
10. Oremos también por los gobernantes de todas las naciones, para que Dios nuestro Señor, según sus designios, los guíe en sus pensamientos y decisiones hacia la paz y libertad de todos los hombres. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, que tienes en tus manos el destino de todos los hombres y los derechos de los pueblos, asiste a los que nos gobiernan, para que en todas partes se mantengan, por tu misericordia, la prosperidad de los pueblos, la paz estable y la libertad religiosa. Por Jesucristo, nuestro Señor.
11. Oremos, finalmente, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, por todos los que en el mundo sufren las consecuencias del pecado: para que libre al mundo de todos los errores, aleje las enfermedades, destierre el hambre, abra las prisiones injustas, rompa las cadenas, conceda seguridad a los caminantes, el retorno a casa a los peregrinos, emigrantes y desterrados, la salud a los enfermos y la salvación a los moribundos. (Breve oración en silencio)
* Dios todopoderoso y eterno, consuelo de los afligidos y fuerza de los que sufren, lleguen hasta ti las súplicas de quienes te invocan en su tribulación, para que todos sientan en sus adversidades el gozo de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.
+ + + ADORACIÓN DE LA SANTA CRUZ + + +
Monición antes de mostrar la cruz: Dispongámonos, hermanos, a recibir ahora la Santa Cruz. En la imagen de Jesús crucificado contemplamos la palabra escuchada; y en ella se cumplen sus palabras proféticas: “cuando sea levantado en alto, atraeré a todos hacia mí”. Por eso que ahora, poniéndola en el centro de nuestra celebración, y pasando después a adorarla cada uno, expresamos nuestro agradecimiento por ese amor tan grande de Jesucristo por nosotros, que se ha manifestado en su entrega hasta la muerte.
Tras la adoración y antes de ir a buscar el Santísimo: Hoy no celebramos la Eucaristía; pero sí que comulgamos, y lo hacemos con el Pan consagrado en la Misa de ayer, y que hasta ahora ha permanecido reservado en el “Monumento”. Hoy, la comunión del Cuerpo de Cristo, entregado por nosotros, nos ayudará a estar más unidos a Él, en espera de la gran Eucaristía de la noche de Pascua.
(Aviso: El Santísimo no debe volver a llevarse al “Monumento” ni debe reservarse en el sagrario.)
Poscomunión: Dios todopoderoso y eterno, que nos has renovado con la gloriosa muerte y resurrección de tu Ungido, continúa realizando en nosotros, por la participación en este misterio, la obra de tu misericordia, para que vivamos siempre entregados a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Monición final (antes de la oración sobre el pueblo): Como comunidad de creyentes, hemos vivido la entrega total de Cristo por nosotros hasta la muerte y una muerte en la cruz. Continuemos hoy y mañana con el espíritu de oración de estos días santos esperando celebrar mañana, a las …, la solemne Vigilia Pascual, cumbre de las reuniones de los cristianos a lo largo de todo el año. Será la gran proclamación de la Resurrección victoriosa de Jesús. Ninguno deberíamos faltar.
Oración sobre el pueblo: Inclinaos para recibir la bendición. (Breve silencio) Descienda, Señor, tu bendición abundante sobre tu pueblo que ha celebrado la muerte de tu Hijo con la esperanza de su resurrección; llegue a Él tu perdón, reciba el consuelo, crezca su fe y se afiance en Él la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sábado 11 de abril:
SÁBADO SANTO DE LA SEPULTURA DEL SEÑOR
No se celebra la Eucaristía bajo ningún concepto ni por ningún motivo.
Se recomienda a los fieles participar en el rezo comunitario
de la Liturgia de la Horas, especialmente Laudes y Vísperas.
La cruz expuesta en el oficio del Viernes Santo continúa en un lugar privilegiado con velas encendidas a sus lados.
Si hubiere alguna imagen en la iglesia de Cristo Yacente, sería conveniente colocarla en un catafalco en el centro de la iglesia, cubierta con un paño mortuorio, para que se hiciese palpable que el pueblo cristiano está en vela junto al sepulcro de Jesucristo.
Tampoco habría ninguna objeción a que estuviere descubierta y los fieles le hicieran besamanos o besapié.
Noche del sábado 11 de abril al domingo 12 de abril:
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
NOCHE DEL SÁBADO AL DOMINGO
SOLEMNE VIGILIA PASCUAL
Color blanco. Misa de la Vigila Pascual. Gloria. Aleluya.
Renovación de las promesas bautismales.
Prefacio I de Pascua “en esta noche”.
Canon romano con embolismos propios.
Bendición solemne de Pascua.
+ PRIMERA PARTE: LUCERNARIO EN LA PUERTA DE LA IGLESIA
Queridos hermanos: Durante toda la cuaresma nos hemos estado preparando para celebrar el Triduo Pascual, que hoy llega a su punto más alto con la celebración más importante de todo el año litúrgico: la Vigilia Pascual de la resurrección del Señor, en la que, velando en la oscuridad de la noche, celebramos que Cristo en la cruz murió por nosotros, pero que no fue abandonado por Dios en la fría noche del sepulcro, sino que resucitó y así venció a la muerte.
Esta noche nos unimos a toda la Iglesia, que vela para contemplar como las tinieblas son vencidas por la luz pascual, a esta Iglesia que acoge con amor a los hombres y mujeres que serán unidos a la muerte y resurrección de Cristo para siempre por el agua del Bautismo, a esta Iglesia que esta noche celebra de nuevo la Eucaristía, en la que se renovará la entrega y la resurrección del Señor Jesús.
Dispongámonos, pues, para la bendición del fuego. Este fuego representa que queremos destruir nuestro pasado de pecado y de muerte. Y de este fuego nuevo encenderemos el cirio pascual, signo de Cristo resucitado, cuya luz ilumina nuestras vidas.
Bendición del: Oremos. (breve silencio) Oh, Dios, que por medio de tu Hijo has dado a tus fieles la claridad de tu luz, santifica ? este fuego nuevo, y concédenos que la celebración de estas fiestas de pascua encienda en nosotros deseos tan santos que podamos llegar con corazón limpio a las fiestas de la eterna luz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendecido el fuego nuevo, un acólito, u otro ministro, lleva el cirio pascual ante el celebrante; éste, con un punzón, graba una cruz en el cirio. Después traza en la parte superior de esta cruz la letra griega Alfa, y debajo de la misma la letra griega Omega; en los ángulos que forman los brazos de la cruz traza los cuatro números del año en curso. Mientras hace estos signos, dice: Cristo ayer y hoy, (Graba el trazo vertical de la cruz.) principio y fin, (Graba el trazo horizontal.) alfa (Graba la letra Alfa sobre el trazo vertical.) y omega. (Graba la letra Omega debajo del trazo vertical.) Suyo es el tiempo(Graba el primer número del año en curso en el ángulo izquierdo superior de la cruz.) y la eternidad. (Graba el segundo número del año en curso en el ángulo derecho superior de la cruz.) A él la gloria y el poder,(Graba el tercer número del año en curso en el ángulo izquierdo inferior de la cruz.) por los siglos de los siglos. Amén. (Graba el cuarto número del año en curso en el ángulo derecho inferior de la cruz.)
Acabada la incisión de la cruz y de los otros signos, el sacerdote puede incrustar en el cirio cinco granos de incienso, en forma de cruz, mientras dice: 1. Por sus llagas 2. santas y gloriosas, 3. nos proteja 4. y nos guarde 5. Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Seguidamente, el sacerdote que preside, enciende el cirio pascual con el fuego nuevo diciendo: La luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu.
PROCESIÓN
Encendido el cirio, uno de los ministros toma carbones encendidos del fuego y los pone en el incensario. El sacerdote, según costumbre, impone el incienso. El diácono, o en su ausencia otro ministro idóneo, recibe del ministro el cirio pascual y se organiza la procesión. El turiferario, con el incensario humeante, camina delante del diácono o el ministro que lleva el cirio pascual. Sigue el sacerdote con los ministros y el pueblo, llevando todos en la mano las velas apagadas. A la puerta de la iglesia, el diácono, de pie y levantando el cirio canta: Luz de Cristo. Y todos responden: Demos gracias a Dios.
El sacerdote enciende su vela del cirio pascual. Después, el diácono continúa hasta el centro de la iglesia y, de pie y elevando el cirio, canta de nuevo: Luz de Cristo. Y todos responden: Demos gracias a Dios. Y entonces encienden sus velas de la llama del cirio pascual, y avanzan.
El diácono, al llegar ante el altar, de pie y vuelto al pueblo, eleva el cirio y canta por tercera vez: Luz de Cristo. Y todos responden: Demos gracias a Dios.
En ese momento, el diácono pone el cirio pascual sobre un candelabro solemne colocado junto al ambón o en medio del presbiterio, y se encienden las luces de la iglesia, excepto los cirios del altar, aunque puede mantenerse la antigua costumbre (sería recomendable) de no encender las luces de la iglesia hasta el canto del Gloria.
CANTO DEL PREGÓN PASCUAL
+ SEGUNDA PARTE: Liturgia de la Palabra
Después de haberse proclamado el pregón pascual, estando todos sentados, el sacerdote que preside, desde la sede, o el diácono si lo hay, desde otro lugar oportuno, hace la siguiente monición:
Hermanos: Con el pregón solemne de la Pascua, hemos entrado ya en la noche santa de la resurrección del Señor. Escuchemos, en silencio meditativo, la palabra de Dios. Recordemos las maravillas que Dios ha realizado para salvar al primer Israel, y cómo en el avance continuo de la Historia de la salvación, al llegar los últimos tiempos, envió al mundo a su Hijo, para que, con su muerte y resurrección, salvara a todos los hombres. Mientras contemplamos la gran trayectoria de esta historia santa, oremos intensamente, para que el designio de salvación universal, que Dios inició con Israel, llegue a su plenitud y alcance a toda la humanidad por el misterio de la resurrección de Jesucristo.
