V SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO – 30/1 al 4/2/2023 – IV SETMANA DE DURANT L’ANY
LUNES Misa: Heb 1132-40; Sal 30, 20. 21. 22. 23. 24; Mc 5, 1-20 En el Evangelio, el pintoresco y casi tosco relato del endemoniado de Gerasa que se convierte en misionero. Al llegar al territorio de la Decápolis, sale al encuentro del grupo como si fuese embajador de muchos. Vive en la muerte, “en los sepulcres” y va al encuentro del Señor como un atormentado que busca otro tormento. Dice de sí mismo “me llamo Legión” para indicar que el espíritu del Mal no es divisible, está entero en cada parte donde actúa. Sobre la naturaleza del “Mysterium iniquitatis” es preferible no preguntar: es como la caja de Pandora que es prudente no abrir ni tocar. Hay que pedir al Padre que nos libere del Maligno y tener la certeza de que Jesucristo ha vencido sobre él. El Mal va al lugar que le es propio: en lo impuro, “los cerdos” para acabar precipitándose en el vacío, “en el lago“. Los habitantes del lugar piden a Jesús que se vaya: cínicamente, no les importa que haya endemoniados entre ellos mientras se salve su negocio. No se dan cuenta que la vida que el Señor ha salvado vale más que una piara. Finalmente, llega lo más grande: el hombre liberado de “los espíritus inmundos” pide ir con Jesús. ¿Dónde tenía que ir sino? El que fue arrancado de la sombra de la muerte desea ir con Aquél que es la Luz de la vida. El Señor le impone otra obediencia: quedarse con los suyos y anunciar su nombre. Él mismo, liberado de la bestia que llevaba dentro, será signo de la compasión de Jesús. MARTES SAN JUAN BOSCO, presbítero Sus últimas recomendaciones fueron: “Propagad la devoción a Jesús Sacramentado y a María Auxiliadora y veréis lo que son los milagros. Ayudad mucho a los niños pobres, a los enfermos, a los ancianos y a la gente más necesitada, y conseguiréis grandes ben- diciones y ayudas de Dios. Os espero en el Paraíso“. Cuarenta mil personas desfilaron ante su cadáver en la iglesia, y sus funerales fueron una especie de cortejo triunfal: toda la ciudad de Turín salió a la calle durante tres días a honrar a “Don Bosco” por última vez. Gran pedagogo, se le conoce como “padre y maestro de la juventud“. Es el fundador de la extensa familia salesiana. Murió tal día como hoy de 1880. Su cuerpo se conserva incorrupto en la Basílica de María Auxiliadora de Turín. Misa: Heb 12, 1-4; Sal 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32; Mc 5, 21-43 Según la crítica textual, los dos relatos se transmitieron juntos: la curación de la hemorroísa y la resurrección de la hija de Jairo. Ésta tenía la misma edad que años hacía que la mujer estaba enferma. Hay que admirar la fe de la desvalida mujer que se acerca anónimamente al Señor, pues su enfermedad la hacía impura ante los demás. Parece una fe poco ilustrada, pero es sublime: tocar el vestido del Señor como el más humilde gesto de súplica. Exhausta por la pérdida de sangre, se siente mirada por el Señor y cuen- ta humildemente su verdad. Jesús le da el nombre de “hija“, que conlleva una gran connotación afectiva y paternal, pues la devuelve a la vida. Entretanto, también el jefe de la sinagoga se presenta para que el Señor imponga las manos sobre su hijita moribunda. Jesús le dice que no tenga miedo, que tenga fe. Acompañado únicamente por los tres apóstoles que serán testigos de la gloria del Tabor y de la agonía de Getsemaní, entra en la casa desbordada de llantos. Jesús manda callar y echa fuera a todos, como a los mercaderes del Templo: ¿cómo puede haber luto si entra la misma Vida? Una vida que regala a la pequeña entregándola a sus padres, a sus juegos, a su instrucción, “les dijo que dieran de comer a la nina“. El relato tiene un claro significado pascual. Es admirable la fe de la hemorroísa y de Jairo. Ambos pueden decir, como Paul Claudel: “No me queda nada, sólo las rodillas para rezar“. MIÉRCOLES Misa: Heb 12, 4-7. 11-15; Sal 102, 1bc-2. 13-14. 