2021 – 24 de diciembre : 24 de desembre
Las celebraciones del atardecer de hoy, 24, (Misa de lavigilia, Vísperas y Completas) pertenecen ya a la solemnidad de Navidad Nos tomará para elevarnos hasta Él “¿Acaso sobre el rostro de la tierra no había la noche más profunda y las tinieblas más espesas cuando nuestros padres honraban a diose falsos? ¿Y no había sobre nosotros otra sombría noche cuando vivíamos sin Dios en este mundo, siguiendo nuestras pasiones y los atractivos de este mundo, haciendo cosas de las cuales hoy nos enrojecemos por ser también obra de las tinieblas? Pero ahora os habéis liberado de vuestro sueño, os habéis santificado, pasando a ser hijos de la luz, hijos del día y no de las tinieblas ni de la noche (1 Tes 5,5) … “Mañana veréis en vosotros la majestad de Dios”. Hoy, el Hijo se ha hecho justicia venida de Dios; mañana, se manifestará como vida nuestra, para que aparezcamos con Él en la gloria. Hoy, por nosotros, ha nacido un niño, para privar que nos elevemos en una gloria vana y, convirtiéndonos, lleguemos a ser como niños. Mañana se va a mostrar en toda su grandeza para incitar nuestra alabanza y para que también nosotros podamos ser glorificados y alabados cuando Dios otorgará a cada uno su gloria… “Seremos semejantes a él porque le veremos tal cual es” (1 Jn 3,2). Hoy, en efecto, no le vemos en sí mismo sino como en un espejo (1 Cor 13,12); ahora recibe lo que se eleva de nosotros. Pero mañana le veremos en nosotros, cuando nos dará lo que depende de Él, cuando se mostrará tal cual es en sí mismo y nos tomará para elevarnos hasta Él“. San Bernardo, Sermón 5 sobre la Navidad TIEMPO DE NAVIDAD La fiesta de Navidad y su Octava, la Epifanía y el Bautismo del Señor, también la fiesta de la divina maternidad de María, 1 de enero, y el Domingo de la Sagrada Familia, se bañan en la luz de la Natividad y en el misterio de la Encarnación. A su manera, todas estas celebraciones son una especie de “epifanía” progresiva del Señor. Muestran cómo el Hijo de Dios “se manifestó” entre nosotros, cómo “se apareció” a sus semejantes y reveló la bondad de Dios a través de sus palabras y gestos de salvación. La venida de los Magos muestra que los gentiles son amados por Dios y están llamados a compartir la misma herencia. El Bautismo en el Jordán hace que se escuche la voz del Padre, revelando el origen y la identidad del Salvador: “Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco”. La Liturgia domina la atmósfera de la celebración y, de este modo, eleva en gran manera la fiesta de Navidad en su significación para la redención del hombre por encima de su problemática tendencia romántica y de su orientación consumista que falsifica su esencia e irrita a los pobres. Cada Navidad es un acontecimiento de gracia. Se recuerda el acontecimiento del nacimiento, pero se celebra lo que resultó como consecuencia de él. Es decir, se celebra en su actual estado de Señor glorificado al que entonces nació. Por eso no es extraño que los textos litúrgicos, como ejemplo la Misa del dia, aborden solo escasamente el acontecimiento externo de Belén, centrando la celebración en el hecho de que el “Logos” eterno del Padre haya asumido nuestra carne. Participando en la Liturgia de la Iglesia, la Navidad deviene un “acontecimiento de gracia” para nosotros. Por Navidad se realiza la “eudokia“, “cariño, buena voluntad“, Lc 2,14) que cantamos en el himno doxológico mayor, “Gloria” que, por su contenido pascual y ecuménico, se reviste de una gran solemnidad. La celebración del día de Navidad empieza con las I Vísperas del día de Navidad y termina en las II Vísperas de la Octava de Navidad. Después de las I Vísperas se puede celebrar la Misa de la Vigilia. Durante el 25 de diciembre se celebran las tres Misas de Navidad, la Misa de medianoche, con la recomendada vigilia prolongada, la Misa de la aurora y la Misa del día. Las lecturas de cada celebración son propias, como también la eucología. La riqueza y la belleza de la Liturgia son realmente extraordinarias. Las lecturas bíblicas llevan en sí el “pondus” de la historia litúrgica. Durante siglos la Iglesia ha confeccionado el leccionario del ciclo de la Navidad. Los Padres de la Iglesia han predicado los mismos Evangelios que escuchamos. El “punctum saliens” de la Liturgia de la Palabra es el Prólogo de san Juan de la Misa del día, jamás debería ser remplazado. La eucología manifiesta la simbiosis entre la “lex orandi y la lex credendi“. Contiene todo el