II SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO – del 16 al 21/01/2023 – II SETMANA DE DURANT L’ANY
LUNES Misa: Heb 5, 1-10; Sal 109, 1bcde.2. 3.4; Mc 2, 18-22 En el Evangelio, los fariseos recriminan a Jesús que ni Él ni sus discípulos ayunan. El replica que están de fiesta porque el Novio está presente: es la hora de las “bodas del Cordero” (Ap 19, 1-2. 5-7). El ayuno cristiano no será ascético, sino que estará vinculado a la ausencia y presencia del Señor: los cristianos vivimos siempre entre la dinámica de Cuaresma y de Pascua. Con una imagen sugerente el Señor explica que no hay que mezclar lo nuevo con lo viejo. Si lo hacemos, podemos estropear no únicamente lo viejo, sino también lo nuevo: “A vino nuevo, odres Nuevos“. MARTES SAN ANTONIO, abad Egipcio de origen y huérfano de padres, a los dieciocho años, siguiendo el consejo evangélico, lo dio todo a los pobres y se fue al desierto. Pronto tuvo numerosos discípulos atraídos por su santidad. Son célebres sus luchas con- tra las múltiples tentaciones del maligno. Organizó la vida monástica con una “Regla inspirada por Dios en la oración“. Murió a los 105 años, en el año 356. Es costumbre hoy bendecir a los animales, tal y como él hacía, según la tradición. San Atanasio escribió la vida de este gran Padre del desierto. Misa: Heb 6, 10-20; Sal 110, 1b-2. 4-5. 9 y 10c; Mc 2, 23-28 En primavera y en medio de los sembrados, Jesús anuncia la libertad de los hijos e hijas de Dios. En esta ocasión, le recriminan que hace lo que no está permitido hacer. Él mismo se equipara a David y proclama que es “señor del sábado, sabbath“, la institución más sagrada de Israel. Es una afirmación importante desde el punto de vista cristológico y nos aclara un gran principio: la fe jamás es alienadora, ya que es el sábado el que está hecho para el hombre y no al revés. De ahí se pueden sacar muchas conclusiones a la hora de vivir y presentar la fe cristiana. Caminando con Jesús por los sembrados de la Iglesia, no vale la ideología ni la ley “de lo que se puede y no se puede hacer“, la ley de un moralismo cerrado y sin corazón. No es maduro actuar para que la ley quede intacta ni tampoco para cumplir la ley en sí misma. Lo que importa por encima de todo es la persona humana. En este sentido, y desde una correcta comprensión, el cristianismo es un humanismo. MIÉRCOLES Misa: Heb 7, 1-3. 15-17; Sal 109, 1bcde.2.3.4; Mc 3, 1-6 En el Evangelio continúa la polémica sobre el sábado. Jesús manda al hombre con parálisis en un brazo que se ponga en medio de la asamblea y pregunta, casi desafiando: “¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?“ Sus enemigos se quedaron sin palabras, “callados“. Ante la disyuntiva, la respuesta es incuestionable: primero, antes que todo y sin dudar, hay que salvar la vida de la persona. La fe en el Dios vivo jamás se opone al bien del individuo. Ante su mutismo cobarde, el del pecado de omisión, Jesús se muestra airado y dolido: están obcecados por acusarle al precio que sea. Entonces ordena al hombre de la mano paralizada: “extiende el brazo“. Los brazos y las manos no fueron creados para estar cerrados ni para golpear, sino para abrazar y dar. En su cerrazón, los legalistas no se lo perdonan: la sombra de la Pasión empieza a cernirse sobre el Señor. JUEVES SANTA INÉS, virgen y mártir Misa: Heb 7, 25—8, 6; Sal 39, 7- 8a. 8b-9. 10.17; Mc 3, 7-12 Representémonos la multitud que acudía al Señor: venían de todas partes, “de Galilea, de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania“, incluso de las ciudades marítimas de Tiro y Sidón. Era “una muchedumbre“: pobres que iban al Señor con sus sufrimientos y dolencias. Ni ellos mismos sabían lo que querían. Llevaban en los ojos el peso del dolor y con Jesús recibían un vendaval de esperanza. Su voluntad era estar con Él y tocarle. Apretujan tanto al Señor que tiene que subir a la barca para distanciarse. Jesús, en medio de la multitud, ejerce su ministerio de amor, de liberación, de curación, de perdón. Ante tanta manifestación del Bien, los demonios, “espíritus inmundos“, protestan y reconocen su origen divino: “Tú eres el Hijo de Dios“. La revelación de la luz divina despierta la revelación del Mal más denso, que no soporta la presencia de la bondad infinita que es Dios, revelado en su Hijo. Pero Jesús les prohíbe “severamente” que lo delaten. Al Señor le sigue, todavía hoy, un pueblo de pobres. VIERNES Misa: Heb 8, 6-13; Sal 84, 8 y 10. 