17-18a; Mc 6, 1-6 El capítulo 6 de Marcos empieza con la predicación de Jesús en Nazaret. Sus coetáneos conocían los orígenes humanos del Señor, no su origen divino. Por ello, cuando en su enseñanza se presenta como la divina Sabiduría encarnada, no pueden soportarlo, ¡pero si es el hijo de la vecina!. Es obvio que la falta de fe es el mayor impedimento para que el Señor actúe en nosotros. La fe es el ámbito que Dios necesita para manifes- tar su gloria. El texto expresa una cierta tristeza o decepción del corazón de Jesús hacia aquéllos que amaba más: no pudo hacer allí ningún milagro (pues éstos son frutos de la fe). Sin embargo, curó algu- nos enfermos imponiéndoles las manos: el paso del Señor nunca es estéril JUEVES PRESENTACIÓN DEL SEÑOR La fiesta de la Presentación del Señor pertenece de alguna manera al cicló de la manifestación del Señor: luz en la noche de Nacimiento, luz en su Epifanía, luz en su Bautismo, el advenimiento de los Magos, luz en su Presentación al templo. Es la luz increada, presente en la humanidad de Jesús, que se va mostrando. Una luz que, al mismo tiempo, anuncia la luz de la Noche de Pascua. Realmente “lumen de lumine” que crece y se difunde. Es una fiesta ecuménica, que en Oriente recibe el nombre de la “Hypapantê“: “el encuentro del Señor con su pueblo“. Sí, María llevaba el verdadero templo de Dios en sus brazos, el auténtico lugar del encuentro: “La humanidad del Hijo de Dios“. El Espíritu lo manifestó como luz “ad revelationem gentium“. Luz que iluminó los ojos de Simeón, luz que hizo saltar de alegría a la profetisa Ana, luz que nos ilumina y nos hace radiantes. Luz de la fe, de la gracia y de la gloria, en la segunda oración de ben- dición no se bendicen las candelas, sino a los fieles que las han de llevar. La monición del Misal al inicio de la celebración es decisiva para comprender el sentido de la fiesta: “También nosotros, unidos en el Espíritu Santo, vamos a la casa de Dios, al encuentro de Cristo, el Señor. Lo encontraremos y le reconoceremos allí en la fracción del pan hasta que venga de nuevo en gloria“. Este texto es remarcable por su densidad espiritual y teológica. La antífona de entrada (Sal 47, 10) es también importante: “Oh, Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo“. En el interior de la santa Iglesia acogemos en la fe la presencia del Señor glorioso. Así lo predicaba Orígenes: “Tú también, si quieres poseer a Jesús, abrazarlo con tus manos y merecer salir de las tinieblas, haz todos los esfuerzos para dejarte guiar por el Espíritu Santo y venir al templo de Dios. Permanece en el templo del Señor Jesús, es decir, en su Iglesia, templo construido con piedras vivas (1 Pe 2, 5). Permaneces en el interior del templo cuando tu vida y tu conducta son verdaderamente dignas del nombre que designa a la Iglesia” (Homilías sobre Lucas 15, 3). El Papa san Juan Pablo II estableció que este día se celebrara la “Jornada de la Vida Consagrada“. Los religiosos por la profesión de los votos evangélicos son profecía del Reino ya consumado, y con las antorchas encendidas en su corazón caminan al encuentro de su Señor y Esposo. Por el Reino oran y trabajan en la múltiple diversidad de carismas, en el mundo y en la Iglesia. Misa: Mal 3, 1-4 (o bien, Heb 2, 14-18); Sal 23, 7. 8. 9. 10; Lc 2, 22-40 (o bien más breve: 2, 22-32) Como primera lectura de la Misa recomendamos leer la perícopa del Antiguo Testamento, al ser año impar. Se puede convocar en esta celebración a las madres que hayan bautizado a sus hijos en el año anterior. Los padres de Jesús, con la ofrenda de los pobres en sus manos, para cumplir el precepto legal (Lc 2, 21), ya que Él nació bajo la Ley (Gál 4, 4-6), lo presentan en el templo. “Presentar” es un verbo sacrificial que significa “para ofrecerlo al Señor“. En realidad, Él toma posesión del templo, la casa de su Padre. Simeón representa todo el pueblo que recibe, en la fe y en el Espíritu Santo, al Hijo, el Salvador que Dios había preparado: “Luz que se revela para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel“. El Espíritu Santo es nombrado tres veces: el anciano esperaba la consolación de Israel, “paraklêsis“; por el Espíritu sabía que vería al Mesías antes de su muerte; y