2018-OCTAVA DE LA NAVIDAD DEL SEÑOR
SANTA MARIA, MADRE DE DIOS
La Iglesia dedica hoy a María el título más grande: “Madre de Dios” (Theotokós).
El título mariológico por excelencia es la profesión de fe cristológica.
El que nos ha nacido es vere Deus y vere homo y María es verdaderamente la Madre de Dios, “más gloriosa que los querubines e incomparablemente más venerable que los serafines” según el Agyos estin.
La solemnidad mariana de hoy es la más antigua que la Iglesia en occidente dedica a la Bienaventurada Virgen María.
Es como si la Iglesia no pudiera marchar de la cuna del Señor, sin saludar a Aquella que nos dio el Verbo divino.
A pesar de que el inicio del año civil no tiene ningún significado litúrgico hay que tenerlo en cuenta pastoralmente. El Leccionario pone como primera lectura la bendición sacerdotal que Israel utilizaba en su fiesta del año nuevo.
De la mistagogía de la tradición litúrgica:
Hoy es el principio de nuestra salvación,
la revelación del Misterio eterno:
el Hijo de Dios se hace Hijo de la Virgen.
Gabriel anuncia la gracia y nosotros,
con él, aclamamos a la Madre de Dios:
«¡Alégrate, oh llena de gracia, el Señor está contigo!».
Alégrate, Madre de Dios.
Alégrate, rescate de Eva.
Alégrate, zarza viva;
alégrate, oh luz, oh sede de la Sabiduría, escala y puerta;
alégrate carroza divina.
Alégrate, nube ligera, santuario y recipiente dorado.
Alégrate monte, tabernáculo y mesa.
Exapostolario de la Liturgia bizantina
(Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2019, Liturgia fovenda, p. 63s)