2021 – XIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO : San Irineo, Santos Pedro y Pablo y Santo Tomás
LUNES : SAN IRENEO, obispo y mártir Ireneo era oriundo de Asia Menor. Entre sus recuerdos de juventud se encuentra el contacto con san Policarpo de Esmirna, el santo obispo “que fue instruido por los testigos oculares de la vida del Verbo“, sobre todo por el apóstol Juan, que había fijado su sede en Esmirna. Ireneo, pues, por medio de Policarpo se vincula a los Apóstoles. Después de dejar el Asia Menor, pasa a Roma y sigue hacia Lyon, Francia. No perteneció a la lista de los mártires de Lyon, víctimas de la persecución del 177, porque precisamente en ese tiempo su Iglesia lo había enviado a Roma para presentar al Papa Eleuterio algunos asuntos de orden doctrinal, relacionados sobre todo con el error montanista. De regreso a Lyon, Ireneo sucedió en el 178 al obispo mártir san Fotino, y gobernó aquella Iglesia hasta su muerte, hacia el año 200. Aunque no está comprobado su martirio, es venerado como mártir. Combatió la desviación gnóstica del cristianismo postulando la tradición apostólica, de la cual la Iglesia de Roma, a causa del testimonio de los apóstoles Pedro y Pablo, es garante de unidad y de comunión. Los cinco libros Adversus hæreses son fundamentales en la historia de la teología. MARTES : SANTOS PEDRO y PABLO, APÓSTOLES Lects. bíblicas: Misa de la vigilia: Hch 3, 1-10; Sal 18, 2-3. 4-5b; Ga 1, 11-20; Jn 21, 15-19 La triple negación de Pedro se cancela con una triple respuesta, humilde y fervorosa de amor por parte de Pedro en el Evangelio. De su acto de amor brota el ministerio: “Apacienta mis ovejas“. Un amor humillado y débil. El ministerio se fundamenta siempre en un acto de amor a Cristo. San Agustín hace observar que apacentar las ovejas del pueblo santo de Dios significa sufrir con ellas y que la invitación “Sígueme” implica: hasta la muerte en cruz, “Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios“. En la primera lectura, San Pedro anuncia la Palabra y cumple los signos que manifiestan la presencia del Reino de Dios, como el Señor. Esto mismo realizará Pablo en Iconio (Hch 14, 8-18). En la segunda lectura, de la carta a los Gálatas, Pablo explica cómo, después de su conversión, sube “a Jerusalén para conocer a Cefas“. El encuentro y el abrazo de Pablo y Pedro se refleja en el “Icono de los apóstoles“. Representa el abrazo y la comunión de la Iglesia procedente de la gentilidad y de aquella que procede de Israel. En ellos (en su vida y en su martirio) la Iglesia reconoce a los garantes de la fe. El Salmo se aplica a la predicación de los apóstoles: “A toda la tierra alcanza su pregon“. Todas las Iglesias celebran unánimemente la solemnidad del martirio de los apóstoles Pedro y Pablo. La fiesta de los apóstoles procede de la Iglesia aún indivisa y debe celebrarse con un gran sentido ecuménico. Esta fiesta es pues antigua y universal, no sólo en Roma, sino en todo el mundo cristiano. Ciertamente, la Iglesia celebró esta fiesta antes que la Navidad del Señor. Realmente es un tesoro teológico y litúrgico en todos los Ritos. La liturgia de los apóstoles se revela festiva y, al mismo tiempo, se reviste de una cierta gravedad y ponderación. Celebramos el fundamento apostólico de la fe cristiana. Sobre esta fe el Señor edifica su Iglesia. El Prefacio es bello y denso y revela el “sensus theologicus” de la fiesta. En el Rito bizantino precede a la solemnidad “el ayuno de los apóstoles“. El Papa León, en el año 461, explicaba que este ayuno es lo que los apóstoles hicieron, según la tradición de las Iglesias, para que el Espíritu Santo los asistiera antes de iniciar la misión universal. Los textos eucológicos y las lecturas propuestas vienen de la más antigua tradición litúrgica. Lects. bíblicas: Misa del día: Hch 11-1 ,12; Sal 2 ;9-8 .7-6 .5-4 .3-2 ,33Tm 18-17 .8-6 ,4; Mt ,16, 19-13 En un momento crítico del ministerio de Jesús, propiamente fuera del territorio palestinense, en Cesarea de Filipo, el Señor escucha la profesión de fe de Pedro. Sobre su fe y la de los discípulos, el Señor puede edificar su Iglesia dándole, por el ministerio de los apóstoles, los medios de salvación. Desde ahora ya puede ir a Jerusalén, a la Cruz. El nombre de Simón, el primer apóstol, es cambiado por el nombre de Pedro, “Kefas“, que significa “roca” y es gratificado por la bienaventuranza de la revelación: “¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!” Es la roca de la fe apostólica, el primado de Pedro, en el sentido eclesiológico más profundo y esencial. El Señor necesita de nuestra fe para edificar la Iglesia. La comunidad, como escuchamos en la primera lectura, deberá rezar por él “insistentemente“. Pedro será liberado de la noche de la prisión y deberá ir al encuentro de los hermanos y hermanas para confirmar su fe. Adviértase que los verbos de la teofanía son importantes: “Date prisa“, “levántate“; “ponte el cinturón y las sandàlies“; “envuélvete en el manto y sígueme“, porque indican la futura suerte de Pedro y su martirio, como le fue dicho (Jn 21,18ss). Ahora sabe que él debe continuar el camino del seguimiento hasta el final. La segunda lectura está dedicada al testamento espiritual de Pablo. Toda su vida queda contenida en aquello que escribe: es como la síntesis gloriosa y humilde de la vida del siervo del Señor. Ha sido una vida entregada, ofrecida, “Yo estoy a punto de ser derramado en libación“: el bello combate de la paz y del Evangelio ha terminado, la carrera ha llegado a la meta, y él ha conservado el don más grande, su fe. El Apóstol termina la carta con una “doxologia” que, en cierto modo, es su última palabra a la Iglesia, nosotros. Es la victoria sobre la muerte, es la vida de la fe que suspira por la Vida divina. SÁBADO : SANTO TOMÁS, apóstol Santo Tomás, llamado “el Dídimo“, es conocido entre los apóstoles por la voluntad de ver realmente al Cristo Resucitado al que proclamó con la fe de la Iglesia de todos los tiempos: “¡Señor mío y Dios mío!“ De este modo mereció la bienaventuranza más alta: “Bienaventurados los que crean sin haber visto“. Una tradición muy antigua asegura que después de Pentecostés evangelizó las tierras de Persia y de la India. Los cristianos de rito siro-malabar de la India le consideran fundador de su Iglesia. La fiesta de hoy recuerda la traslación de su cuerpo a Edessa (hacia el s. VI). Los cristianos son difícilmente ubicables: son ciudadanos de este mun-do, pero “son conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios“; son la Iglesia, que se levanta “como un templo consagrado al Señor“, como signo de la presencia y de la mediación en medio de la historia. Un templo edificado sobre el cimiento de la fe de los apóstoles y del cual el mismo Jesús es “la piedra angular“. Tomás venció la incredulidad, y en el octavo día, el día del Señor y de la Eucaristía, confesó la fe: “Señor mío y Dios mío“. Desde entonces serán bienaventurados los que, sin haber visto, creerán. Entrarán en la construcción, para ser “morada de Dios“, por el Espíritu. (Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2021, Liturgia fovenda, p.321ss)
|
DILLUNS : SANT IRENEU, bisbe i màrtir Ireneu era oriünd d’Àsia Menor. Entre els seus records de joventut es troba el contacte amb sant Policarp d’Esmirna, el sant bisbe “que fou instruït pels testimonis oculars de la vida del Verb“, sobretot per l’apòstol Joan, que havia fixat la seva seu a Esmirna. Ireneu, doncs, per mitjà de Policarp, es vincula als Apòstols. Després de deixar l’Àsia Menor, passa a Roma i segueix vers Lió (França). No va pertànyer a la llista dels màrtirs de Lió, víctimes de la persecució del 177, perquè precisament en aquest temps la seva Església l’havia enviat a Roma per presentar al Papa Eleuteri alguns assumptes d’ordre doctrinal, relacionats sobretot amb l’error montanista. De retorn a Lió, Ireneu va succeir l’any 178 el bisbe màrtir sant Fotí, i va governar aquella Església fins a la seva mort, cap a l’any 200. Tot i que no està comprovat el seu martiri, és venerat com a màrtir. Va combatre la desviació gnòstica del cristianisme postulant la tradició apostòlica, de la qual l’Església de Roma, a causa del testimoni dels apòstols Pere i Pau, és garant d’unitat i de comunió. Els cinc llibres “Adversus hæereses” són fonamentals en la història de la teologia. DIMARTS : SANTS PERE i PAU, APÒSTOLS Lects. bíbliques: Missa de la vigília: Fets 3, 1-10; Sal 18, 2-3. 4-5; Ga 1, 11-20; Jo 21, 15-19 La triple negació de Pere es cancel·la amb una triple resposta, humil i fervorosa d’amor per part de Pere a l’Evangeli. Del seu acte d’amor brolla el ministeri: “Pastura els meus anyells“. Un amor humiliat i feble. El ministeri es fonamenta sempre en un acte d’amor a Crist. Sant Agustí fa observar que pasturar les ovelles del poble sant de Déu vol dir patir amb elles, i que la invitació “Segueix- me” implica: fins a la mort en creu: “Jesús li deia això per indicar com seria la mort amb què Pere havia de donar glòria a Déu“. En la primera lectura, sant Pere anuncia la Paraula i acompleix els signes que manifesten la presència del Regne de Déu, com el Senyor. Això mateix farà Pau a Iconi (Fets 14, 8-18). En la segona lectura, de la carta als cristians de Galàcia, Pau explica com, després de la seva conversió, “va pujar a Jerusalem per conèixer Quefes“. La trobada i l’abraçada de Pau i Pere es reflecteixen en la “Icona