finalmente, lo toma en brazos. En la mentalidad bíblica “tomar en brazos” significa “tomar posesión, hacerlo propio“. Simeón lo ve, lo abraza y le habla: “Ahora, puedes dejar a tu siervo irse en paz“. Se comprende el estupor de su padre y de su madre “que estaban admirados por lo que se decía“. También Ana, la profetisa, confesaba y alababa a Dios por el Niño. Es por Él que se han de levantar los dinteles y ensancharse las puertas, porque “va a entrar el Rey de la gloria“, canta maravillosamente el Salmo responsorial. El misterio es aún mayor porque el Niño es el Hijo primogénito, “todo varón primogénito” que debía ser rescatado, “consagrado” según la Ley, pero que prefigura el Cordero que rescatará a todos desde la Cruz. Ésta será la espada que traspasará el corazón de María y de la Iglesia. Será también “como un signo de contradicción y motivo para que muchos en Israel caigan y se levanten, revelando así los sentimientos de muchos corazones“. El pueblo que sale al encuentro del Señor es representado por los padres del niño, por Simeón y Ana, y por “todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén“. Es un coro de pobres que reciben al Señor. Ellos también nos representaban a nosotros que, como canta el Prefacio, “llenos de alegría, salimos al encuentro de tu Salvador“, en espera de su regreso glorioso. La lectura del Evangelio, a modo de díptico, es iluminada por el Antiguo y el Nuevo testamento. Se cumple la profecía de Malaquías, el último escritor de los profetas escribas: Jesús es “el mensajero de la alianza” que purifica el Templo y restablece la Alianza. Sí, pues el Mensajero de la alianza que vendrá cinco siglos más tarde será portador del Evangelio, pero tendrá también la misión de purificar a su pueblo: separar el bien del mal en el Juicio. Su mensaje será percutiente para muchos y se alzará como “signo de contradicción“. Los tiempos mesiánicos han empezado. VIERNES Misa: Heb 13, 1-8; Sal 26, 1bcde. 3. 5. 8c-9abcd; Mc 6, 14-29 El llamado “Pequeño libro de Juan Bautista” por la mayoría de los exegetes no se considera una fuente cristiana. Es un relato aparte que circulaba en la tradición popular y en el círculo de discípulos del Bautista. La bandeja entregada a Herodías contenía simbólicamente la culpa de todos: la de Herodes, la de su esposa, la de Salomé y la de todos los allí presentes que no hicieron nada para salvar al Precursor. La culpa se cierra como un círculo perfecto sobre sí misma. Es una contraposición a la comunión de los santos. Si nos interesa la misión de Juan Bautista es porque fue el Precursor del Mesías. Él no anunció su misión sino la del Señor: es lugar de paso. Los santos son siempre lugar de paso, jamás autorreferenciales, para que se manifieste la gloria de Dios. Juan Bautista terminó en una sepultura anónima pero digna. Una sepultura es el signo efímero de la condición humana, pero es un velo que al mismo tiempo oculta la acción secreta de Dios en sus santos. Hoy se pueden celebrar dos memorias libres: la de San Óscar, monje misionero de Escandinavia, cuyo nombre es popular en nuestros días; o bien la memoria libre de San Blas, obispo de Armenia, día en que es costumbre, por ley de la religiosidad popular, bendecir los alimentós, aceite, rosquillas, fruta, etc. El pueblo cristiano se encomienda a la intercesión de San Blas, obispo, para ser protegido de los males de garganta. Se pueden emplear los formularios del Bendicional «Con motivo de acción de gracias» (Bendicional, Capítulo XLII, nn. 1322-1345, págs. 462-470) con las debidas adaptaciones permitidas. SÁBADO Misa: Heb 13, 15-17. 20-21; Sal 22, 1b- 3a. 3b-4. 5. 6; Mc 6, 30-34 En el Evangelio, los discípulos vuelven de la misión y relatan cómo les ha ido, al Señor hay que explicárselo todo. Jesús dispone ir a un lugar apartado para reposar. Para nosotros, como para los discípulos, el auténtico descanso es estar con Jesús. Pero la multitud se avanza y corre. Cuando llegan al lugar del ansiado descanso, la gente ya está allí, esperándoles. Jesús se llena de compasión. Y el evangelista escribe: “Le dio lástima de ellos, se compadeció“. Son las entrañas de misericordia del Padre que están en Él. Y Jesús prosigue, incansable, su ministerio de ternura y alivio. (Calendario-Directorio del Año Litúrgico 2023, p.133ss) |
