SANTOS CORNELIO, Papa, y CIPRIANO, obispo, mártires – 16 de septiembre
La Liturgia romana celebra en una misma memoria a los santos Cornelio y Cipriano, aunque no fueron martirizados ni en el mismo día ni en el mismo lugar.
La razón es sin duda la sintonía espiritual que hubo entre ambos en vida y que se manifestó en su correspondencia y en el afecto que se demostraron.
Eran obispos, el uno de la primera Sede de occidente, Roma, y el otro de la principal Sede del África latina, Cartago.
Ambos lucharon contra la desviación montanista de Novaciano y defendie- ron de manera ejemplar la unidad de la Iglesia.
San Cornelio, en la polémica sobre los cristianos caídos, “lapsi” por miedo, que habían abjurado del cristianismo, se manifiesta lleno de misericordia y se inclina por reintegrarlos en la vida eclesial.
La Iglesia de Roma siempre ha dado testimonio de misericordia.
Cipriano escribió a Cornelio: “En caso de que Dios le haga a uno de nosotros la gracia de morir pronto, que nuestra amistad continúe junto al Señor“.
De esta amistad, que prosigue en el cielo, se hace eco la Liturgia romana al celebrarlos juntos en una sola memoria.
San Cipriano murió mártir, tal día como hoy del año 258.
San Cornelio, Papa, parece ser que pereció a causa de las muchas penalidades sufridas en el exilio, pero la Iglesia de Roma le ha considerado siempre mártir de Cristo.
Con este título aparece en la “lauda” sepulcral de las catacumbas de san Calixto en la Vía Apia.
(Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2020, Liturgia fovenda, p.359)