Nota: En la liturgia de la palabra, en lugar del Salmo responsorial de cada lectura, puede guardarse un espacio de silencio sagrado.
Oraciones después de las lecturas
Después de la primera lectura (La creación): Dios todopoderoso y eterno, admirable en todas tus obras; que tus redimidos comprendan cómo la creación del mundo en el comienzo de los siglos, no fue obra de mayor grandeza que el sacrificio de Cristo, nuestra Pascua inmolada, en la plenitud de los tiempos. Él que vive y reina.
Después de la segunda lectura (El sacrificio de Abrahán): Oh, Dios, Padre supremo de los creyentes, que multiplicas sobre la tierra los hijos de tu promesa con la gracia de la adopción y, por el misterio pascual, hiciste de tu siervo Abrahán el padre de todas las naciones, como lo habías prometido, concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia de tu llamada. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Después de la tercera lectura y su cántico (El paso del mar Rojo): También ahora, Señor, vemos brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo qué en otro tiempo manifestabas tu poder al librar a un solo pueblo de la persecución del Faraón, hoy aseguras la salvación de todas las naciones, haciéndolas renacer por las aguas del bautismo; te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abrahán y miembros del nuevo Israel. Por Jesucristo nuestro Señor.
Después de la cuarta lectura (La nueva Jerusalén): Dios todopoderoso y eterno, multiplica, fiel a tu palabra, la descendencia que aseguraste a la fe de nuestros padres, y aumenta con tu adopción los hijos de la promesa; para que tu Iglesia vea cómo se ha cumplido ya en gran medida cuanto creyeron y esperaron los patriarcas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Después de la quinta lectura (La salvación que se ofrece gratuitamente a todos): Dios todopoderoso y eterno, esperanza única del mundo, que anunciaste por la voz de tus profetas los misterios de los tiempos presentes: atiende complacido los deseos de tu pueblo, porque ninguno de tus fíeles puede progresar en la virtud sin la inspiración de tu gracia. Por Jesucristo nuestro Señor.
Después de la sexta lectura (La fuente de la sabiduría): Oh Dios, que sin cesar haces crecer a tu Iglesia con la convocatoria de todas las gentes, defiende con tu constante protección a cuantos purificas en el agua del bautismo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Después de la séptima lectura (El corazón nuevo y el espíritu nuevo): Oh, Dios, poder inmutable y luz sin ocaso, mira con bondad el sacramento admirable de la Iglesia entera y, en cumplimiento de tus eternos designios, lleva a feliz término la obra de la salvación humana; que todo el mundo experimente y vea cómo lo abatido se levanta, lo viejo se renueva y todo vuelve a su integridad original, por el mismo Jesucristo, de quien todo procede. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Monición antes del Gloria: Hemos escuchado las lecturas del Antiguo Testamento, esa larga historia que nos preparaba para la vida nueva de Jesucristo. Ahora, antes de escuchar el anuncio de esta vida nueva, cantemos la gloria de Dios, que es nuestra vida, nuestra luz, nuestro gozo; y aclamemos a su Hijo, resucitado de entre los muertos, porque Él es el Cordero de Dios, el único Santo, el único Señor, el único Altísimo.
Mientras se canta el Gloria, se tocan las campanas, se encienden las velas y se podrían encender las luces de la iglesia (si aún no se ha hecho).
Colecta: Oh, Dios, que has iluminado esta noche santísima con la gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu de la adopción filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por nuestro Señor Jesucristo.
+ TERCERA PARTE: LITURGIA BAUTISMAL
Monición tras la homilía: Esta noche de la Resurrección del Señor, es la Noche de la Vida Nueva; es la Noche en la que (celebramos y) renovamos el Bautismo que, por la fuerza del Espíritu, nos hace hijos de Dios y hermanos de Jesucristo.
Dispongámonos, pues, a celebrar, en la alegría de la Pascua, el don del agua de la Vida, bendiciendo el agua bautismal y renovando las promesas bautismales, recordando que por el Bautismo, un día morimos al hombre viejo y al pecado, y fuimos incorporados a la Vida Nueva de Cristo.
Si hay bautismos: Queridos hermanos: acompañemos unánimes con nuestra oración la esperanza de nuestros hermanos que van a la fuente de la regeneración, para que el Padre omnipotente les otorgue todo el auxilio de su misericordia.
Si se bendice la fuente, pero no hay bautismos: Invoquemos, queridos hermanos, a Dios todopoderoso, para que su gracia descienda sobre esta fuente, y cuantos en ella renazcan, sean incorporados a Cristo como hijos de adopción.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Santa María, Madre de Dios. Ruega por nosotros.
San Miguel. Ruega por nosotros.
Santos Ángeles de Dios. Rogad por nosotros.
San Juan Bautista. Ruega por nosotros.
San José. Ruega por nosotros.
Santos Pedro y Pablo. Rogad por nosotros.
Santos y santas de Dios. Rogad por nosotros.
Muéstrate propicio. Líbranos, Señor.
De todo mal. Líbranos, Señor.
De todo pecado. Líbranos, Señor.
De la muerte eterna. Líbranos, Señor.
Por tu encarnación. Líbranos, Señor.
Por tu muerte y resurrección. Líbranos, Señor.
Por el envío del Espíritu Santo. Líbranos, Señor.
Nosotros, que somos pecadores. Te rogamos, óyenos.
Si hay bautismos:
Para que regeneres a estos elegidos
con la gracia del bautismo. Te rogamos, óyenos.
Si no hay bautismos:
Para que santifiques esta agua
en la que renacerán tus nuevos hijos, Te rogamos, óyenos.
Jesús, Hijo de Dios vivo. Te rogamos, óyenos.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Si hay bautizados, el sacerdote dice la siguiente oración con las manos extendida; si no los hay, pasa directamente a la oración de bendición del agua bautismal: Dios todopoderoso y eterno, manifiesta tu presencia en estos sacramentos, obra de tu amor sin medida, y envía el espíritu de adopción para recrear los nuevos pueblos que alumbrará para ti la fuente bautismal; así tu poder dará eficacia a la humilde acción de nuestro ministerio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición del agua bautismal
El sacerdote bendice, seguidamente, el agua bautismal, diciendo la siguiente oración con las manos extendidas:
Oh Dios, que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu poder invisible, y de diversos modos te has servido de tu criatura el agua para significar la gracia del bautismo.
Oh Dios, cuyo Espíritu, en los orígenes del mundo, se cernía sobre las aguas, para que ya desde entonces concibieran el poder de santificar.
Oh Dios, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio prefiguraste el nacimiento de la nueva humanidad, de modo que una misma agua, misteriosamente, pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.
Oh Dios, que hiciste pasar a pie enjuto por el mar Rojo a los hijos de Abrahán, para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón fuera imagen de la familia de los bautizados.
Oh Dios, cuyo Hijo, al ser bautizado por Juan en el agua del Jordán, fue ungido por el Espíritu Santo; colgado en la cruz vertió de su costado agua, junto con la sangre; y después de su resurrección mandó a sus apóstoles: «Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo», mira ahora a tu Iglesia y abre para ella la fuente del bautismo.
Que esta agua reciba, por el Espíritu Santo, la gracia de tu Unigénito, para que el ser humano, creado a tu imagen, lavado, por el sacramento del bautismo, de todas las manchas de su vieja condición, renazca, como niño, a nueva vida por el agua y el Espíritu.
Y, metiendo, si lo cree oportuno, el cirio pascual en el agua una o tres veces, prosigue:
Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo, descienda hasta el fondo de esta fuente,
(Y, teniendo el cirio en el agua, prosigue:)
para que todos los sepultados con Cristo en su muerte, por el bautismo, resuciten a la vida con Él. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Renovación de las promesas bautismales
Acabado el rito del Bautismo ,o después de la bendición del agua, si no hubo Bautismos, todos, de pie y con las velas encendidas en sus manos, renuevan las promesas del bautismo, juntamente con los bautizandos, si no se hubiera hecho ya. El sacerdote dirige a los fieles la siguiente monición u otra semejante:
Queridos hermanos: Por el misterio pascual hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo, para que vivamos una vida nueva. Por tanto, terminado el ejercicio de la Cuaresma, renovemos las promesas del santo bautismo, con las que en otro tiempo renunciamos a Satanás y a sus obras, y prometimos servir fielmente a Dios en la santa Iglesia católica.
Así, pues, renunciad ahora al mal y a todas sus manifestaciones:
– ¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
– ¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que no domine en vosotros el pecado?
– ¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?
Prosigue el sacerdote: Y confesad abiertamente:
– ¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
– ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
– ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna?
Concluye el sacerdote: Que Dios todopoderoso. Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos regeneró por el agua y el Espíritu Santo y que nos concedió la remisión de los pecados, nos guarde en su gracia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna. Amén.
Tras la renovación de las promesas bautismales: Ahora, recordando nuestro propio Bautismo, por el que se nos incorporó a la vida de Dios, vamos (a pasar) a recibir el agua bautismal (, signándonos con la señal de la cruz), haciendo así presente la grandeza de Dios y el compromiso de vida que adquirimos en el Bautismo, cuando renacimos a la Vida Nueva de Cristo Resucitado. Considerémonos esta noche, pues, como si fuésemos bautizados de nuevo.
Ahora, todos los fieles pueden pasar por la pila bautismal y, tomando el agua bendita, se santiguan con ella; o bien, pueden ser asperjados por el sacerdote. Tras la aspersión, y ya desde la sede, tiene lugar la oración de los fieles.