DILLUNS Missa: He 11, 32-40; Sal 30, 20. 21. 22. 23. 24; Mc 5, 1-20 En l’Evangeli, el pintoresc i gairebé tosc relat de l’endimoniat de Gerasa que es converteix en missioner. En arribar al territori de la Decàpolis, surt a l’encontre del grup com si fos ambaixador de molts. Viu en la mort, “les coves sepulcrals” i va a trobar el Senyor com un turmentat que busca un altre turment. Diu de sí mateix que el seu nom és “Legió, perquè som molts“, per indicar que l’esperit del Mal no és divisible: roman sencer a cada lloc on actua. Sobre la naturalesa del “Mysterium iniquitatis” és preferible no preguntar: és com la caixa de Pandora, que és prudent no obrir ni tocar. Cal demanar al Pare que ens alliberi del Maligne i tenir la certesa que Jesucrist ha vençut sobre ell. El Mal va al lloc que li és propi: en allò impur o immund, “els porcs” per acabar precipitant-se en el buit, “fins al llac“. Els habitants del lloc demanen a Jesús que se’n vagi: cínicament, no els importa que hi hagi endimoniats entre ells mentre se salvi el seu negoci. No s’adonen que la vida que el Senyor ha salvat val més que un ramat de porcs. Finalment, allò més sublim: l’home alliberat dels “esperits malignes” demana anar amb Jesús. On havia d’anar, sinó? El qui va ser arrencat de l’ombra de la mort vol anar amb Aquell que és la Llum de la vida. El Senyor li imposa una altra obediència: quedar-se amb els seus i anunciar el seu nom. Alliberat de la bèstia que duia dins, serà signe de la compassió de Jesús. DIMARTS SANT JOAN BOSCO, prevere Les seves últimes recomanacions van ser: “Propagueu la devoció a Jesús Sagramentat i a Maria Auxiliadora i veureu el que són els miracles. Ajudeu molt els nens pobres, els malalts, els ancians i la gent més necessitada, i aconseguireu grans benediccions i ajudes de Déu. Us espero al Paradís“. Quaranta mil persones van desfilar davant el seu cadàver a l’església, i els seus funerals van ser una espècie de seguici triomfal: tota la ciutat de Torí va sortir al carrer durant tres dies a honrar “Don Bosco” per darrera vegada. Gran pedagog, se l’anomena “pare i mestre de la joventut“. És el fundador de l’extensa família salesiana. Va morir tal dia com avui de l’any 1880. El seu cos resta incorrupte a la Basílica de Maria Auxiliadora de Torí. Missa: He 12, 1-4; Sal 21, 26b-27. 28 i 30ab. 30c-32; Mc 5, 21-43 Segons la crítica textual, els dos relats es van transmetre junts: la guarició de l’hemorroïsa i la resurrecció de la filla de Jaire. Aquesta tenia la mateixa edat que anys feia que la dona estava malalta. Cal admirar la fe de la desvalguda dona que s’acosta anònimament al Senyor, ja que la seva malaltia la convertia en impura davant la gent. Sembla una fe poc il·lustrada, però és sublim: tocar el vestit del Senyor com el més humil gest de súplica. Exhausta per la pèrdua de sang, se sent mirada pel Senyor i explica humilment la seva veritat. Jesús li dóna el nom de “filla“, que comporta una gran connotació afectiva i paternal, ja que la retorna a la vida. Mentrestant, també el cap de la sinagoga es presenta perquè el Senyor imposi les mans sobre la seva filleta moribunda. Jesús li diu que no tingui por, que tingui fe. Acompanyat únicament pels tres apòstols que seran testimonis de la glòria del Tabor i de l’agonia de Getsemaní, entra a la casa desbordada d’”aldarull i de plors“. Jesús mana callar i treu fora tothom, com als mercaders del Temple: ¿com pot haver dol si entra la mateixa Vida? Una vida que regala a la petita lliurant-la als seus pares, als seus jocs, a la seva instrucció, “I els digué que donessin menjar a la noia“. El relat té un clar significat pasqual. És admirable la fe de l’hemorroïsa i de Jaire. Ambdós poden dir, com Paul Claudel: “No em queda res, tant sols el genolls per pregar“. DIMECRES Missa: He 12, 4-7. 11-15; Sal 102, 1-2. 13-14. 