11-12. 13-14; Mc 3, 13-19 En el Evangelio, la elección de los apóstoles: sus nombres son fruto de la oración de Jesús. Los llamó “para que estuviesen con Él“, hay que entenderlo en el sentido fuerte del verbo “ser“: si no están con Él no pueden ser apóstoles. Lo primero es estar con Él, como compañeros, y lo segundo es la misión. Habían de ser “doce” porqué debían representar al nuevo Israel, la Iglesia. Sus nombres hay que escucharlos con reverencia ya que en su testimonio se edifica la Iglesia. Simón recibe el nombre de Pedro, “roca” y es siempre el primero de la lista porque confirmará a sus hermanos en la fe. En otro sentido, la lista de los apóstoles no tiene punto final sino seguido, ya que debemos incluir la interminable lista de los seguidores de Jesús a lo largo de los siglos. Entre estos nombres hay los nuestros, ya que todos somos llamados a estar con Él y a ser enviados como apóstoles SÁBADO El martirio de la jovencísima Inés quedó en la memoria de la Iglesia de Roma, junto con los de Lucía, Águeda y Cecilia. Sus nombres, desde el siglo IV, son incluidos en el Canon Romano. Por esta razón su memoria fue conservada en el calendario litúrgico. Es conveniente decir en este día el Canon Romano (OGMR n. 365a). “Con el martirio Inés sella también el otro elemento decisivo de su vida, la virginidad por Cristo y por la Iglesia. El don total del martirio se prepara, de hecho, con la decisión consciente, libre y madura de la virginidad, testimonio de la voluntad de ser totalmente de Cristo. Si el martirio es un acto heroico final, la virginidad es fruto de una prolongada amistad con Jesús madurada en la escucha constante de su Palabra, en el diálogo de la oración y en el encuentro eucarístico. Inés, todavía jo- ven, había aprendido que ser discípulos del Señor quiere decir amarlo poniendo en juego toda la existencia. Este título –virgen y mártir– recuerda a nuestra reflexión que un testigo creíble de la fe debe ser una persona que vive por Cristo, con Cristo y en Cristo, transformando su vida según las exigencias más altas de la gratuidad” (Benedicto XVI, 20-1-2012). Misa: Heb 9, 2-3. 11-14; Sal 46, 2-3.6-7, 8-9; Mc 3, 20-21 Jesús ya jamás irá sólo, siempre estará con los discípulos. La casa de estos será su casa. El detalle del evangelista rebosa ternura: su trabajo era tanto que no tenían ni tiempo para comer. Marcos incluye en el brevísimo Evangelio de hoy un nuevo y doloroso matiz. La familia de Jesús, el clan familiar, había salido a su encuentro, ¿para retenerle?. Decían de él nada menos que estaba loco. Hasta ahora lo habían acusado de violar el sábado, de blasfemo, de andar de fiesta en fiesta no observando el ayuno… y ahora de no andar en sus cabales. Y es que realmente, Él hacía presente la locura del amor del Padre. (Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2023, p.112ss)
|
DILLUNS Missa: He 5, 1-10; Sal 109, 1.2. 3. 4; Mc 2, 18-22 En l’Evangeli, els fariseus recriminen a Jesús que ni Ell ni els seus deixebles dejunen. Ell replica que estan de festa perquè el Nuvi està present: és l’hora de les “noces de l’Anyell” (Ap 19,1-2.5-7). El dejuni cristià no serà ascètic, sinó que estarà vinculat a l’absència i presència del Senyor: els cristians vivim sempre entre la dinàmica de Quaresma i de Pasqua. Amb una imatge suggerent, el Senyor explica que no ha de barrejar-se allò nou amb allò vell. Si ho fem, podem malmetre no únicament allò vell, sinó també allò nou i la novetat que porta: “El vi nou s’ha de posar en bots nous“. DIMARTS SANT ANTONI, abat Egipci d’origen i orfe de pares, als divuit anys, seguint el consell evangèlic, ho donà tot als pobres i se n’anà al desert. Ben aviat tingué nombrosos deixebles atrets per la seva santedat. Són cèlebres les seves lluites contra les múltiples temptacions del maligne. Organitzà la vida monàstica amb una “Regla inspirada per Déu en la pregària“. Morí als 105 anys, l’any 356. És costum avui beneir els animals, tal i com ell feia, segons la tradició. Sant Atanasi va escriure la vida d’aquest gran Pare del desert. Missa: He 6, 10-20; Sal 110, 1-2. 