Oración de los fieles: Acudamos, hermanos, a Cristo nuestro Señor, que venciendo las ataduras de la muerte, surge glorioso del sepulcro; y elevémosle fervientes plegarias por nuestra salvación y la de todos los hombres.
1. Para que Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha vencido la muerte y ha destruido el pecado, haga que todos los cristianos seamos siempre fieles a las promesas del bautismo que hemos renovado en esta santa noche. Roguemos al Señor.
2. Para que Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha hecho renacer a los nuevos hijos de la Iglesia, engendrándolos por el agua y el Espíritu Santo, afirme en ellos los dones que les ha concedido en esta Pascua. Roguemos al Señor.
3. Para que Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha dado al mundo la vida verdadera y ha renovado toda la creación, ilumine con su Espíritu a los que ejercen autoridad en todos los países, y a los que , por no creer en su triunfo, viven sin esperanza. Roguemos al Señor.
4. Para que Cristo, que, con su gloriosa resurrección, ha abierto las puertas de su reino a los que gemían en el abismo y ha otorgado la vida al hombre mortal, tenga compasión y misericordia de todos los que sufren. Roguemos al Señor.
5. Para Cristo, que, con su gloriosa resurrección, anunció la alegría a las mujeres, y por medio de las mujeres a los apóstoles, y por medio de los apóstoles al mundo entero, llene de gozo y esperanza a todos los que nos hemos reunido para celebrar su triunfo pascual. Roguemos al Señor.
Al celebrar en esta noche, oh Cristo, la solemnidad de tu santa resurrección, en la que Tú mismo, como nuevo día, saliendo del sepulcro, has convertido en celestial claridad las antiguas tinieblas de la noche; te pedimos, que ya que nos has redimido con el precio de tu sangre, aceptes la oración que tu Iglesia te dirige confiada. Tú que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
+ CUARTA PARTE: LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
Antes de la presentación de ofrendas: Llegamos ahora al momento culminante de esta Noche Santa, en el que Jesús Resucitado se va a hacer presente entre nosotros en el sacramento de la Eucaristía. Así pues, con alegría y con agradecimiento, dispongámonos a celebrar la Liturgia Eucarística de la Pascua.
Poscomunión: Derrama, Señor, sobre nosotros tu Espíritu de caridad, para que hagas vivir concordes en el amor a quienes has saciado con los sacramentos pascuales. Por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición solemne :
– Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
– El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
– Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
– Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
Domingo 12 de abril:
MISA DEL DÍA
Color blanco. Misa y lecturas propias del Domingo de Pascua. Gloria. Aleluya.
Credo. Prefacio Pascual I “en este día”. Canon Romano con embolismos propios.
Bendición solemne de Pascua
El Dios de la vida, que ha resucitado a Jesucristo, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con todos vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua bendita: Queridos hermanos: en este Domingo de Pascua, en el que recordamos llenos de gozo la resurrección de Jesucristo, el Señor, vamos a comenzar la celebración de la Eucaristía recordando como Dios, por medio del Bautismo, nos injertó simbólicamente en la muerte y resurrección de su Hijo y, como con ello, nos otorgó el perdón de los pecados y nos adoptó como hijos suyos. Pidamos, pues, al Señor, que el agua que vamos a (bendecir y) derramar sobre nosotros reavive la gracia que aquel día recibimos.
Si no se ha celebrado la Vigilia Pascual, se bendice el agua con la siguiente oración:
Señor, Dios todopoderoso, escucha las oraciones de tu pueblo, ahora que recordamos la acción maravillosa de nuestra creación y la maravilla, aún más grande, de nuestra redención; dígnate bendecir ? esta agua. La creaste para hacer fecunda la tierra y para favorecer nuestros cuerpos con la frescura y la limpieza. La hiciste también instrumento de misericordia al librar a tu pueblo de la esclavitud y al apagar con ella su sed en el desierto; por los profetas la revelaste como signo de la nueva Alianza que quisiste sellar con los hombres. Y, cuando Cristo descendió a ella en el Jordán, renovaste nuestra naturaleza pecadora en el baño del nuevo nacimiento. Que esta agua, Señor, avive en nosotros el recuerdo de nuestro bautismo y nos haga participar en el gozo de nuestros hermanos bautizados en la Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor.
(Aspersión con el agua bendita por el templo, o bien todos pasan por la pila bautismal y toman el agua santiguándose)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Gloria.
Colecta: Oh, Dios, que en este día, vencida la muerte, nos has abierto las puertas de la eternidad por medio de tu Unigénito, concede, a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del Señor, que, renovados por su Espíritu, resucitemos a la luz de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Credo: El día de nuestro Bautismo participamos de una manera misteriosa y sacramental de la muerte y la resurrección de Cristo. Ahora, en esta Eucaristía de Pascua, renovemos nuestro sí a Dios y confesemos con los labios y el corazón nuestra fe, que es la fe de la Iglesia, que nos pone en comunión con los apóstoles, los primeros testigos de la resurrección de Cristo.
(Si no se ha celebrado la Vigilia Pascual, se pueden renovar las promesas del bautismo: El día de nuestro Bautismo participamos de una manera misteriosa y sacramental de la muerte y la resurrección de Cristo. Ahora, en esta Eucaristía de Pascua, renovemos nuestro sí a Dios y confesemos con los labios y el corazón nuestra fe, que es la fe de la Iglesia, haciendo el firme propósito de renunciar al pecado con la gracia de Dios y nuestro esfuerzo, y afirmando nuestra fe, que nos pone en comunión con los apóstoles, los primeros testigos de la resurrección de Cristo.
– ¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los hijos de Dios?
– ¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que no domine en vosotros el pecado?
– ¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?
Prosigue el sacerdote: Y confesad abiertamente:
– ¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
– ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de santa María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre?
– ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la santa Iglesia católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna?
Concluye el sacerdote: Que Dios todopoderoso. Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos regeneró por el agua y el Espíritu Santo y que nos concedió la remisión de los pecados, nos guarde en su gracia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna. Amén.)
Oración de los fieles: Llenos de gozo por la santa resurrección del Señor, y purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro Espíritu, supliquemos con insistencia a nuestro Señor y Redentor, que ha vencido al pecado y a la muerte y nos ha dado nueva vida.
1. Para que Cristo, que con su gloriosa resurrección, ha sido constituido Cabeza de la Iglesia, conceda abundante felicidad, gozo y exultación a los fieles que celebramos su triunfo; y a todos la fidelidad a la vocación a la que Él nos llame. Roguemos al Señor.
2. Para que Cristo, que con su gloriosa resurrección, ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, otorgue quienes han regresado al camino de la vida conservar íntegramente los dones que la misericordia del Padre les ha restituido. Roguemos al Señor.
3. Para que Cristo, que con su gloriosa resurrección, ha inaugurado la resurrección universal, alegre el corazón de los hombres que aún desconocen su victoria y, con el anuncia evangélico, llene de gozo a todos los pueblos y naciones. Roguemos al Señor.
4. Para que Cristo, que con su gloriosa resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos, los ha enriquecido con sus dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, renueve la esperanza de los que sufren y los que lloran. Roguemos al Señor.
5. Para que Cristo, que con su gloriosa resurrección, ha alegrado el mundo entero, transforme nuestro espíritu y nos conceda la esperanza firme de compartir su triunfo y de resucitar con Él a una vida nueva. Roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, luz de los santos y felicidad de los bienaventurados, concédenos, que los que celebramos el día de tu resurrección con alegría y con esta liturgia de alabanza, que así como nos mostramos ante ti con vestiduras blancas por tan gran fiesta, así más blancos y limpios que la nieve, nos veamos libres de todo pecado saciados de tu perdón y de la dulzura de tu amor. Tú que vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
Poscomunión: Protege, oh Dios, a tu Iglesia con misericordia perpetua, para que, renovada por los sacramentos pascuales, llegue a la gloria de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne :
* Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
* El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
* Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
Lunes 13 de abril:
LUNESDE LA OCTAVA DE PASCUA
Misa y lecturas propias de la feria. Gloria. Aleluya.
Prefacio I de Pascua “en este día”. Canon romano con embolismos propios. Bendición solemne de Pascua.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Aspersión con el agua: Hermanos, al comenzar la celebración de la Eucaristía, pidamos a Dios, nuestro Padre, que la aspersión de esta agua, bendecida en la Noche Santa (en el día santo) de Pascua, reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por el cual fuimos sumergidos en la muerte redentora del Señor Jesús, para resucitar con Él a una vida nueva.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Monición al Gloria: En este día de gozo y de gloria, recitemos el himno de alabanza, invocando a Jesucristo, nuestro mediador, sentado a la derecha del Padre.
Colecta: Señor Dios, que haces crecer a tu Iglesia, dándole siempre nuevos hijos, concede a tus siervos vivir el sacramento que recibieron con fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Con la esperanza puesta en el amor de Dios, oremos a nuestro Padre del cielo, que ha resucitado a Jesucristo y lo ha constituido Señor y Mesías de la humanidad.
1. Para que la Iglesia sea cada día más consciente de ser la comunidad pascual, generada por Cristo humillado en la cruz y glorificado en la resurrección. Roguemos al Señor.
2. Para que no nos falten nunca en nuestras parroquias y comunidades sacerdotes que sean testigos fieles de la vida, el perdón y la misericordia que surgen del triunfo pascual de Cristo. Roguemos al Señor.
3. Para que la resurrección de Cristo, que ha llenado la tierra del amor de Dios, llene el corazón de los hombres de todo el mundo de sentimientos de fraternidad y de paz. Roguemos al Señor.
