XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO – 11-16/07/2022 – XV SETMANA DE DURANT L’ANY
LUNES SAN BENITO, abad PATRONO DE EUROPA La Liturgia se abre con la lectura de los Proverbios: “Hijo mío, si aceptas mis palabras“. También con estas palabras empieza la Regla benedictina: “Escucha, hijo mío, las instrucciones del maestro“. San Benito fue monje y padre de monjes. La Regla de San Benito ha inspirado e inspira la forma de vida de quienes habitan los monasterios, “escuelas del amor divino“, donde nada debe anteponerse al amor de Cristo (cf. RB 4,21). La presencia monástica es común en todos los países de Europa, y es con razón que san Pablo VI, Papa, dio a san Benito el noble título de Patrono de Europa. Con razón debemos celebrar la fiesta con gozo, escuchando la Palabra de Dios. Misa: Prov 2, 1-9; Sal 33, 2-3. 4 y 6. 9 y 12. 14-15; Mt 19, 27-29 Es el final del “Discurso apostólico“. Son palabras duras y difíciles de proclamar y escuchar. El amor de Cristo debe ocupar el lugar más alto del cora zón y no es divisible el amor a Cristo con los demás amores. Justamente porque el cristiano ama al Señor más que todo, debe amar más y mejor a los padres y a los hijos con un amor digno de Él. Más todavía: la paz que el Señor trae no es la paz del mundo, una paz que no es paz, porque reina la injusticia, sino que trae espadas, sin duda, la Palabra de Dios, que fundamenta la verdadera paz. El discípulo encuentra su dignidad cuando coge su propia cruz y sigue al Señor. Esa es la dignidad más alta y el don más alto. Dar la vida por Él y por el Evangelio no es perderla: es encontrarla para siempre en Dios. ¡En el cielo no hay miedo de perder nada! Esa dignidad viene de la semejanza con el Señor: quien recibe a un enviado de Cristo, acoge al que le ha enviado, el Padre. Y el Padre le acogerá en el amor del Espíritu Santo. Más todavía: un vaso de agua no queda sin recompensa. “Estos pobrecillos, lit.: los pequeños” son los que llevan los sufrimientos del Señor, con quien se han identificado. Por otra parte, la Iglesia debe meditar hoy en día muy profundamente estas otras palabras del Señor: “los enemigos de cada uno serán los de su propia casa“. Frecuentemente pensamos que los enemigos de la Iglesia están fuera de ella, cuando muchas veces es al revés. De la Regla benedictina “Hermanos queridísimos, ¿puede haber algo más dulce para nosotros que esta voz del Señor, que nos invita? Ved como el Señor, en su bondad, nos indica el camino de la vida“. (Prólogo, nn. 19 y 20) MARTES Misa: Is 7, 1-9; Sal 47, 2. 3-4. 5-6. 7-8; Mt 11, 20-24 En el Evangelio escuchamos la lamentación sobre la generación presente. El juicio será más soportable para Tiro y Sidón, ciudades paganas, y su suerte será peor que la de Sodoma. Las ciudades de la primavera de Galilea han recibido más que ellas. Evidentemente, Jesús utiliza el lenguaje oracular de los viejos profetas. Hay que decir que la generación que no aceptó a Jesús, que no cree ni quiere creer, es también la actual. Dios juzgará la incredulidad culpable. Hay que entender que, a mayor don, mayor responsabilidad. El juicio pertenece a Dios, no a nosotros. Los milagros sólo se pueden interpretar desde la fe: sin fe nada es signo, “milagro“. Jesús no quiere infundir miedo, sino inducir a la conversión. ¡Es mucho lo que hemos recibido de Él como para no corresponder con la fe y las obras! El desgarro profético es en realidad el desgarro de Dios ante la incredulidad del mundo. Un mundo que se puede hundir sobre sí mismo como Babilonia (Is 14, 15). MIÉRCOLES Misa: Is 10, 5-7. 