dels apòstols“. Representa l’abraçada i la comunió de l’Església procedent de la gentilitat i d’aquella que procedeix d’Israel. En ells, en la seva vida i en el seu martiri, l’Església reconeix els garants de la fe. El Salm s’aplica a la predicació dels apòstols: “La seva crida s’escampa a tota la terra“. Totes les Esglésies celebren unànimement la solemnitat del martiri dels apòstols Pere i Pau. La festa dels apòstols procedeix de l’Església encara indivisa i ha de celebrar-se amb un gran sentit ecumènic. Aquesta festa és doncs antiga i universal, no només a Roma, sinó a tot el món cristià. Certament, l’Església va celebrar aquesta festa abans que el Nadal del Senyor. Realment, és un tresor teològic i litúrgic en tots els Ritus. La Litúrgia dels apòstols es revela festiva i, al mateix temps, es revesteix d’una certa gravetat i ponderació. Celebrem el fonament apostòlic de la fe cristiana. Sobre aquesta fe el Senyor edifica la seva Església. El Prefaci és bell i dens, i revela el “sensus theologicus” de la festa. En el ritus bizantí, precedeix a aquesta solemnitat “el dejuni dels apòstols“. El Papa Lleó, l’any 461, explicava que aquest dejuni és el que els apòstols van fer, segons la tradició de les Esglésies, perquè l’Esperit Sant els assistís abans de començar la missió universal. Els textos eucològics i les lectures proposades venen de la més antiga tradició litúrgica. Lects. bíbliques: Missa del dia: Fets 12, 1-11; Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9; 2Tm 4, 6-8. 17-18; Mt 16, 13-19 En un moment crític del ministeri de Jesús, pròpiament fora del territori palestinenc, a Cesarea de Filip, el Senyor escolta la professió de fe de Pere. Sobre la seva fe, i la dels deixebles, el Senyor pot edificar la seva Església donant-li, pel ministeri dels apòstols, els mitjans de salvació. Des d’ara, ja pot anar a Jerusalem, a la Creu. El nom de Simó, el primer apòstol, és canviat pel nom de Pere, “Kefas“, que significa “roca” i és gratificat per la benaurança de la revelació: “Sortós de tu, Simó, fill de Jonàs“. És la roca de la fe apostòlica, el primat de Pere, en el sentit eclesiològic més profund i essencial. El Senyor necessita de la nostra fe per edificar l’Església. La comunitat, com escoltem a la primera lectura, haurà de pregar per ell “sense parar“. Pere serà alliberat de la nit de la presó i haurà d’anar a l’encontre dels germans i germanes per confirmar la seva fe. Advertiu que els verbs de la “teofania” són importants: “De pressa, aixeca’t!“; “cenyeix-te“; “posa’t les sandàlies; pren el mantell i segueix-me” perquè indiquen la futura sort de Pere i el seu martiri, com li fou dit (Jo 21,18ss). Ara sap que ell ha de continuar el camí del seguiment fins al final. La segona lectura està dedicada al testament espiritual de Pau. Tota la seva vida queda continguda en el que escriu: és com la síntesi gloriosa i humil de la vida del servent del Senyor. Ha estat una vida entregada, lliurada: “oferta com una libació vessada sobre l’altar“; el bell combat de la pau i de l’Evangeli ha acabat, la cursa ha arribat a la meta, i ell ha conservat el do més gran, la seva fe. L’Apòstol acaba la carta amb una “doxologia” que, en certa manera, és la seva última paraula a l’Església, a nosaltres. És la victòria sobre la mort, és la vida de la fe que sospira per la Vida divina. DISSABTE : SANT TOMÀS, apòstol Sant Tomàs, anomenat “el Dídim“, és conegut entre els apòstols per la voluntat de veure realment el Crist Ressuscitat al qual proclamà amb la fe de l’Església de tots els temps: “Senyor meu i Déu meu!“ D’aquesta manera meresqué la benaurança més alta i més nostra: “Feliços els qui creuran sense haver vist“. Una tradició molt antiga assegura que després de la Pentecosta evangelitzà les terres de Pèrsia i de l’Índia. Els cristians de Ritu Siro-malabar de l’Índia el consideren fundador de la seva Església. La festa d’avui recorda la translació del seu cos a Edessa, vers el s. VI. Els cristians són difícilment situables: són ciutadans d’aquest món, però són “ciutadans del poble sant i membres de la família de Déu“; són l’Església, que s’aixeca “com un temple consagrat al Senyor“, com a signe de la presència i de la mediació, enmig de la història. Un temple edificat sobre el fonament de la fe dels apòstols i del qual el mateix Jesús és la “pedra angular“. Tomàs va vèncer la incredulitat, i el vuitè dia, el dia del Senyor i de l’Eucaristia, va confessar la fe: “Senyor meu i Déu meu“. Des de llavors, seran benaurats els qui, sense haver vist, creuran. Entraran “a formar part de l’edifici“, per a esdevenir “estança de Déu“, per mitjà de l’Esperit. (Calendari-Directori de l´Any Litúrgic 2021, Liturgia fovenda, p.312ss) |