17-18a; Mc 6, 1-6 El capítol 6 de Marc comença amb la predicació de Jesús a Natzaret. Els seus coetanis coneixien els orígens humans del Senyor, però no pas el seu origen diví. Degut a això, quan en el seu ensenyament es presenta com la divina Saviesa encarnada, no poden suportar-ho, però si és el fill de la veïna!. És obvi que la manca de fe és l’impediment més gran perquè el Senyor actuï en nosaltres. La fe és l’àmbit que Déu necessita per a manifestar la seva glòria. El text expressa una certa tristesa o decepció del cor de Jesús envers aquells que més estimava: “I no hi pogué fer cap miracle“, aquests són fruit de la fe, justament. Amb tot, “va imposar les mans a uns quants malalts, que es van posar bé“: el pas del Senyor mai no és estèril. DIJOUS PRESENTACIÓ DEL SENYOR La festa de la Presentació del Senyor pertany d’alguna manera al cicle de la manifestació del Senyor: llum en la nit del seu Naixement, llum en la seva Epifania, llum en el seu Baptisme, l’adveniment dels Mags, llum en la seva Presentació al temple. És la llum increada, present en la humanitat de Jesús, que es va mostrant. Una llum que, al mateix temps, anuncia la llum de la Nit de Pasqua. Realment “lumen de lumine” que creix i es difon. És una festa ecumènica, que a Orient rep el nom de la “Hypapantê“: “la trobada del Senyor amb el seu poble“. Sí, Maria portava el veritable temple de Déu als seus braços, l’autèntic lloc de la trobada: “La humanitat del Fill de Déu“. L’Esperit el manifestà com a llum “ad revelationem gentium“. Llum que va il·luminar els ulls de Simeó, llum que va fer saltar d’alegria la profetessa Anna, llum que ens il·lumina i ens fa radiants. Llum de la fe, de la gràcia i de la glòria, en la segona oració de benedicció no es beneeixen les candeles, sinó els fidels que les han de portar. La monició del Missal a l’inici de la celebració és decisiva per a comprendre el sentit de la festa: “També nosaltres, aplegats en l’Esperit Sant, anem a la casa de Déu a l’encontre de Crist. El trobarem i el reconeixerem quan partirem el pa eucarístic, tot esperant el seu retorn gloriós“. Aquest text és remarcable per la seva densitat espiritual i teològica. L’antífona d’introducció (Sal 47,10) és també important: “Déu nostre, evoquem el record del vostre amor, enmig del temple“. A l’interior de la santa Església acollim en la fe la presència del Senyor gloriós. Així ho predicava Orígenes: “Tu també, si vols posseir Jesús, abraçar-lo amb les teves mans i merèixer sortir de les tenebres, fes tots els esforços per deixar-te guiar per l’Esperit Sant i venir al temple de Déu. Roman en el temple del Senyor Jesús, és a dir, en la seva Església, temple construït amb pedres vives (1Pe 2,5). Restes a l’interior del temple quan la teva vida i la teva conducta són veritablement dignes del nom que designa l’Església» (Homilies sobre Lluc 15,3). El Papa sant Joan Pau II va establir que aquest dia se celebrés la “Jornada de la Vida Consagrada“. Els religiosos, per la professió dels vots evangèlics, són profecia del Regne ja consumat, i amb les torxes enceses en el seu cor caminen a la trobada del seu Senyor i Espòs. Pel Regne preguen i treballen en la múltiple diversitat de carismes, en el món i en l’Església. Missa: Ml 3, 1-4 (o bé He 2, 14-18); Sal 23, 7. 8. 9. 10; Lc 2, 22-40 (o bé més breu: Lc 2, 22-32) Els pares de Jesús, amb l’ofrena dels pobres a les mans per complir el precepte legal (Lc 2,21), ja que Ell nasqué sota la Llei (Ga 4,4-6), el presenten al temple. “Presentar” és un verb sacrificial que significa “per oferir-lo al Senyor“. De fet, Ell pren possessió del temple, la casa del seu Pare. Simeó representa tot el poble que rep, en la fe i en l’Esperit Sant, el Fill, el Salvador que Déu havia preparat: “Llum que es revela [per il·luminar] a les nacions i glòria d’Israel“. L’Esperit Sant és anomenat tres vegades: l’ancià esperava la consolació d’Israel, “paraklêsis“; per l’Esperit sabia que veuria el Messies abans de la seva mort; i, finalment, el prenia en braços. En la mentalitat bíblica “prendre en braços” significa “prendre possessió, fer-ho propi“. Simeó el veu, l’abraça i li parla: “Ara, Senyor, deixeu