13-16; Sal 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15; Mt 11, 25-27 En el Evangelio “el himno de la alegría“. Jesús interrumpe su predicación y lleno del Espíritu Santo da gracias al Padre. Delante de sus ojos tenía a los pequeños que escuchaban su palabra y aceptaban el misterio del Reino, lo escondido. Ve en ello el don y la gracia del Padre y el cumplimiento de su voluntad. La humildad de corazón es necesaria para recibir el don de Dios. “Los sabios y entendidos” ya lo saben todo o piensan que lo saben todo. Luego, en una expresión llena de sabor joánico, afirma: “Todo me lo ha entregado mi Padre, (…) y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar“. En tanto que pertenece a la fe de la gente sencilla, nuestra fe también es objeto de la acción de gracias de Jesús. Por nosotros, Él da gracias al Padre. Formamos parte del Todo que Dios Padre ha entregado al Hijo. JUEVES Misa: Is 26, 7-9. 12. 16-19; Sal 101, 13-14 y 15. 16-18. 19-21; Mt 11, 28-30 Es la continuación inmediata del texto de ayer. Esa multitud de pequeños que, por voluntad del Padre, se abren al anuncio del Reino están “cansados y agobiados“. El Señor los alivia dándoles el Reino y proclamando su bienaventuranza. El yugo que les impone es el de la cruz y el del amor entregado: deben aprender siempre de Él que es “manso y humilde de corazón“. Allí, en el corazón de Jesús, donde reside el amor del Padre, es donde los pequeños encontrarán su descanso. Allí se sentirán amados infinitamente por Dios. Su “yugo“, la cruz, y su “carga ligera” son llevaderos y suaves porque pertenecen al amor. Y como decía fray Juan de la Cruz: “el alma que anda en amor ni cansa ni se cansa” ¡ni descansa!. Si hacemos las cosas por obligación nos cansamos enseguida; si las hacemos por amor jamás nos cansamos. VIERNES SAN BUENAVENTURA, obispo y doctor de la Iglesia San Buenaventura nació en 1218 en Bagnoregio (Viterbo, Italia). Entró muy joven en la Orden de los Frailes Menores. Estudió filosofía y teología en París, siendo discípulo de Alexandre de Hales, y se convirtió en maestro de teología. En 1257 fue elegido Ministro General de la Orden: gobernó durante diecisiete años en tiempos difíciles. Con razón se llama “el segundo fundador”. Su obra teológica es extraordinariamente profunda y al mismo tiempo fecunda. Es célebre su obra “Itinerario de la mente hacia Dios“. Su es piritualidad, marcada por el sello de Fran cisco, es profundamente cristocéntrica y al mismo tiempo mariana. Una espiritualidad que deja vislumbrar la experiencia de su corazón, transformado por el amor de Cristo. Activo y simultáneamente profundamente contemplativo, al final de su vida se convirtió en obispo de Albano, donde ejerció con un gran amor pastoral su ministerio. También fue creado cardenal a pesar de su oposición. Murió repentinamente mientras asistía y participaba en el II Concilio de Lyon, el 15 de julio del año 1274. Doctor de la Iglesia, es conocido como “Doctor seraficus“. La tradición del Misal Romano pone su oración “Transfige, dulcissime Domine Iesu” “Traspasa, dulcísi mo Señor Jesús” entre las oraciones de acción de gracias para después de la Misa. Misa: Is 38, 1-6. 21-22. 7-8; Is 38, 10. 11. 12abcd. 16bcd; Mt 12, 1-8 En el Evangelio Jesús proclama la libertad de los hijos de Dios. La palabra más importante del texto es: “Aquí hay uno que es más que el templo“. Dogmáticamente tiene una importancia decisiva: la hu manidad del Señor es el templo de la Presencia de Dios y la Tienda del encuentro. Ante el rigorismo de los fariseos y con una autoridad superior a la del legislador, es “señor del sábado” Jesús proclama que Dios reclama “misericordia” y nunca “sacrificio“. Es con esta misericordia como deberían haber juzgado los fariseos a los discípulos: el camino era largo, tenían hambre, y la creación de Dios Padre pertenece a sus hijos. La sentencia “el Hijo del hombre es señor del sábado” resultaba escandalosa a los oídos de los coetáneos de Jesús: ¿quién en Israel se había atrevido jamás a decir algo así? SÁBADO BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA DEL MONTE CARMELO Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, montaña en la que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviera a dar culto al Dios vivo y donde, siglos más tarde, algunos cruzados, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando origen en el