misterio de la Encarnación y de la divinización del hombre: “Dios se ha hecho hombre para que nosotros participáramos de la vida de Dios, el admirable intercambio“. El tema inspira los Prefacios y la eucología menor, que llevan la impronta de san León Magno, el teólogo de la Navidad en su predicación. En los monasterios y catedrales tiene larga historia la liturgia nocturna de Navidad. El Oficio puede celebrarse como vigilia prolongada. En muchas iglesias, incluso parroquiales, se va introduciendo el rezo del Oficio de lectura unido a la Eucaristía de la noche. Cuídense los detalles litúrgicos: la elección de los cantos, el uso del incienso, la entonación del Gloria, las campanas, la proclamación solemnísima del Evangelio, el arrodillarse en el Credo, el canto del Prefacio, los embolismos propios de la “Prex eucharistica” y la comunión de los fieles. El centro de la asamblea es el altar del Señor, no el belén, que debe ocupar un lugar secundario, téngase esto presente en la ornamentación floral del templo. Las costumbres de la piedad popular deben respetarse armoni- zándose siempre con la Liturgia. La predicación debe llegar al corazón: una predicación ungida, mistagógica, nada ideológica y mucho menos sentimental. Debe anunciarse el misterio del Dios-con-nosotros, “Emmanuel” en una sociedad que ha sufrido este año los efectos de una temible pandemia. Dios en Cristo consuela a su pueblo. De la mistagogia de los Padres “Salten de júbilo los hombres, salten de júbilo las mujeres; Cristo nació varón y nació de mujer, y ambos sexos son honrados en Él. Retozad de placer, niños santos, que elegisteis principalmente a Cristo para imitarle en el camino de la pureza; brincad de alegría, vírgenes santas; la Virgen ha dado a luz para vosotras para desposaros con Él sin corrupción. Dad muestras de júbilo, justos, porque es el natalicio del Justificador. Haced fiestas vosotros los débiles y enfermos, porque es el nacimiento del Salvador. Alegraos, cautivos; ha nacido vuestro redentor. Alborozaos, siervos, porque ha nacido el Señor. Alegraos, libres, porque es el nacimiento del Libertador. Alégrense los cristianos, porque ha nacido Cristo. San Agustín, Sermón sobre la Navidad 184,2 (PL 38,996) (Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2022, p.62ss) |
Les celebracions del capvespre d’avui (Missa de la vigília, Vespres i Completes) pertanyen ja a la solemnitat de Nadal Ens prendrà per elevar-nos fins a Ell “Es que potser sobre el rostre de la terra no hi havia la nit més profunda i les tenebres més espesses quan els nostres pares honraven déus falsos? ¿I no hi havia sobre nosaltres una altra ombrívola nit quan vivíem sense Déu en aquest món, seguint les nostres passions i els atractius d’aquest món, fent coses de les quals avui envermellim de vergonya per ser també obra de les tenebres? Però ara us heu alliberat del vostre somni, us heu santificat, passant a ser fills de la llum, fills del dia i no pas de les tenebres ni de la nit (1Te 5,5)… “Demà veureu en vosaltres la majestat de Déu”. Avui, el Fill s’ha fet justícia vinguda de Déu; demà, es manifestarà com a vida nostra, perquè apareguem amb Ell en la glòria. Avui, per nosaltres, ha nascut un nen, per privar que ens elevem en una glòria vana i, convertint-nos, arribem a ser com nens. Demà es mostrarà en tota la seva grandesa per incitar la nostra lloança i perquè també nosaltres puguem ser glorificats i lloats quan Déu atorgarà a cadascun la seva glòria… “Serem semblants a ell, perquè el veurem tal com és” (1Jo 3,2). Avui, en efecte, no el veiem en si mateix sinó com en un mirall (1C 13,12); ara rep allò que s’eleva de nosaltres. Però demà el veurem en nosaltres, quan ens donarà el que depèn d’Ell, quan es mostrarà tal com és en si mateix i ens prendrà per elevar-nos fins a ell“. Sant Bernat, Sermó 5 sobre el Nadal TEMPS DE NADAL La festa de Nadal i la seva Octava, l’Epifania i el Baptisme del Senyor, també la festa de la divina maternitat de Maria, 1 de gener, i el Diumenge de la Sagrada Família, s’amaren a la llum de la Nativitat del Senyor i en el misteri de la seva Encarnació. Totes aquestes celebracions són una mena d’”epifania” progressiva del Senyor. Mostren com el Fill de Déu “es va manifestar” entre nosaltres, com “es va aparèixer” als seus semblants i va revelar la bondat de Déu a través de les seves paraules i gestos de salvació. La vinguda dels Mags mostra que els pagans són estimats per Déu i estan cridats a compartir la mateixa