4. Para que los que dudan y los que no creen, reconozcan, iluminados por la gracia pascual, que no hay otro hombre fuera de Cristo que pueda salvarnos. Roguemos al Señor.
5. Para que nuestra comunidad crezca como una verdadera familia de Dios, asidua en la escucha de la Palabra, perseverante en la oración, testigo en la caridad fraterna. Roguemos al Señor.
Dios y Padre nuestro, por el amor que tienes a tu Hijo, a quien has resucitado victorioso de entre los muertos, escucha bondadosamente las súplicas de los que confesamos que Jesucristo es Señor y lo reconocemos como único Maestro. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Poscomunión: Te pedimos, Señor, que la gracia del Misterio pascual colme totalmente nuestro espíritu, para que hagas dignos de tus dones a quienes concediste entrar en el camino de la salvación eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne :
* Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
* El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
* Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
Martes 14 de abril:
MARTES DE LA OCTAVA DE PASCUA
Misa y lecturas propias de la feria. Gloria. Aleluya.
Prefacio I de Pascua “en este día”. Canon romano con embolismos propios. Bendición solemne de Pascua.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Aspersión con el agua: Hermanos, al comenzar la celebración de la Eucaristía, pidamos a Dios, nuestro Padre, que la aspersión de esta agua, bendecida en la Noche Santa (en el día santo) de Pascua, reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por el cual fuimos sumergidos en la muerte redentora del Señor Jesús, para resucitar con Él a una vida nueva.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Monición al Gloria: En este día de gozo y de gloria, recitemos el himno de alabanza, invocando a Jesucristo, nuestro mediador, sentado a la derecha del Padre.
Colecta: Oh, Dios, que nos entregaste los auxilios pascuales, continúa favoreciendo a tu pueblo con estos dones celestes, para que, habiendo alcanzado la libertad verdadera, pueda gozar en el cielo de la alegría que ya ha empezado a gustar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Hermanos, al celebrar en estos días de Pascua que la misericordia del Señor llena la tierra, elevemos nuestras plegarias a Dios Padre, que es nuestro auxilio y escudo.
1. Para que, por el poder de la resurrección, la Iglesia alcance a todo el mundo la verdadera libertad. Roguemos al Señor.
2. Para que no nos falten nunca en nuestras parroquias sacerdotes que sean testigos fieles del triunfo pascual de Cristo. Roguemos al Señor.
3. Para que todos los que hemos sido bautizados en Cristo, vivamos la vida nueva según el Espíritu. Roguemos al Señor.
4. Para que Jesucristo, que ha vencido al pecado y a la muerte, alcance a todos los difuntos disfrutar del reino de la vida. Roguemos al Señor.
5. Para que los cristianos de hoy, a ejemplo de María Magdalena, sepamos anunciar con la palabra y las obras que Cristo está vivo. Roguemos al Señor.
Señor y Padre nuestro, cuyo Hijo Jesús se hizo presente a María Magdalena cuando, llena de amor, lloraba junto al sepulcro; escucha nuestra oración y haznos vivir también a nosotros la alegría de encontrarnos contigo, para que sepamos anunciar la resurrección de Cristo a todos nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Escúchanos, Dios todopoderoso, y, para merecer la felicidad eterna, prepara los corazones de tu familia la que otorgaste la gracia incomparable del Bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne :
* Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
* El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
* Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
Miércoles 15 de abril:
MIÉRCOLES DE LA OCTAVA DE PASCUA
Misa y lecturas propias de la feria. Gloria. Aleluya.
Prefacio I de Pascua “en este día”. Canon romano con embolismos propios. Bendición solemne de Pascua.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Aspersión con el agua: Hermanos, al comenzar la celebración de la Eucaristía, pidamos a Dios, nuestro Padre, que la aspersión de esta agua, bendecida en la Noche Santa (en el día santo) de Pascua, reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por el cual fuimos sumergidos en la muerte redentora del Señor Jesús, para resucitar con Él a una vida nueva.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Monición al Gloria: En este día de gozo y de gloria, recitemos el himno de alabanza, invocando a Jesucristo, nuestro mediador, sentado a la derecha del Padre.
Colecta: Oh, Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos propicio llegar a la alegría eterna mediante las fiesta que celebramos en el tiempo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos, hermanos, con toda confianza, a Dios Padre, que ha puesto a Jesús a nuestro lado para que nos acompañe en nuestro camino.
1. Por la Iglesia; para que goce de una paz verdadera y estable en toda la tierra y, creciendo en el amor y en el temor de Dios, esté llena de la presencia del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales; para que en nuestra diócesis no falten nunca sacerdotes que hagan presente entre nosotros la cercanía y el amor de Cristo resucitado. Roguemos al Señor.
3. Por la justicia, la concordia y la paz en todo el mundo; para que ahoguen las llamas de las injusticias humanas, de la discordia entre los hombres y de las guerras entre los pueblos. Roguemos al Señor.
4. Por los abatidos y los que han perdido la esperanza; para que la resurrección de Jesús los confirme en la seguridad de la victoria final sobre el mal. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros, que con alegría celebramos la Pascua del Señor; para que en nuestra vida concreta sepamos ir poniendo signos de vida nueva. Roguemos al Señor.
Dios y Padre nuestro, escucha nuestra oración y, como hizo tu Hijo con los discípulos de Emaús, abre nuestros corazones, y ayúdanos a descubrir el sentido de las Escrituras, para que sintamos la presencia de Cristo entre nosotros y le reconozcamos al partir el Pan. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Liberados de la vieja condición de pecado, te pedimos, Señor, que la devota participación en el sacramento de tu Hijo nos transforme en nuevas criaturas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne :
* Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
* El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
* Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
Jueves 16 de abril:
JUEVES DE LA OCTAVA DE PASCUA
Misa y lecturas propias de la feria. Gloria. Aleluya.
Prefacio I de Pascua “en este día”. Canon romano con embolismos propios. Bendición solemne de Pascua.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Aspersión con el agua: Hermanos, al comenzar la celebración de la Eucaristía, pidamos a Dios, nuestro Padre, que la aspersión de esta agua, bendecida en la Noche Santa (en el día santo) de Pascua, reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por el cual fuimos sumergidos en la muerte redentora del Señor Jesús, para resucitar con Él a una vida nueva.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Monición al Gloria: En este día de gozo y de gloria, recitemos el himno de alabanza, invocando a Jesucristo, nuestro mediador, sentado a la derecha del Padre.
Colecta: Oh, Dios, que has reunido pueblos diversos en la confesión de tu nombre, concede a los que han renacido en la fuente bautismal una misma fe en su espíritu y un mismo amor en sus obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Hermanos, confesando nuestra fe en Cristo resucitado, elevemos confiadamente a Dios Padre nuestras súplicas para el bien de la Iglesia y del mundo.
1. Por la Iglesia; para que la fe de la Pascua la libre de toda servidumbre y la haga más generosa en el servicio. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que a nuestra diócesis no le falte nunca el número suficiente de sacerdotes que anuncien a Cristo resucitado. Roguemos al Señor.
3. Por todos los pueblos de la tierra; para que el triunfo de Jesús sobre la muerte apague los odios y restaure la paz.. Roguemos al Señor.
4. Por los enfermos y por todos los que sufren; para que hallen, en la caridad que brota de nuestra fe, la ayuda con que Dios les hace llegar su consuelo. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros y por todos los cristianos; para que el gozo de esta Pascua renueve nuestra fe y nos haga testigos entusiastas el Evangelio. . Roguemos al Señor.
Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, Dios de nuestros Padres de Israel, que has glorificado a tu siervo Jesús, escucha las súplicas de tus fieles y haz que la paz de Cristo resucitado renueve nuestra vida y nos llene de la alegría verdadera. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercambio de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne :
* Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
* El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
* Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
Viernes 17 de abril:
VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA
Misa y lecturas propias de la feria. Gloria. Aleluya.
Prefacio I de Pascua “en este día”. Canon romano con embolismos propios.
Bendición solemne de Pascua.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Aspersión con el agua: Hermanos, al comenzar la celebración de la Eucaristía, pidamos a Dios, nuestro Padre, que la aspersión de esta agua, bendecida en la Noche Santa (en el día santo) de Pascua, reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por el cual fuimos sumergidos en la muerte redentora del Señor Jesús, para resucitar con Él a una vida nueva.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Monición al Gloria: En este día de gozo y de gloria, recitemos el himno de alabanza, invocando a Jesucristo, nuestro mediador, sentado a la derecha del Padre.
Colecta: Dios todopoderoso y eterno, que por el Misterio pascual has restablecido tu alianza con los hombres, concédenos imitar en la vida lo que celebramos en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Hermanos, oremos a Dios, que por Jesús, Resurrección y Vida, nos ha enriquecido con su triunfo sobre la muerte y el pecado; y pidámosle que bendiga a nuestro mundo y que se manifieste a todos los hombres.
1. Para que la vida y las obras de la Iglesia expresen, de manera clara, que sólo en el nombre de Cristo se puede encontrar la salvación.
2. Para que aumente entre los jóvenes de hoy el interés por una vocación de servicio dentro del sacerdocio o de la vida consagrada. . Roguemos al Señor.
3. Para que la nueva vida que Cristo resucitado ha traído al mundo entero sea semilla de paz y fraternidad en todos los países de la tierra. Roguemos al Señor.
4. Para que todos los que sufren en el cuerpo o en el alma, invocando con esperanza el nombre de Cristo, sepan poner en manos de Dios su dolor o su angustia.
5. Para que todos nosotros, dóciles al Espíritu y atentos a la voz de Cristo, trabajemos, día a día en la Iglesia, para el bien de todos los hermanos.
