SAN PÍO DE PIETRELCINA, presbítero – 23 de septiembre
Pío de Pietrelcina, de la Orden Menor de los Frailes Capuchinos, fue agraciado con grandes carismas místicos interiores que se reflejaban exteriormente en su cuerpo; entre ellos, destacan los estigmas de la Pasión de Cristo y el don taumatúrgico.
Su vida fue un reflejo vivo del carisma de san Francisco de Asís.
Su espacio vital se estableció durante toda su vida entre el altar y el confesionario.
Se distinguió por el conocimiento de espíritus, el discernimiento espiritual y una exigencia que llevaba siempre al gozo de la conversión.
La devoción a San Pío promueve el amor a los pobres y una vida de oración muy intensa.
Murió en San Giovanni Rotondo, Apulia, el año 1968.
¿De dónde le viene la santidad a este fraile? ¿De sus estigmas? No, de su unión e identificación con Cristo en la pobreza, la penitencia y el amor a los que sufren.
A su canonización, en 2002, asistió una multitud ingente de fieles, como no se había visto nunca.
Los pequeños del Reino saben reconocer a sus pastores: aquellos que se muestran dispuestos a escuchar con entrañas de madre.
(Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2020, Liturgia fovenda, p.366)