transcurso del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa y apostólica, que tiene como patrona y protectora a la “Señora del lugar“. La Escritura celebra la belleza de la montaña del Carmelo, una belleza que la Iglesia contempla en María, la cual es llamada también “Stella maris“. San Bernardo predicó: “Si soplan los vientos de la tentación, si te arrojan contra las rocas de la tribulación, mira la estrella, invoca a María; si te golpean las olas del orgullo, de la ambición, de la envidia, de la rivalidad, mira la estrella, invoca a María. En caso de que la ira, o la avaricia, o el deseo carnal asalten con violencia la frágil embarcación de tu alma, mira la estrella, invoca a María“. Muchas parroquias costeras la invocan y la celebran. La Orden del Carmen, en sus dos ramas lozanas, de la Antigua Observancia y Descalza, canta hoy gozosa la Secuencia, atribuida a san Simón Stock: “Flos Carmeli, vitis florígera, splendor caeli, virgo puérpera singularis“, “Flor del Carmelo, viña florida, resplandor del cielo, y virgen singular“. Es conveniente que las comunidades canten el Himno: “Ave, maris stella“. Misa: Miq 2, 1-5; Sal 9, 22-23. 24-25. 28-29. 35; Mt 12, 14-21 Las palabras de Jesús sobre el precepto del sábado y la realidad del Templo eran inaceptables para los fariseos. La idea de deshacerse del Maestro de Galilea empieza a anidar en su corazón corrompido. Se vislumbra ya el horizonte de la cruz. Jesús lo intuye, lo sabe en su corazón: conoce cuál es su destino. “Muchos le siguieron“: en Él encontraron al Pastor y Guía. Si iban tan fácilmente y sin pesadumbre con Jesús es que no debían tener demasiadas cosas que los ataran: era un pueblo de pobres, de pequeños (Lc 12, 32). Sin ambages, el evangelista dice: “los curó a todos (…) mandándoles que no lo des cubrieran“, que no dijeran nada. Aquí, Mateo interrumpe su narración e inscribe las “palabras de cumplimiento” de Isaías. El Mesías, el “elegido, el amado y el predilecto del Padre, no gritará, no voceará por las calles“: el amor es callado y no busca lo propio. Estas palabras, que habían quedado en la Escritura incomprensibles y enigmáticas, ahora se cumplen en el profeta de Nazaret. (Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2022, p.345ss)
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DILLUNS SANT BENET, abat PATRÓ D’EUROPA La Litúrgia s’obre amb la lectura dels Proverbis: “Fill meu, si aculls el que jo et dic“. També amb aquestes paraules comença la Regla benedictina: “Escolta, fill, l’ensenyament del mestre“. Sant Benet va ser monjo i pare de monjos. La Regla de sant Benet ha inspirat i inspira la forma de vida dels qui habiten els monestirs, “escoles de l’amor diví“, on res ha d’anteposar-se a l’amor de Crist (cf. RB 4,21). La presència monàstica és comuna a tots els països d’Europa i, és amb raó que sant Pau VI, Papa, va donar a sant Benet el noble títol de Patró d’Europa. Certament, hem de celebrar la festa amb goig, tot escoltant la Paraula de Déu. Missa: Pr 2, 1-9; Sal 33, 2-3. 4 i 6. 9 i 12. 14-15; Mt 19, 27-29 L’amor de Crist ha d’ocupar el lloc més alt del cor: no és divisible l’amor a Crist amb els altres amors. Justament perquè el cristià estima al Senyor més que tot, ha d’estimar més i millor als pares i als fills amb un amor digne d’Ell. El deixeble troba la seva dignitat quan agafa la seva pròpia creu i segueix el Senyor. Aquesta és la dignitat més alta i el do més alt. Donar la vida per Ell i per l’Evangeli no és perdre-la: és trobar-la per sempre en Déu. ¡Al cel no hi ha por de perdre res! Aquesta dignitat ve de la semblança amb el Senyor: qui rep un enviat de Crist, acull aquell que l’ha enviat, el Pare. I el Pare l’acollirà en l’amor de l’Esperit Sant. Més encara: ni un got d’aigua no quedarà sense recompensa. De la Regla benedictina: “Germans estimadíssims, pot haver alguna cosa més dolça per a nosaltres que aquesta veu del Senyor, que ens convida? Mireu com el Senyor, en la seva bondat, ens indica el camí de la vida». (Pròleg, nn. 19 i 20) DIMARTS Missa: Is 7, 1-9; Sal 47, 2-3a. 3b-4. 