2017 – TIEMPO DE ADVIENTO DESDE EL 17 AL 24 DE DICIEMBRE
El Adviento se intensifica en estos días: la Iglesia ya no está para otra cosa sino para recibir la gloria de la Navidad del Señor.
Se sumerge en un tiempo de estupor remarcado con las célebres antífonas de la O del Magnificat. Estas antífonas se recogen en el Leccionario como verso propio al canto del aleluya.
Toda la sinopsis converge en los anuncios inmediatos de la venida del Señor.
Propiamente cada día es una Anunciación del Señor y de su Precursor.
Los cánticos cotidianos del Benedictus y del Magnificat cantan en las dos últimas ferias estos anuncios.
Se prepara el asombro total de la Navidad y de la Epifanía: “Dios se ha hecho hombre”. Cada feria es una anunciación del Señor y toda la liturgia se empapa del Señor anunciado, profetizado y esperado.
El Antiguo Testamento llega a su fin para dar paso al Nuevo Testamento.
Determinan este tiempo los prefacios propios de estos días, (el II o el IV de Adviento), también las oraciones del Misal para cada día. Hay que leerlo con atención, meditarlo para descubrir más y más la belleza y la profundidad de la liturgia de la Iglesia que prepara la celebración de la Navidad y de la Epifanía.
El Hijo, cuyo nacimiento esperamos celebrar, es un Hijo deseado por la fe de Israel y por toda la humanidad, sedienta de la revelación del misterio de Dios. La Iglesia en su fe, con analogía mariana, se hace ella misma madre del Señor ya que lo alumbrará en su corazón.
Normas litúrgicas
En la Misa se usa cada día el prefacio II o IV de Adviento (a no ser que se trate de una Misa con prefacio más propio).
En la Liturgia de las Horas se dice el Invitatorio El Señor está cerca, venid, adorémosle” y en el Oficio de Lectura, Laudes y Vísperas los himnos son propios de la segunda parte de Adviento.
En Laudes y Vísperas son también propias las antífonas de todos los Salmos y cánticos (se hallan en el interior mismo del salterio).
Todas las memorias de los santos son libres y solo se pueden hacer a manera de conmemoración; si se quiere hacer esta conmemoración se hace de la siguiente manera:
en la Misa si se quiere celebrar la conmemoración de algún santo, se sustituye (no se añade) la colecta ferial por la del santo (todo lo demás de la Misa, incluso el color morado, es de feria);
en la Liturgia de las Horas, en el Oficio de lectura, después de la segunda lectura y de su responsorio, se puede añadir como tercera lectura la del santo con su responsorio; en Laudes y Vísperas después de repetida la antífona del cántico evangélico y de las preces, puede añadirse a la oración ferial (que se dice sin la conclusión) la respectiva antífona y oración del santo.
Recomendaciones
Para subrayar el carácter más festivo de esta semana de preparación inmediata de Navidad, durante estos días es recomendable:
Usar diariamente la plegaria eucarística III; así se subraya el carácter más festivo de los días que preceden a Navidad.
Emplear vestiduras moradas más festivas y colocar más luces en el altar.
Cantar diariamente el aleluya antes del evangelio.
Durante los días 17-24 pueden usarse indistintamente los prefacios II o IV de Adviento. No obstante, es recomendable usar el prefacio II (que tiene referencia especial a Juan y a los profetas que anunciaron y prepararon la venida del Señor), los días 17, 18, 19, 23 y 24 y el prefacio IV (que glorifica a Dios en el misterio de María), los días 20, 21 y 22 en los que el evangelio presenta a María (Encarnación, Visitación y Magníficat).
Nota sobre el leccionario del Oficio de Lectura.
Durante esta semana de preparación inmediata a Navidad en el Oficio de lectura se leen fragmentos seleccionados del II Isaías que anuncian la próxima liberación de los desterrados en Babilonia, figura de la libertad que nos aportará Cristo en su nacimiento. La descripción del advenimiento de Ciro y de la destrucción de Babilonia son una sugestiva profecía del advenimiento de Cristo que viene a destruir la muerte y todo mal; el contenido de estas lecturas anima la esperanza de los desterrados y hoy hace esperar, a la Iglesia peregrina, la definitiva liberación por Jesucristo.
(Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2018, Liturgia fovenda, p.41).