201 – DOMINGO XIV DEL TIEMPO ORDINARIO
“Domingo de la predicación de Jesús en Nazaret”.
A los habitantes de Nazaret les supera la persona de Jesús, sus obras y sus enseñanzas. Esto provoca un escándalo entre ellos y la objeción: “¿No es este el carpintero?
Es de notar que en el Evangelio de Marcos, Jesús no es conocido como el “hijo del carpintero”, sino él mismo, “carpintero”.
Lo mismo que experimentó el profeta Ezequiel y como él todos los profetas, como vemos en la primera lectura.
Sin la fe nada puede hacer Jesús para sus coetáneos.
Los misioneros cristianos deberán experimentar esta situación.
El éxito no es lo decisivo: “Te hagan caso o no te hagan caso, reconocerán sabrán que hubo un profeta en medio de ellos» (primera lectura).
En este sentido la segunda lectura completa todo el contenido del Evangelio.
De hecho la única confianza está en la Misericordia de Dios, como canta el Salmo.
La asamblea cristiana canta gozosa en la II antífona de comunión: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré, dice el Señor”. La comunión eucarística realiza esta presencia del Señor entre nosotros.