que el vostre servent se’n vagi en pau, com li havíeu promès“. Es comprèn l’estupor del seu pare i de la mare “que estaven meravellats d’això que es deia d’ell“. També Anna, la profetessa, confessava i lloava Déu per l’Infant. És per Ell que s’han d’alçar les llindes i engrandir-se les portalades, perquè “ha d’entrar el rei de la glòria“, canta meravellosament el Salm responsorial. El misteri és encara més gran perquè el Nen és el Fill primogènit, “noi fill primer” que havia de ser rescatat, “consagrat” segons la Llei, però que prefigura l’Anyell que rescatarà a tots des de la Creu. Aquesta serà l’espasa que traspassarà el cor de Maria i de l’Església. Serà també “una senyera combatuda (lit.: signe de contradicció) i motiu que molts caiguin a Israel i molts d’altres s’alcin, revelant així els sentiments amagats als cors de molts“. El poble que surt a l’encontre del Senyor és representat pels pares de l’Infant, per Simeó i Anna, i per “tots els qui esperaven el temps en què Jerusalem seria redimida“. És un cor de pobres que reben el Senyor. Ells també ens representaven a nosaltres que, com canta el Prefaci, “sortim amb goig a rebre el Salvador“, tot esperant el seu retorn gloriós. La lectura de l’Evangeli, a manera de díptic, és il·luminada per l’Antic i el Nou testament. S’acompleix la profecia de Malaquies, l’últim escriptor dels profetes escribes: Jesús és “l’àngel (lit.: el missatger) de l’aliança” que purifica el Temple i restableix l’Aliança. Sí, car el Missatger de l’aliança que vindrà cinc segles més tard serà portador de l’Evangeli, però tindrà també la missió de purificar el seu poble: separar el bé del mal en el Judici. El seu missatge en percudirà molts i s’alçarà com a “signe de contradicció“. Els temps messiànics han començat. DIVENDRES Missa: He 13, 1-8; Sal 26, 1. 3. 5. 8b-9abc; Mc 6, 14-29 L’anomenat “Petit llibre de Joan Baptista” no es considera una font cristiana per la majoria d’exegetes. És un relat a part que circulava en la tradició popular i en el cercle de deixebles del Baptista. La safata lliurada a Herodies contenia simbòlicament la culpa de tots: la d’Herodes, la de la seva esposa, la de Salomé i la de tots els allí presents que no van fer res per salvar el Precursor. La culpa es tanca com un cercle perfecte sobre si mateixa. És una contraposició a la comunió dels sants. Si ens interessa la missió de Joan Baptista és perquè va ser el Precursor del Messies. Ell no va anunciar la seva missió sinó la del Senyor: és lloc de pas. Els sants són sempre lloc de pas, mai auto referencials, perquè es manifesti la glòria de Déu. Joan Baptista va acabar en una sepultura anònima però digna. Una sepultura és el signe efímer de la condició humana, però al mateix temps és un vel que oculta l’acció secreta de Déu en els seus sants i santes. Avui es poden celebrar dues memòries lliures: la de Sant Òscar, monjo missioner d’Escandinàvia, el nom del qual és popular als nostres dies; o bé la memòria lliure de Sant Blai, bisbe d’Armènia, dia en què és costum, per llei de la religiositat popular, de beneir els aliments, oli, galetes, fruita, etc. El poble cristià s’encomana a la intercessió de Sant Blai, bisbe, per a ser protegit dels mals de gola. Es poden emprar els formularis del Ritual de benediccions “Amb motiu d’acció de gràcies” (Benediccional, Capítol XLII, pàg. 507) amb les degudes adaptacions permeses. DISSABTE Missa: He 13, 15-17. 20-21; Sal 22, 1-3. 4. 5. 6; Mc 6, 30-34 En l’Evangeli, els deixebles tornen de la missió i expliquen com els ha anat, al Senyor cal explicar-ho tot. Jesús disposa d’anar a un lloc apartat per reposar. Per a nosaltres, com per als deixebles, l’autèntic descans és estar amb Jesús. Però la multitud s’avança i corre. Quan arriben al lloc de l’anhelat repòs, la gent ja hi és, esperant-los. Jesús s’omple de compassió. I l’evangelista escriu: “Se’n compadí lit.: en tingué llàstima“. Són les entranyes de misericòrdia del Pare que estan en Ell. I Jesús prossegueix, incansable, el seu ministeri de tendresa i alleujament. (Calendari-Directori de l´Any Litúrgic 2023, p.132ss) |