5. 6. 7-8; Mt 11, 20-24 En l’Evangeli escoltem la lamentació sobre la generació present. El judici serà més suportable per a Tir i Sidó, ciutats paganes, i la seva sort serà pitjor que la de Sodoma. Les ciutats de la primavera de Galilea han rebut més que elles, però no han comprès. Evidentment, Jesús utilitza el llenguatge oracular dels antics profetes. Cal dir que la generació que no va acceptar a Jesús, que no creu ni vol creure, és també l’actual. Déu jutjarà la incredulitat culpable. Cal entendre que, a major do, més responsabilitat. El judici pertany a Déu, no a nosaltres. Els miracles només es poden interpretar des de la fe: sense fe res és signe, “miracle“. Jesús no vol infondre la por, sinó induir a la conversió. ¡És molt el que hem rebut d’Ell com per a no correspondre amb la fe i les obres! L’esqueixament profètic és en realitat l’esquinçament de Déu davant la incredulitat del món. Un món que es pot enfonsar sobre si mateix com Babilònia (Is 14,15). DIMECRES Missa: Is 10, 5-7. 13-16; Sal 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15; Mt 11, 25-27 En l’Evangeli, “l’himne de l’alegria“. Jesús interromp la seva predicació i ple de l’Esperit Sant dóna gràcies al Pare. Davant dels seus ulls tenia els petits que escoltaven la seva paraula i acceptaven el misteri del Regne, allò “amagat als savis i entesos“. Veu en això el do i la gràcia del Pare i el compliment de la seva voluntat. La humilitat de cor és necessària per rebre el do de Déu. Els “savis i entesos” ja ho saben tot o pensen que ho saben tot. Després, en una expressió plena de regust joànic, afirma: ” El Pare ho ha posat tot a les meves mans (…); ningú no coneix veritablement el Pare, fora del Fill i d’aquells a qui el Fill el vol revelar“. En tant que pertany a la fe dels “senzills“, la nostra fe també és objecte de l’acció de gràcies de Jesús. Per nosaltres, Ell dóna gràcies al Pare. Formem part del “Tot” que Déu Pare ha lliurat al Fill. DIJOUS Missa: Is 26, 7-9. 12. 16-19; Sal 101, 13-14b i 15. 16-18. 19-21; Mt 11, 28-30 Es la continuació immediata del text d’ahir. Aquella multitud de petits que, per voluntat del Pare, s’obren a l’anunci del Regne estan “cansats i afeixugats“. El Senyor els alleuja donant-los el Regne i proclamant la seva benaurança. El jou que els imposa és el de la Creu i el de l’amor entregat: han d’aprendre sempre d’Ell que és “benèvol (lit.: mansuet) i humil de cor“. Allí, en el cor de Jesús, on resideix l’amor del Pare, és on els petits trobaran el seu descans. Allí se sentiran estimats infinitament per Déu. El seu “jou“, la Creu, i la seva “càrrega lleugera” són suportables i suaus perquè pertanyen a l’amor. I com deia fra Joan de la Creu: “el alma que anda en amor ni cansa ni se cansa” ni descansa! Si fem les coses per obligació ens cansem de seguida; si les fem per amor mai ens cansem. DIVENDRES SANT BONAVENTURA, bisbe i doctor de l’Església Sant Bonaventura va néixer el 1218 a Bagnoregio (Viterbo, Itàlia). Entrà molt jove a l’Orde dels Fra Menors. Estudià filosofia i teologia a París, essent deixeble d’Alexandre de Hales, i esdevingué mestre de teologia. El 1257 fou elegit Ministre General de l’Orde: governà durant disset anys en temps difícils. Amb raó se l’anomena “el segon fundador”. La seva obra teològica és extraordinàriament profunda i alhora fecunda. Es cèlebre la seva obra “Itinerari de la ment vers Déu“. La seva espiritualitat, marcada pel segell de sant Francesc, és profundament cristocèntrica i alhora mariana. Una espiritualitat que deixa entreveure l’experiència del seu cor, transformat per l’amor del Crist. Actiu i alhora profundament contemplatiu, al final de la seva vida esdevingué bisbe d’Albano, on exercí amb un gran amor pastoral el seu ministeri. També fou creat cardenal malgrat la seva oposició. Morí sobtadament mentre assistia i participava en el II Concili de Lió, el 15 de juliol de l’any 1274. Doctor de l’Església, és conegut com a “Doctor seraficus“. La tradició dels Missal Romà posa la seva pregària “Transfige, dulcissime Domine Iesu“, “Traspassa, dolcíssim Senyor Jesús” entre les pregàries d’acció de gràcies per a després de la Missa. Missa: Is 38, 1-6. 