Escucha, Señor, las súplicas de tus fieles y concédeles, con la alegría de la salvación, la abundancia de gracias que confían recibir de tu mano quienes tienen puesta toda su esperanza en el nombre de Jesucristo, tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Poscomunión: Guarda, Señor, con tu amor constante a los que has salvado, para que los redimidos por la pasión de tu Hijo se alegren con su resurrección. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Bendición solemne :
* Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
* El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
* Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz, aleluya, aleluya.
Sábado 18 de abril:
SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA
Misa y lecturas propias de la feria. Gloria. Aleluya.
Prefacio I de Pascua “en este día”. Canon romano con embolismos propios. Bendición solemne de Pascua.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Aspersión con el agua: Hermanos, al comenzar la celebración de la Eucaristía, pidamos a Dios, nuestro Padre, que la aspersión de esta agua, bendecida en la Noche Santa (en el día santo) de Pascua, reavive en nosotros la gracia del Bautismo, por el cual fuimos sumergidos en la muerte redentora del Señor Jesús, para resucitar con Él a una vida nueva.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Monición al Gloria: En este día de gozo y de gloria, recitemos el himno de alabanza, invocando a Jesucristo, nuestro mediador, sentado a la derecha del Padre.
Colecta: Oh, Dios, que no cesas de aumentar con la abundancia de tu gracia el número de los pueblos que creen en ti, mira con amor a tus elegidos, para que los renacidos en el bautismo se revistan de la inmortalidad gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos a Dios, que es fuente de toda gracia y en la resurrección de Jesucristo nos ha manifestado su gran bondad.
1. Para que la Iglesia extienda por todas partes el amor de Cristo y los hombres vivamos como hijos del mismo Padre. . Roguemos al Señor.
2. Para que nunca falten en nuestra diócesis sacerdotes que anuncien en nuestras comunidades y parroquias la Buena Noticia de la resurrección de Jesús que vive para siempre y nos salva. Roguemos al Señor.
3. Para que las autoridades de nuestro país y de todo el mundo favorezcan y promuevan los medios que conducen al verdadero bien de los hombres. . Roguemos al Señor.
4. Para que los enfermos encuentren a su vera quien alivie el dolor de su cuerpo y quien los ayude a tener fortaleza de alma.
5. Para que todos nosotros sepamos corresponder al don de la fe que hemos recibido de Dios con nuestra disponibilidad para obedecerlo en todo y servirlo con nuestra vida.
Dios y Señor nuestro, que en la resurrección de tu Hijo nos has manifestado la fuerza de tu poder, escucha nuestras súplicas y concédenos la firmeza de la fe para que seamos constantes en tu alabanza y en el anuncio de la Buena Nueva del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Poscomunión: Mira, Señor, con bondad a tu pueblo y, ya que has querido renovarlo con estos sacramentos de vida eterna, concédele llegar a la incorruptible resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne :
* Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
* El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
* Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz. Aleluya, aleluya.
Domingo 19 de abril:
DOMINGO II DE PASCUA
Color blanco. Misa y lecturas propias del II domingo de Pascua. Gloria. Aleluya. Credo. Prefacio I de Pascua “en este día”.
Canon romano con embolismos propios.
Bendición solemne de Pascua.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua bendita: Del mismo modo que hicieron los discípulos de Jesús, nos hemos reunido a los ocho días de haber celebrado con alegría y gozo la resurrección del Señor, aquí, en la iglesia, cenáculo donde Cristo se hace presente en medio de nosotros, reviviendo así la experiencia que vivieron aquellos primeros seguidores de Cristo resucitado.
Comencemos, pues, la celebración de la Eucaristía, recibiendo sobre nosotros la aspersión con el agua bendita en memoria de nuestro bautismo, y pidamos a Dios que nos renueve interiormente, para que permanezcamos fieles al Espíritu que hemos recibido.
(Aspersión con el agua bendita por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Dios de misericordia infinita, que reanimas, con el retorno anual de las fiestas de Pascua, la fe del pueblo a ti consagrado, acrecienta en nosotros los dones de tu gracia, para que todos comprendan mejor qué bautismo nos ha purificado, qué Espíritu nos ha hecho renacer y qué sangre nos ha redimido. Por nuestro Señor Jesucristo.
Credo: Transformados por la vida nueva de Jesucristo, renovemos hoy nuestra adhesión a Él, a cuya muerte y resurrección fuimos incorporados por el Bautismo.
Oración de los fieles: Convocados, hermanos, por la alegría de la Pascua, invoquemos juntos a Dios, nuestro Padre, que a resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos; para que su luz nos ilumine y así podamos vivir en la claridad de su presencia.
1. Para que Cristo resucitado ilumine la vida de la Iglesia, y todos los que la formamos demos siempre testimonio de la resurrección con valor. Roguemos al Señor.
2. Para que la alegría que nos da Cristo resucitado anime a muchos jóvenes a entregarle su vida por entero en el ministerio sacerdotal y en la vida religiosa. Roguemos al Señor.
3. Para que la Pascua de Cristo transforme a los que ejercen autoridad en el mundo, y los comprometa más en la construcción de una sociedad más justa y fraterna. Roguemos al Señor.
4. Para que los que buscan y aún no han llegado a la fe, tengan la dicha de poder creer sin ver. Roguemos al Señor.
5. Para que Jesús sea nuestro Dios y Señor, y nos ayude a tener un solo corazón y una sola alma en el amor. Roguemos al Señor.
Señor, Dios nuestro, que en tu gran misericordia nos has hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos; escucha nuestra oración y acrecienta en nosotros la fe pascual, para que, creyendo en tu Hijo, sin haberlo visto, consigamos, como meta de nuestra fe, la salvación de nuestras almas. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Concédenos, Dios todopoderoso, que el sacramento pascual recibido permanezca siempre en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne :
* Que os bendiga Dios Todopoderoso en la solemnidad pascual que hoy celebramos y, compasivo, os defienda de toda asechanza del pecado.
* El que os ha renovado para la vida eterna, en la resurrección de su Unigénito, os colme con el premio de la inmortalidad.
* Y quienes, terminados los días de la pasión del Señor, habéis participado en los gozos de la fiesta de Pascua, podáis llegar, por su gracia, con espíritu exultante a aquellas fiestas que se celebran con alegría eterna.
* Y la bendición de Dios todopoderoso…
Despedida: Hermanos, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado. Podéis ir en paz. Aleluya, aleluya.
Lunes 20 de abril:
Lunes de la II semana de Pascua
Color blanco. Misa y lecturas propias de feria. Aleluya.
Prefacio II de Pascua.
Plegaria Eucarística II. Oración sobre el pueblo nº 3.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Monición de entrada y aspersión: Nos hemos reunido para celebrar una vez más la Eucaristía con Jesús, que está vivo entre nosotros, pues, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; porque la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Preparémonos pues, hermanos, para celebrar esta Eucaristía, recordando y renovando, por medio de la aspersión del agua, el día en el que empezamos a formar parte de la comunidad cristiana: el día de nuestro bautismo.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Dios todopoderoso, haz que seamos transformados a imagen del Creador del cielo los que, renovados por los sacramentos pascuales, nos hemos librado de la huella del padre terreno. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles. Oremos, hermanos, confiadamente a Dios, nuestro Padre, quien, por la resurrección de su Hijo Jesucristo, comunica vida a todos los seres.
1. Para que la Iglesia anuncie con valentía el mensaje de salvación y dé testimonio en todo el mundo de la resurrección de Jesucristo, roguemos al Señor.
2. Para que nunca falte el número suficiente de sacerdotes en nuestra diócesis, que anuncien y vivan a Cristo resucitado. Roguemos al Señor.
3. Para que reine la concordia en nuestro pueblo, la prudencia, la justicia y la caridad en nuestros gobernantes y la paz duradera entre las naciones, roguemos al Señor.
4. Para que todos los que han muerto participen de la luz y de la paz, roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros proclamemos a los hombres en nombre de Jesús resucitado, roguemos al Señor.
Padre, escucha nuestra oración y deposita en nuestros corazones la paz y la alegría que nacen de la fe en Cristo Resucitado.. Por Jesucristo nuestro Señor
Poscomunión: Mira, Señor, con bondad a tu pueblo y, ya que has querido renovarlo con estos sacramentos de vida eterna, concédele llegar a la incorruptible resurrección de la carne que habrá de ser glorificada. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Señor, que tu pueblo reciba los frutos de tu generosa bendición para que, libre de todo pecado, logre alcanzar los bienes que desea. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Martes 21 de abril:
Martes de la II semana de Pascua
Color blanco. Misa y lecturas propias de feria. Aleluya.
Prefacio III de Pascua.
Plegaria Eucarística II. Oración sobre el pueblo nº 5.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua: Nuevamente nos hemos reunido, hermanos, para celebrar la Eucaristía en este tiempo de Pascua, en la que con alegría y regocijo damos gloria a Dios, porque el Señor ha establecido su reinado. Y si en la noche de la Pascua, renovamos nuestro Bautismo, nuestra unión con Jesús resucitado, comencemos la Eucaristía renovándola de nuevo por medio de la aspersión con el agua, pidiendo a Dios que nos llene con su gracia y con su amor.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Haznos capaces, Dios todopoderoso, de anunciar el poder de Cristo resucitado para que poseamos en plenitud los dones visibles que hemos recibió como prenda de los futuros. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos, hermanos, al Padre, que con su poder nos creó y con su bondad nos ha salvado de la muerte, por la resurrección de su Hijo Jesucristo.