4-5. 9 i 10c; Mc 2, 23-28 Per primavera i enmig dels sembrats, Jesús anuncia la llibertat dels fills i filles de Déu. En aquesta ocasió, li recriminen que fa el que no és permès. Ell mateix s’equipara a David i proclama que és “amo lit.: senyor, fins i tot del dissabte, sabbath“, la institució més sagrada d’Israel. És una afirmació important des del punt de vista cristològic i ens aclareix un gran principi: la fe mai és alienadora, ja que la norma secular del repòs sabàtic fou feta per a l’home i no pas a l’inrevés. D’aquí es poden treure moltes conclusions a l’hora de viure i presentar la fe cristiana. Caminant amb Jesús pels sembrats de l’Església, no val la ideologia ni la llei “del que es pot i no es pot fer“, la llei d’un moralisme tancat i sense cor. No és cap signe de maduresa actuar perquè la llei quedi intacta, ni tampoc per complir la llei en si mateixa. El que importa per sobre de tot és la persona humana. En aquest sentit, i des d’una correcta comprensió, el cristianisme és un humanisme. DIMECRES Missa: He 7, 1-3. 15-17; Sal 109, 1. 2. 3. 4; Mc 3, 1-6 En l’Evangeli continua la polèmica sobre el dissabte. Jesús mana a l’home amb paràlisi a la mà que es posi al bell mig de l’assemblea i pregunta, gairebé desafiant: “¿Què s’ha de fer en dissabte, fer el bé o deixar de fer- lo, salvar una vida o deixar-la perdre?“ Els seus enemics es van quedar sense paraules, “callaven“. Davant la disjuntiva, la resposta és inqüestionable: primer, abans que tot i sense dubtar, cal salvar la vida de la persona. La fe en el Déu vivent mai s’oposa al bé de l’individu. Davant el seu mutisme covard, el del pecat d’omissió, Jesús es mostra aïrat i dolgut: estan obcecats per acusar-lo el preu que sigui. Llavors ordena a l’home de la mà paralitzada: “Estén la mà“. Els braços i les mans no van ser creats per a romandre quiets ni per a colpejar, sinó per abraçar i donar. En el seu tancament, els legalistes no li ho perdonen: l’ombra de la Passió comença a planar sobre el Senyor. DIJOUS SANTA AGNÈS, verge i màrtir El martiri de la joveníssima Agnès quedà en la memòria de l’Església de Roma, juntament amb els de Llúcia, Àgueda i Cecília. Els seus noms, des del segle IV, són inclosos al Cànon Romà. Per aquesta raó la seva memòria fou conservada al calendari litúrgic. És convenient dir aquests dies el Cànon Romà (OGMR n. 365a). “Amb el martiri, Agnès segella també l’altre element decisiu de la seva vida, la virginitat per Crist i per l’Església. El do total del martiri es prepara, de fet, amb la decisió conscient, lliure i madura de la virginitat, testimoni de la voluntat de ser totalment de Crist. Si el martiri és un acte heroic final, la virginitat és fruit d’una perllongada amistat amb Jesús, madurada en l’escolta constant de la seva Paraula, en el diàleg de l’oració i en la trobada eucarística. Agnès, encara adolescent, havia après que ser deixebles del Senyor vol dir estimar-lo posant en joc tota l’existència. Aquest títol doble -verge i màrtir- recorda a la nostra reflexió que un testimoni creïble de la fe ha de ser una persona que viu per Crist, amb Crist i en Crist, transformant la seva vida segons les exigències més altes de la gratuïtat” (Benet XVI, 20 de gener de 2012). Missa: He 7, 25—8, 6; Sal 39, 7. 8-9. 