herència. El Baptisme al Jordà fa que s’escolti la veu del Pare, revelant l’origen i la identitat del Salvador: “Ets el meu Fill, el meu estimat, en tu m’he complagut“. La Litúrgia domina l’atmosfera de la celebració i, d’aquesta manera, s’eleva de gran manera la festa de Nadal en la seva significació per a la redempció de l’home, per sobre de la seva problemàtica tendència romàntica i de la seva orientació consumista que falsifica la seva essència i irrita els pobres. Cada Nadal és un esdeveniment de gràcia. Es recorda l’esdeveniment del naixement, però se celebra el que va resultar com a conseqüència d’aquest. És a dir, se celebra en el seu actual estat de Senyor glorificat Aquell que llavors va néixer. Per això no és estrany que els textos litúrgics, com ara la “Missa in die“, abordin només escassament l’esdeveniment extern de Betlem, centrant la celebració en el fet que el Logos etern del Pare hagi assumit la nostra carn. Participant en la Litúrgia de l’Església, el Nadal esdevé un “esdeveniment de gràcia” per a nosaltres. Per Nadal es realitza l’”eudokía” o “bona voluntat” (Lc 2,14) que cantem en l’himne doxològic major, el “Glòria“, que pel seu contingut pasqual i ecumènic, es revesteix d’una gran solemnitat. La celebració del dia de Nadal comença amb les I Vespres del dia Nadal i acaba en les II Vespres de l’Octava de Nadal. Després de les I Vespres es pot celebrar la “Missa de la vigília“. El 25 de desembre es celebren les tres Misses de Nadal: la “Missa de la nit“, amb la recomanada vigília perllongada, la “Missa de l’alba” i la “Missa del dia“. Les lectures de cada celebració són pròpies, com també l’eucologia. La riquesa i la bellesa de la Llitúrgia són realment extraordinàries. Les lectures bíbliques porten en si el “pondus” de la història litúrgica. Durant segles, l’Església ha confeccionat el leccionari del cicle del Nadal. Els Pares de l’Església han predicat els mateixos Evangelis que escoltem. El “punctum saliens” de la Litúrgia de la Paraula és el Pròleg de sant Joan de la “Missa del dia“, mai hauria de ser substituït. L’”eucologia” manifesta la simbiosi entre la “lex orandi” i la “lex credendi“. Conté tot el misteri de l’Encarnació i de la divinització de l’home: “Déu s’ha fet home perquè nosaltres participéssim de la vida de Déu, l’admirable intercanvi“. El tema inspira els Prefacis i l’eucologia menor, que porten l’empremta de sant Lleó el Gran, el teòleg del Nadal en la seva predicació. En els monestirs i catedrals té llarga tradició la Litúrgia nocturna de Nadal. L’Ofici pot celebrar-se com a vigília perllongada (cf. OGLH 215). En moltes esglésies, fins i tot parroquials, es va introduint el rés de l’Ofici de lectura unit a l’Eucaristia de la nit. Convé tenir cura dels detalls litúrgics: l’elecció dels cants, l’ús de l’encens, l’entonació del “Glòria“, les campanes, la proclamació solemníssima de l’Evangeli, el fet d’agenollar-se durant el “Credo“, el cant del “Prefaci“, els embolismes propis de la “Prex eucharistica” i la comunió dels fidels. El centre de l’assemblea és l’altar del Senyor, no el pessebre, que ha d’ocupar un lloc secundari, cal tenir això present en l’ornamentació floral del temple. Els costums de la pietat popular s’han de respectar harmonitzant sempre amb la Litúrgia. La predicació ha d’arribar al cor: una predicació ungida, mistagògica, res ideològica i molt menys sentimental. Ha d’anunciar-se el misteri del Déu-amb-nosaltres, “Emmanuel“, en una societat que ha patit aquests anys els efectes d’una temible pandèmia. Déu, en Crist, consola el seu poble. De la mistagògia dels Pares “Saltin de goig els homes, saltin de goig les dones; Crist va néixer home i va néixer de dona, i tots dos sexes són honrats en Ell. Saltironeu de gaudi, nens sants, que elegíreu principalment a Crist per imitar-lo en el camí de la puresa; danseu d’alegria, verges santes; la Mare de Déu ha donat a llum per vosaltres, per esposar-vos amb Ell sense corrupció. Doneu mostres de goig, justos, perquè és el natalici del Justificador. Feu festa vosaltres, els febles i malalts, perquè és el naixement del Salvador. Alegreu-vos, captius; ha nascut el vostre redemptor. Exulteu, servents, perquè ha nascut el Senyor. Alegreu-vos, lliures, perquè és el naixement del Llibertador. Alegreu- vos tots els cristians, perquè ha nascut Crist“. Sant Agustí, Sermó sobre el Nadal 184,2 (PL 38,996) (Calendari-Directori de l´Any Litúrgic 2022, p.60s)
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