1. Por la Iglesia, para que sea ante todos los hombres un testimonio de amor y de servicio, como lo fueron las primeras comunidades cristianas, roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones al ministerio sacerdotal y a la vida consagrada; para que Cristo resucitado suscite seguidores fieles y radicales a Él en todo el mundo. Roguemos al Señor.
3. Por todos los hombres, para que nuestros tiempos sean pacíficos y los gobernantes logren superar con éxito los problemas que más perturban al mundo, roguemos al Señor.
4. Por los más pobres y loso más débiles, por los enfermos, los moribundos, por los sometidos a prueba, por los no creyentes, roguemos al Señor.
5. Por nosotros, para que, a ejemplo de la primitiva comunidad, sintamos la urgencia de vivir como hermanos y favorezcamos una comunidad de fe, esperanza y amor, roguemos al Señor.
Escucha, Padre, la oración de tus hijos y haz que experimenten siempre en sus vidas el gozo y la paz de Jesucristo resucitado, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Poscomunión: Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercambio de nuestra redención nos sostenga durante la vida presente y nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Ilumina, Señor, a tu familia para que, cumpliendo tu santa voluntad, pueda practicar siempre el bien. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Miércoles 22 de abril:
MIÉRCOLES DE LA II SEMANA DE PASCUA.
Color blanco. Misa y lecturas propias de feria. Aleluya.
Prefacio I de Pascua.
Plegaria Eucarística II. Oración sobre el pueblo nº 9.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua: De nuevo nos hemos reunido para dar gracias al Señor en la celebración de la Eucaristía, para recibir de ella la fuerza para contar a nuestros hermanos la fama del Señor. Ahora, al comenzar la celebración de la Eucaristía, le pedimos por medio de la aspersión del agua bendita que renueve en nosotros su gracia salvadora.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Al celebrar un año más los misterios en los que la humanidad recibió la esperanza de la resurrección recuperando la dignidad original, invocamos, Señor, tu compasión, para que percibamos siempre en el amor lo que hemos celebrado con fe. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Confiando en la presencia entre nosotros de Jesucristo resucitado, elevemos al Padre nuestra oración.
1. Para que la Iglesia anuncie sin cesar a todos los pueblos el alegre mensaje de la esperanza futura, roguemos al Señor.
2. Para que nunca falten vocaciones sacerdotales al servicio de nuestra diócesis, que repartan a todos el Pan de la Palabra y de la Eucaristía, roguemos al Señor.
3. Para que se afiancen los lazos de acercamiento y cooperación entre las naciones, venciendo las enemistades y divisiones, roguemos al Señor.
4. Para que los pobres, afligidos, enfermos y moribundos vean fortalecida su esperanza en la victoria de Cristo resucitado, roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros seamos renovados por la resurrección de Jesucristo, roguemos al Señor.
Padre, por la resurrección de tu Hijo hemos pasado de las tinieblas a la luz; haz que caminemos como hombres nuevos, abandonando la antigua vida de pecado. Por nuestro Señor Jesucristo.
Poscomunión: Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentados con los sacramentos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Que tu pueblo, Señor, pueda alegrarse siempre de celebrar los misterios de su redención y de recibir continuamente sus frutos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Jueves 23 de abril:
JUEVES DE LA II SEMANA DE PASCUA
Color blanco. Misa y lecturas propias de feria. Aleluya.
Prefacio IV de Pascua. Plegaria Eucarística II.
Oración sobre el pueblo nº 10.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Monición de entrada y aspersión: Hoy es, como todos los días de este tiempo de Pascua, un día de alegría y de gozo renovado y profundo, porque seguimos celebrando que Jesús ha resucitado, y con Él, todos hemos renacido a la Vida. La Pascua también nos recuerda siempre el momento en el que, por el Bautismo, empezamos a formar parte de la comunidad de Cristo y recibimos su Espíritu. Por eso comenzamos la celebración de la Eucaristía con la aspersión del agua, recordando aquel momento trascendental en nuestras vidas.
(Aspersión desde el presbiterio o por las naves del templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado, y por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Oh, Dios, que estableciste el sacrificio pascual para la salvación del mundo, sé propicio a las súplicas de tu pueblo, para que Jesucristo, nuestro Sumo Sacerdote que intercede en favor nuestro, nos reconcilie por aquello que le asemeja a nosotros y nos absuelva en virtud de su igualdad contigo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Presentemos, hermanos, la oración a Dios, Padre de todos, siempre atento a nuestras necesidades.
Por la Iglesia, para que todas sus tensiones se resuelvan con espíritu fraterno y se consolide la unidad, fruto de la caridad sincera. . Roguemos al Señor.
Por las vocaciones sacerdotales y religiosas al servicio de nuestra diócesis. Roguemos al Señor.
Por los que ejercen autoridad en el mundo: para que siempre busquen la paz y el bien de todos. . Roguemos al Señor.
Por los pobres, para que sean ayudados en sus luchas, disfruten de los bienes de la vida y lleguen a ser verdaderos pobres de corazón. . Roguemos al Señor.
Por nosotros, para que vivamos llenos del Espíritu Santo que Jesús nos da. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, Padre de todos: por la Buena Nueva de Jesús resucitado hemos conocido que todos los hombres y mujeres de todas partes, sin ninguna diferencia, estamos llamados a compartir el mismo amor y la misma esperanza. Escucha nuestra oración, y haznos mensajeros de tu llamada universal de salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Dios todopoderoso y eterno, que en la resurrección de Jesucristo nos has renovado para la vida eterna, multiplica en nosotros los frutos del Misterio pascual e infunde en nuestros corazones la fortaleza del alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Concede, Señor Dios, a tus fieles encontrar seguridad y riqueza en la abundancia de tus misericordias y haz que, protegidos con tu bendición, se mantengan en continua acción de gracias y te bendigan rebosantes de alegría. Por Jesucristo, nuestro Señor.
En los territorios de la Antigua Corona de Aragón:
San Jorge, patrón principal de la Corona de Aragón. FIESTA
Color rojo. Colecta propia. Resto de un mártir en tiempo pascual. Gloria.
Lecturas del Común de mártires (Leccionario IV).
Prefacio I de los santos mártires. Plegaria Eucarística III.
(La Misa propia y sus lecturas están disponibles en las separatas
de las distintas diócesis aragonesas)
Monición de entrada: Celebramos hoy la fiesta de san Jorge, a quien los pueblos que forman la Corona de Aragón veneramos como patrono, cuya figura nos llega, desde la más remota antigüedad, envuelta en la leyenda. De él sabemos con seguridad que fue soldado y mártir en Palestina en el siglo III.
San Jorge es un modelo para los que, desde circunstancias muy diversas de la vida, quieren ser fieles a Dios, aún en medio de las dificultades. Si la leyenda nos lo presenta venciendo al dragón, hoy hay muchos “dragones” que quieren triunfar contra el bien, y contra los que los cristianos debemos luchar incansablemente.
Ahora, al comenzar la celebración de los sagrados misterios, reconozcamos nuestros pecados y pidamos humildemente perdón a Dios.
Yo confieso…
Gloria.
Colecta: Oh Dios, proclamando tu poder te rogamos humildemente que, así como san Jorge imitó la pasión del Señor, socorra con prontitud nuestra fragilidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
Credo: Animados por la fuerza del Espíritu Santo, y el testimonio valiente de san Jorge, nuestro patrón, confesemos ahora públicamente nuestra fe.
Oración de los fieles: Oremos, hermanos, confiadamente a Dios, nuestro Padre, quien, por la resurrección de su Hijo Jesucristo, el Enviado de los siglos, comunica vida a todos los seres, y ha hecho fuertes a los mártires en la hora del tormento.
1. Para que la Iglesia anuncie con valentía el mensaje de salvación y dé testimonio en todo el mundo de la resurrección de Jesucristo. . Roguemos al Señor.
2. Para que la valentía y generosidad con la que san Jorge se entregó a la causa de Cristo anime a responder a los jóvenes que son llamados por el Señor para anunciar el evangelio. Roguemos al Señor.
3. Para que reine la concordia en nuestro pueblo, la prudencia, la justicia y la caridad en nuestros gobernantes y la paz duradera entre las naciones. . Roguemos al Señor.
4. Para que san Jorge interceda por esta tierra nuestra, y por los que se acogen a su protección; para que, siendo como él imitadores de la pasión de Cristo, experimenten la fortaleza de Dios en la hora de la prueba y el gozo de la fidelidad al Evangelio. Roguemos al Señor.
5. Para que Dios, que ha querido que fuésemos mensajeros de la resurrección de Cristo, nos haga el don de vivir con el corazón puesto en las cosas del cielo.
Oh Dios, que fortaleces nuestra debilidad y que nos das cuanto necesitamos para permanecer unidos a Ti; escucha nuestras oraciones y haz que, a imitación de san Jorge, permanezcamos fieles a tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Poscomunión: Penetrados del gozo de esta fiesta, hemos recibido, Señor, los dones del cielo; concédenos, te rogamos, a quienes anunciamos con este banquete divino la muerte de Cristo, participar con tus mártires en la gloria de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Señor, que se alegre el pueblo cristiano porque glorificas a los miembros insignes de tu Hijo; y, pues devotamente celebra la fiesta de san Jorge, concédele participar de su suerte y gozar un día con él de tu gloria eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Viernes 24 de abril:
Viernes de la II semana de Pascua
Color blanco. Misa y lecturas propias de feria. Aleluya.
Prefacio V de Pascua.