10 i 17; Mc 3, 7-12 Representem-nos la multitud que acudia al Senyor: venien de tot arreu, “de Galilea, de Judea, de Jerusalem, d’Idumea, de la Transjordània“, fins i tot de les ciutats marítimes de Tir i de Sidó. Era “una multitud“: pobres que anaven al Senyor amb els seus patiments i malalties. Ni ells mateixos sabien què volien. Portaven als ulls el pes del dolor i amb Jesús rebien un devessall d’esperança. La seva voluntat era estar amb Ell i tocar-lo. S’amunteguen fins al punt de masegar tant el Senyor que ha de pujar a la barca per distanciar-se. Jesús, enmig de la multitud, exerceix el seu ministeri d’amor, d’alliberament, de guarició, de perdó. Davant de tanta manifestació del Bé, els dimonis, “esperits malignes” protesten i reconeixen el seu origen diví: “Vós sou el Fill de Déu“. La revelació de la llum divina desperta la revelació del Mal més dens, que no suporta la presència de la bondat infinita que és Déu, revelat en el seu Fill. Però Jesús els prohibeix “severament” que el delatin. Al Senyor el segueix, encara avui, un poble de pobres. DIVENDRES Missa: He 8, 6-13; Sal 84, 8 i 10. 11-12. 13-14; Mc 3, 13-19 En l’Evangeli, l’elecció dels apòstols: els seus noms són fruit de la pregària de Jesús. Els cridà “perquè estiguessin amb Ell“, ha d’entendre’s en el sentit fort del verb “estar“: si no romanen en Ell, no poden ser-ne apòstols. Allò primer i primordial és romandre amb Ell, com a companys, i allò segon és la missió. Havien de ser “dotze” perquè havien de representar el nou Israel, l’Església. Els seus noms han de ser escoltats amb reverència ja que en el seu testimoni s’edifica l’Església. Simó rep el nom de Pere, “roca” i és sempre el primer de la llista perquè confirmarà els seus germans en la fe. En un altre sentit, la llista dels apòstols no té punt final sinó punt i seguit, perquè hi hem d’incloure la interminable llista dels seguidors de Jesús al llarg dels segles. Entre aquests noms hi ha els nostres, ja que tots som cridats a estar amb ell i a ser enviats com apòstols. DISSABTE SANTS FRUCTUÓS, bisbe, i AUGURI i EULOGI, diaques, MÀRTIRS “Mai no us mancarà pastor“, digué el bisbe Fructuós abans del seu martiri. L’Església de Tarragona se sent hereva del bisbe Fructuós i dels seus diaques Auguri i Eulogi que, tal dia com avui de l’any 259dC, a l’amfiteatre de la ciutat, van proclamar, amb un martiri ple de glòria, la Resurrecció de Crist i la vida eterna. Sant Fructuós, acompanyat dels seus diaques, fort i alegre, segur de la resurrecció, donà la seva vida per l’Església estesa d’Orient a Occident. Els benaurats màrtirs, en aquella hora de feblesa, van viure la fortalesa i la joia de l’Esperit Sant, segons el relat de les “Actes Autèntiques“. Missa: He 10, 32-36; Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9; Jo 17, 11b-19 (a Tarragona ciutat, primera lectura: Dn 3, 14-20. 91-92. 95, que es troba al Leccionari ferial de Quaresma, dimecres V set.). Ja les “Actes del martiri” evoquen els 3 joves llençats al forn per fidelitat a l’Aliança, del llibre de Daniel, primera lectura. També l’antífona d’introducció de la Missa en fa solemne referencia: “com els 3 joves llençats al foc, donaren amb alegria testimoni de la resurrecció que esperaven“. Alhora, el relat martirial és una evocació del fragment de la carta als Hebreus que llegim avui: l’Església de l’antiga “Tarraco” es manifesta plena d’amor, solidària i orant envers el seu bisbe, amb els seus diaques, detinguts i portats al martiri. En l’Evangeli es proclama un fragment de la “pregària sacerdotal de Crist“. Sant Fructuós, ple de la gràcia de l’Esperit Sant, s’acomiada en el lloc mateix del martiri de la seva Església i es fa ressò de la pregària de Crist ja que ofereix la seva vida “recordant-se de tota l’Església, estesa d’orient a occident“. Així el seu martiri “ofert a la terra i consumat en el Regne“, Prefaci, s’uneix a l’oblació eucarística d’aquesta solemnitat, i ens omple de joia i de consol. D’aquesta manera, en el Salm, tota l’Església pot cantar amb el bisbe Fructuós i els seus diaques: “El Senyor m’ha escoltat, res no m’espanta“. Les arrels martirials d’una església local són esperó i embranzida per continuar la missió eclesial que només troba la plenitud en la santa Trinitat: “En efecte, posats dins del foc d’aquest món, el Pare no els abandonava, el Fill venia a ajudar-los i l’Esperit caminava entre les flames” (Actes del martiri). (Calendari-Directori de l´Any Litúrgic 2023, p.111)
|