21-22. 7-8; Sal Is 38, 10. 11. 12abcd. 16; Mt 12, 1-8 En l’Evangeli, Jesús proclama la llibertat dels fills i filles de Déu. La paraula més important del text és: “Jo us asseguro que aquí teniu més que el temple“. Dogmàticament, té una importància decisiva: la humanitat del Senyor és el temple de la Presència de Déu i la Tenda de l’encontre. Davant el rigorisme dels fariseus i amb una autoritat superior a la del legislador, és “amo [lit.: senyor] del repòs del dissabte“, Jesús proclama que Déu reclama “amor lit.: misericòrdia” i mai “ofrena de víctimes lit.: sacrificis“. És amb aquest amor de misericòrdia com els fariseus haurien d’haver jutjat als deixebles: el camí era llarg, tenien fam, i la creació de Déu Pare pertany als seus fills i filles. La sentència “el Fill de l’home és amo del repòs del dissabte lit.: del precepte del sabbath” resultava escandalosa a les oïdes dels coetanis de Jesús: ¿qui a Israel havia gosat dir mai una cosa així? DISSABTE MARE DE DÉU DEL CARME
Memòria de la Benaurada Verge Maria del Mont Carmel, muntanya en la qual Elies va aconseguir que el poble d’Israel tornés a donar culte al Déu viu i on, segles més tard, alguns croats llatins, cercant la solitud, es van retirar per fer vida eremítica, donant origen en el transcurs del temps a una orde religiosa de vida contemplativa i apostòlica, que té com a patrona i protectora la Mare de Déu, anomenada “Senyora del lloc“. L’Escriptura celebra la bellesa de la muntanya del Carmel, una bellesa que l’Església contempla en Maria, la qual és anomenada també “Stella maris“. Sant Bernat va predicar: “Si bufen els vents de la temptació, si et llencen contra les roques de la tribulació, mira l’estrella, invoca Maria; si et colpegen les onades de l’orgull, de l’ambició, de l’enveja, de la rivalitat, mira l’estrella, invoca Maria. En cas que la ira, o l’avarícia, o el desig carnal assaltin amb violència la fràgil embarcació de la teva ànima, mira l’estrella, invoca Maria“. Moltes parròquies costaneres la invoquen i la celebren. L’Orde del Carme, en les seves dues branques esponeroses, de l’Antiga Observança i Descalça, canta avui joiosa la Seqüència, atribuïda a sant Simó Stock: “Flos Carmeli, vitis florígera, splendor cæli, virgo puérpera singularis“, “Flor del Carmel, vinya florida, resplendor del cel, i verge singular“. És convenient que les comunitats cantin l’Himne: “Ave, maris Stella“ (Litúrgia de les Hores (ed. 2016), vol. III, pàg. 1.756). Missa: Mi 2, 1-5; Sal 9, 22-23. 24-25. 28-29. 35; Mt 12, 14-21 Les paraules de Jesús sobre el precepte del dissabte i la realitat del Temple eren inacceptables per als fariseus. La idea de desfer-se del Mestre de Galilea comença a niar en el seu cor corromput. S’entreveu ja l’horitzó de la Creu. Jesús ho intueix, ho sap en el seu cor: coneix quin és el seu destí. “Molta gent el va seguir“: en E ll van trobar el Pastor i Guia. Si anaven tan fàcilment i sense recança amb Jesús és que no havien de tenir massa coses que els lliguessin: era un poble de pobres, de petits (Lc 12,32). Sense embuts, l’evangelista diu: “Ell curà tots els malalts, però els manà que no ho fessin públic, lit.: que no el descobrissin“. Volia que no diguessin res. Aquí, Mateu interromp la seva narració i inscriu les “paraules de compliment” d’Isaïes. El Messies “l’escollit, l’estimat i el predilecte del Pare) no discuteix ni alça la veu, no es fa sentir pels carrers“: l’amor és callat i no es busca narcissísticament. Aquestes paraules, que havien quedat en l’Escriptura incomprensibles i enigmàtiques, ara es compleixen en el profeta de Natzaret. (Calendari-Directori de l´Any Litúrgic 2022, p.336ss)
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