Plegaria Eucarística II. Oración sobre el pueblo nº 11.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua: Siempre que celebramos la Eucaristía, recordamos que con su Sangre, el Señor Jesús ha comprado para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación; y que ha hecho de ellos una dinastía sacerdotal que sirva a Dios. Comencemos, por tanto, la celebración de la Eucaristía recordando, por medio de la aspersión con el agua bendita, ese bautismo que nos hizo hijos de Dios y miembros de esa dinastía sacerdotal.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Oh, Dios, esperanza y luz de las almas sinceras, te pedimos humildemente que concedas a nuestros corazones realizar una plegaria digna de ti y que siempre te glorifiquemos con la ofrenda de nuestras alabanzas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Hermanos, oremos con fe al Padre, que ha resucitado a Jesucristo de entre los muertos y nos ha resucitado a nosotros juntamente con Él.
– Por la Iglesia, para que, con su alegría, dé testimonio perseverante de la resurrección de Jesucristo. Roguemos al Señor.
– Por las vocaciones sacerdotales y religiosas; para que la fuerza de Cristo resucitado empuje a muchos jóvenes a seguirle entregándole su vida por entero. Roguemos al Señor.
– Por todos los hombres que se esfuerzan con el estudio o el trabajo en hacer progresar el mundo y acrecentar los bienes de la creación. . Roguemos al Señor.
– Por los que en medio de sus pruebas se sienten abatidos, para que descubran la fuerza de Cristo viviente y vean iluminado su camino. . Roguemos al Señor.
– Por todos nosotros, para que nuestra vida sea coherente con nuestra fe y nuestra esperanza. Roguemos al Señor.
Señor, encamina hacia Ti el corazón de tus hijos, para que cuantos han sido librados de las tinieblas de la infidelidad, no se aparten jamás de tu luz. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Guarda, Señor, con tu amor constante a los que has salvado, para que los redimidos por la pasión de tu Hijo se alegren con su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Te pedimos, Señor, que guardes a tu familia con bondad incesante, para que se encuentre libre de toda adversidad bajo tu protección y viva entregada a ti con sus buenas obras. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Sábado 25 de abril:
Sábado de la II semana de Pascua.
San Marcos, evangelista. FIESTA
Color Rojo. Misa y lecturas propias (Leccionario IV). Gloria.
Prefacio II de los Santos Apóstoles. Plegaria Eucarística III.
Monición de entrada: Hermanos, al celebrar la fiesta del evangelista san Marcos, quien nos ha dejado el relato de la vida y la muerte de Jesucristo plasmado en uno de los cuatro evangelios, reafirmemos nuestra fe en Jesús, la fe que nos ha llegado por el testimonio de los apóstoles y evangelistas. Y para mejor hacerlo, comencemos la celebración de la Eucaristía pidiendo perdón a Dios porque nuestra fe y nuestras obras no siempre van unidas vida y nuestro apostolado cristiano deja mucho que desear.
* Tú, que por medio de los apóstoles y evangelistas nos haces llegar tu Buena Noticia.
* Tú, que resucitado de entre los muertos eres vida para todos los que te siguen.
* Tú, que eres el Hijo de Dios hecho hombre.
Gloria.
Colecta: Oh, Dios, que enalteciste a tu evangelista san Marcos con la gracia de la predicación evangélica; concédenos aprovechar de tal modo sus enseñanzas que sigamos siempre con fidelidad las huellas de Cristo. Él, que vive y reina contigo.
Oración de los fieles: En la fiesta de san Marcos, evangelista, oremos a Dios Padre y pidámosle que el Evangelio de Jesucristo llegue a todos los hombres y sea motivo de esperanza y alegría para cuantos lo acojan.
1. Por la Iglesia; para que con espíritu misionero y en fidelidad a Jesucristo y a su Buena Noticia de salvación, anuncie su mensaje y haga nuevos discípulos en todo el mundo. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales; para que el Dios de misericordia, que escogió a san Marcos como evangelizador y evangelista, haga que numerosos jóvenes respondan a su llamada. Roguemos al Señor.
3. Por los que ejercen autoridad en el mundo; para que no rechacen el evangelio como norma de vida a seguir, y trabajar así con la mejor guía por la paz y la justicia en la sociedad. Roguemos al Señor.
4. Por los que en sus sufrimientos ven vacilar su fe, por los que están cansados, por los que viven en la indiferencia; para que en todos brille la luz de la verdad y experimenten el gozo de saberse amados por Dios. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros y por todos los cristianos; para que, con nuestras obras hechas con sinceridad de corazón, y con nuestro testimonio, anunciemos a los hombres que Jesucristo es nuestro Salvador. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que has querido que las palabras y las obras maravillosas de tu Hijo quedaran consignadas en las palabras del Evangelio y llegasen a ser para la Iglesia luz resplandeciente y vida fecunda, escucha nuestra oración y haz que las enseñanzas de san Marcos den fruto abundante en nosotros y se transformen en semilla de gracia y de gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Poscomunión: Te pedimos, Dios todopoderoso, que nos santifique el don recibido de tu santo altar y nos fortalezca en la fe del Evangelio que san Marcos predicó. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Vuelve, Señor, hacia ti el corazón de tu pueblo; y Tú que le concedes tan grandes intercesores no dejes de orientarle con tu continua protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Domingo 26 de abril:
DOMINGO III DE PASCUA
Color blanco. Misa y lecturas propias del III domingo de pascua. Gloria. Aleluya. Credo. Prefacio II de Pascua. Plegaria Eucarística III. Bendición solemne de Pascua.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesús de entre los muertos, rompiendo las ataduras del pecado y de la muerte, esté con vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua bendita: Un domingo más en este tiempo pascual, Jesús resucitado nos sale al encuentro en el camino y nos invita a celebrar la Eucaristía, haciéndose presente en nuestra vida.
Pidamos, pues, al Señor, que abra nuestro entendimiento para comprender las Escrituras y afiance nuestra fe en su presencia real en los signos sacramentales del pan y el vino eucarísticos.
Comencemos ahora la celebración de la Eucaristía con la aspersión del agua bendita, recordando así el bautismo que nos unió a Jesús muerto y resucitado, y nos hizo hijos e hijas de Dios.
(Aspersión con el agua bendita por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Gloria.
Colecta: Que tu pueblo, oh, Dios, exulte siempre al verse renovado y rejuvenecido en el espíritu, para que todo el que se alegra ahora de haber recobrado la gloria de la adopción filial, ansíe el día de la resurrección con la esperanza cierta de la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
Credo: Transformados por la vida nueva de Jesucristo, renovemos hoy nuestra adhesión a Él, a cuya muerte y resurrección fuimos incorporados por el Bautismo.
Oración de los fieles: Oremos ahora confiadamente a Dios nuestro Padre, que resucito de entre los muertos a su Hijo Jesucristo, y que por medio de Él nos ha rescatado del pecado y de la muerte.
1. Por la Iglesia; para que, caminando al paso de la humanidad, sepa llevar a todos la esperanza gozosa de la resurrección en Cristo. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales al servicio de nuestra diócesis; para que sean muchos los que sigan la llamada de Jesús a seguirle en el ministerio sacerdotal y le responda con fidelidad al don que Dios les concede. Roguemos al Señor.
3. Por aquellos que ejercen autoridad en el mundo; para que sus ojos se abran ante la grandeza del misterio de Dios, y actúen siempre guiados por la luz del Espíritu Santo. Roguemos al Señor.
4. Por los que viven sin fe, los que caminan sin esperanza, decepcionados, como los dos de Emaús; para que el Señor Jesús camine junto a ellos, abra sus ojos y encienda sus corazones. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, aquí reunidos; para que seamos capaces de reconocerle a Él en el prójimo, que camina a nuestro lado, en la Sagrada Escritura, y al partir el Pan, en la comida eucarística. Roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en este día, memorial de la Pascua, has reunido a tu Iglesia que peregrina por el mundo, escucha nuestra oración y abre nuestros corazones para que entendamos las Escrituras y reconozcamos a tu Hijo al partir el pan. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
Poscomunión: Mira, Señor, con bondad a tu pueblo y, ya que has querido renovarlo con estos sacramentos de vida eterna, concédele llegar a la incorruptible resurrección de la carne que habrá de ser glorificada. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición solemne:
* Dios, que por la resurrección de su Unigénito os ha redimido y adoptado como hijos, os llene de alegría con sus bendiciones.
* Y ya que por la redención de Cristo recibisteis el don de la libertad verdadera, por su bondad recibáis también la herencia eterna.
* Y, pues, confesando la fe habéis resucitado con Cristo en el bautismo, por vuestras buenas obras merezcáis ser admitidos en la patria del cielo.
* Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Lunes 27 de abril:
Lunes de la III semana de Pascua
Color blanco. Misa y lecturas propias de feria. Aleluya.
Prefacio III de Pascua. Plegaria Eucarística II.
Oración sobre el pueblo nº 14.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua: Un día más, Jesús nos ha convocado de nuevo en torno a su mesa. Esto es la Pascua; que Él, Jesús, el crucificado, vive y nos acompaña, se hace presente en medio de nosotros y nos da su Espíritu. Comencemos, pues, la celebración de la Eucaristía, renovando por medio de la aspersión con el agua nuestra fe en el Señor Jesús; nuestra fe bautismal.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Te pedimos, Dios todopoderoso, que, despojándonos del hombre viejo con sus inclinaciones, vivamos en la obediencia de aquel a quien nos has incorporado por los sacramentos pascuales. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Oremos, hermanos, al Padre, que con su poder nos creó y con su bondad nos ha salvado de la muerte, por la resurrección de su Hijo Jesucristo.
1. Por la Iglesia, para que la mantenga siempre fiel y libre de todo error. Roguemos al Señor.
2. Por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que siempre haya en nuestra diócesis quien anuncie con su vida la resurrección de Cristo. roguemos al Señor.
3. Por los que gobiernan las naciones, para que se afanen por establecer los fundamentos de una paz estable. Roguemos al Señor.
4. Por los incrédulos, por los que sufren en su cuerpo o en su espíritu, por los que temen la soledad o la muerte, para que hallen fuerza en Cristo resucitado. Roguemos al Señor.
5. Por todos nosotros, para que a ejemplo de la primitiva comunidad de cristianos, sintamos la urgencia de vivir como hermanos y tendamos hacia una comunidad viva de fe, esperanza y caridad. Roguemos al Señor.
Padre, sabemos que siempre nos escuchas, porque rogamos en nombre de tu Hijo Jesucristo, que murió y resucitó por nosotros; concédenos lo que con fe te hemos pedido. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Dios todopoderoso y eterno, que en la resurrección de Jesucristo nos has renovado para la vida eterna, multiplica en nosotros los frutos del Misterio pascual e infunde en nuestros corazones la fortaleza del alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Señor, los corazones sumisos de tus fieles imploran tu ayuda, y ya que sin ti no pueden llevar a cabo nada de lo que es justo, que por el don de tu misericordia conozcan lo que es recto y valoren cuanto les será provechoso. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Martes 28 de abril:
Martes de la III semana de Pascua
Color blanco. Misa y lecturas de feria. Aleluya.
Prefacio IV de Pascua. Plegaria Eucarística II.
Oración sobre el pueblo nº 15.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua: El tiempo de Pascua en el que nos encontramos, nos invita en cada Eucaristía a alabar a nuestro Dios, a que lo alabemos todos sus siervos, y los que le temen, pequeños y grandes, porque ya llega la victoria, el poder y el reinado de su Mesías. Comencemos por tanto esta celebración recordando, por medio de la aspersión con el agua bendita, nuestro Bautismo; el primer paso que dimos para acercarnos a Jesucristo y en el camino de la fe.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Oh, Dios, que abres las puertas de tu reino a los que han renacido del agua y del Espíritu, acrecienta en tus siervos la gracia que les has dado, para que, limpios de sus pecados, no se vean, por tu bondad, privados de tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Al Rey de la gloria, que, muriendo, destruyó nuestra muerte, y, resucitando, restauró la vida, pidámosle, hermanos, que escuche la oración de su Iglesia.
1. Para que el Salvador del mundo libre de todo mal a la Iglesia, redimida con su cruz y su resurrección. Roguemos al Señor.
2. Para que el Rey de cielos y tierra suscite abundantes vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa, que vivan únicamente para anunciar el Reino de Dios. Roguemos al Señor.
3. Para que la paz de Cristo se extienda a todas las naciones y todos los hombres participen de ella. Roguemos al Señor.
4. Para que el Señor Jesucristo se acuerde en su reino de lo pobres y de los afligidos, de los enfermos y de los moribundos, y de los que sufren por cualquier causa. Roguemos al Señor.
5. Para que el Salvador del mundo nos libre de todo mal, pues nos redimió con su pasión y resurrección. Roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, que nos alegras con la solemnidad de tu resurrección, escucha las oraciones de tu pueblo y concede a cuantos te imploran alcanzar lo que santamente desean. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Poscomunión: Mira, Señor, con bondad a tu pueblo y, ya que has querido renovarlo con estos sacramentos de vida eterna, concédele llegar a la incorruptible resurrección de la carne que habrá de ser glorificada. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Te pedimos, Señor, que vengas en ayuda del pueblo fiel, y en tu bondad sostengas la humana fragilidad, para que, entregada a ti con sincero corazón, goce de los auxilios de la vida presente y de la futura. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Miércoles 29 de abril:
Miércoles de la III semana de Pascua
Santa Catalina de Siena, virgen y doctora, patrona de Europa. FIESTA
Color blanco. Misa propia y lecturas propias (Leccionario IV).
Aleluya. Prefacio de las Santas Vírgenes y religiosos.
Plegaria Eucarística III.
Monición de entrada: Celebramos hoy la fiesta de santa Catalina de Siena, religiosa dominica italiana de finales del siglo XIV; mujer sencilla y humilde, pero al mismo tiempo, valiente e intrépida, llena de amor y de profunda vida mística, declarada Doctora de la Iglesia por el Papa Pablo VI y patrona de Europa por Juan Pablo II.
Su espiritualidad y sus escritos hacen de ella una auténtica maestra de oración, enamorada de Cristo. Y este mismo amor la llevó a vivir muy comprometida y activa en la vida social y eclesial, luchando incansablemente por el retorno del Papa a Roma desde Aviñón, por conseguir la paz entre las ciudades de Italia, y por la reforma de las costumbres en la Iglesia, especialmente entre la jerarquía.
Nosotros también estamos llamados, como Santa Catalina de Siena, a la santidad de vida; sin embargo, fallamos a menudo en nuestro camino hacia ella. Por eso, iniciamos la celebración de los sagrados misterios de la Eucaristía pidiendo perdón a Dios por nuestros pecados.
Yo confieso…
Gloria.
Colecta: Oh Dios, que inflamaste de amor divino a santa Catalina de Siena en la contemplación de la pasión del Señor y en el servicio a tu Iglesia, concede a tu pueblo, por su intercesión, que, unido al misterio de Cristo, se alegre siempre por la manifestación de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Con los ojos fijos en Jesús resucitado, y con la intercesión de santa Catalina de Siena, oremos, hermanos, confiadamente a Dios nuestro Padre, que ha manifestado su amor al mundo dándonos a su propio Hijo.
1. Para que la Iglesia, enriquecida con la vida y doctrina de Santa Catalina de Siena, que la amó con apasionada entrega, permanezca unida en la verdad y la fidelidad a Jesucristo. Roguemos al Señor.
2. Para que Dios suscite en su Iglesia vocaciones sacerdotales y religiosas que prolonguen en nuestra historia la obra redentora de su Hijo. Roguemos al Señor.
3. Para que los gobernantes y todos los políticos de Europa ejerzan su función con honradez y con espíritu de servicio. Roguemos al Señor.
4. Para que la fraternidad cristiana se haga palpable entre los pobres, marginados y excluidos de nuestra sociedad. Roguemos al Señor.
5. Para que todos nosotros mantengamos el amor que Dios ha derramado en nuestros corazones, y así descubramos su presencia a los hombres. Roguemos al Señor.
Señor, que enriqueciste a tu Iglesia con la santidad y sabiduría de santa Catalina de Siena; escucha las oraciones que en su fiesta te presentamos, y danos a beber con largueza del agua de la sabiduría que salta hasta la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Poscomunión: Señor, la mesa del cielo en la que hemos sido alimentados, y que sustentó a santa Catalina de Siena en su vida temporal, nos obtenga la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Vuelve, Señor, hacia ti el corazón de tu pueblo; y Tú que le concedes tan grandes intercesores no dejes de orientarle con tu continua protección. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jueves 30 de abril:
Jueves de la III semana de Pascua
Color blanco. Misa y lecturas propias de feria. Aleluya.
Prefacio I de Pascua. Plegaria Eucarística II.
Oración sobre el pueblo nº 17.
El Dios de la vida, que ha resucitado a su Hijo Jesucristo, rompiendo las ataduras de la muerte, esté con todos vosotros.
Monición de entrada y aspersión con el agua: En la Eucaristía que diariamente celebramos en el tiempo de Pascua, recordamos, entre otras cosas, que por medio del Bautismo fuimos injertados en la vida de Jesús; y empezamos a formar parte de su familia. Por eso iniciamos la celebración de la Eucaristía con la aspersión del agua bendita, que nos evoca y recuerda aquel momento decisivo y crucial en nuestras vidas.
(Aspersión con el agua bendita, bien desde el presbiterio, o por el templo)
Que Dios todopoderoso nos purifique del pecado y, por la celebración de esta Eucaristía, nos haga dignos de participar del banquete de su Reino.
Colecta: Dios todopoderoso y eterno, concédenos experimentar más de cerca tu amor, que, por tu bondad, hemos conocido con mayor profundidad en estos días de Pascua, y afianza en el testimonio de la verdad a quienes has librado de las tinieblas del error. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración de los fieles: Invoquemos, hermanos, con todo el ardor de nuestro espíritu, a Dios nuestro Padre, por medio de nuestro Señor Jesucristo, triunfador glorioso del pecado y de la muerte.
1. Para que llene con sus dones a la santa Iglesia, purificada con la sangre de Cristo y glorificada con su exaltación. Roguemos al Señor.
2. Para que conceda a nuestra diócesis abundantes y santas vocaciones al ministerio sacerdotal para anunciar en ella el evangelio. Roguemos al Señor.
3. Para que conceda al mundo la paz; a todos los pueblos, creciente desarrollo; a los marginados, la justicia, y a los esposos, la fidelidad. Roguemos al Señor.
4. Para que cure las enfermedades, desaparezca el hambres y aleje todos los males. Roguemos al Señor.
5. Para que Cristo salve y bendiga a esta parroquia (comunidad), que ha sido redimida con el misterio de su cruz y resurrección. Roguemos al Señor.
Oh Dios, que por el árbol de la cruz restableciste la antigua dignidad del hombre, concédenos el auxilio de los bienes que te pedimos para que conservemos siempre la alegría pascual los que hemos renacido del Espíritu Santo. Por Jesucristo nuestro Señor.
Poscomunión: Asiste, Señor, a tu pueblo y haz que pasemos del antiguo pecado a la vida nueva los que hemos sido alimentados con los sacramentos del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo: Multiplica, Señor, sobre tus fieles la gracia del cielo, y así quienes te alaban con los labios te alaben también con el corazón y con la vida, y ya que cuanto somos es don tuyo, sea también tuyo todo cuanto vivamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.